martes, 20 de junio de 2017

ASÍ, TAMBIEN HE DE AMARTE




Así, también he de amarte
20-06-2017

En este último año o ciclo, nada me está saliendo como esperaba; no se quien se empeña en ponerme trabas, haga lo que haga o intente lo que intente, todo son obstáculos, la prueba está bien clara, si se repasa lo que he escrito estos últimos siete meses y se compara con los años anteriores.

Todo es alteración para impedir una vida relativamente tranquila y ordenada con horarios, oraciones y meditaciones en un ambiente sosegado. Ahora, nada es metódico o repetitivo como cuando la vida se desarrollaba de una forma ordenada, yo he llegado a hacerme la siguiente pregunta: ¿Qué o quién está detrás de todo esto? ¿A quién le interesa alterar la paz y el sosiego de mi alma?

Ocurra lo que ocurra, estoy bien seguro que “no me harán tirar la toalla”. En estos momentos, en mí no existe la oración y la meditación como la he realizado durante estos últimos seis o siete años. Las circunstancias me han llevado a hacer o convertir el día en oración andante, la meditación en observar cuanto acaece en mi alrededor y dar repetidas y continuas gracias a Dios por las dificultades en seguir o tratar de seguir pisando las huellas de nuestro Señor Jesús. Diría falsedades si aseguro que la presencia es completamente consciente durante cada hora o minutos del día.

La ayuda y atención a hijos y nietos. Esta ayuda es más de atención y presencia que económica. Mi calvario, mi cruz y mi gloria es, la entrega completa que requiere la enfermedad de mi esposa Elena, enfermedad con oscilaciones muy cambiantes, médicos, hospital y de su vida diaria que es como un tobogán, con alteraciones de su estado físico y psíquico, con subidas y bajadas casi a diario y no una, en ocasiones son más de una al día. Estos cambios son los que más me alteran.

No me quejo Señor, esta es mi cruz y la amo, pero, Tú lo sabes mejor que nadie, en ocasiones me hacen perder el paso, el equilibrio e incluso caigo rendido, pero en mi mente resuena aquellas palabras cuando caía al caminar sobre la cresta de aquella duna de arena: “no te importen las caídas, levántate, levántate y camina, camina hacia el Señor, no te pares, camina, camina hacia Dios”.

En ocasiones, ella se queja de mi actitud agria o rígida, y me duele tener que ser así, en esos momentos no hay más remedio, cuando no está en sí le sale el animal que todos llevamos, sé, que ella en esos momentos no es consciente de sus actos, la prueba está que después recupera su carácter bello y dulce, el que es ella en estado normal.

Últimamente son tan repetitivos que, estos cambios de mi actitud hacia ella, que, me hacen sentir en ocasiones que no actúo por necesidad de frenar su carácter, sino que me siento como si el carácter agrio que represento no es un acto de actor por necesidad, sino que, me identifico con el como una actitud mía normalmente negativa.

Espero y deseo no perder el equilibrio en cuanto, mantener esas líneas muy claras de cuando he de actuar y cuando soy realmente yo. Es una nueva historia de mi vida, pues, mantener el equilibrio es fundamental para seguir respirando tan solo el sentimiento que sale de Ti, Señor.

Amigos, no me he olvidado de vosotros ni tampoco os quiero apartar de mi vida, me llamáis a través de los medios y casi ni os saludo, no quiero romper, creo que sabéis que en los momentos necesarios estoy con vosotros como siempre, pero, comprender que necesito tiempo para adaptarme a estas nuevas circunstancias y al mismo tiempo no quiero abrumaros con mis quehaceres, son míos y no quiero que estéis tristes por causa de mis desarreglos, yo sigo siendo el mismo para vosotros y aquí me tenéis para cuando la ocasión lo requiera, podéis poneros en contacto con migo a través del correo electrónico de este blog. rodriguez.josema@gmail.com

Y a Ti Señor, ¿que quieres que te diga? Si sabes hasta mis pre-pensamientos, esto es, antes de que mi boca pronuncie una palabra y antes de pensar lo que he de expresar, Tú ya lo sabes, así que, solo puedo y necesito decirte que: Tu Luz nunca me abandone, para que, mi luz sea Tu Luz, pues, solo Tú eres la razón de mi vida.