viernes, 19 de abril de 2019

VIERNES SANTO




Viernes Santo
19 abril 2019

Hoy tocaré ligeramente sobre temas que están muy presente, creo no haber dejado con anterioridad nada escritos sobre lo que hoy día pienso al respecto. Siempre y en este Viernes Santo, hemos de ver e imitar a Jesucristo como el rompedor de vasijas llenas de ingentes prototipos creados por nuestros egos. Al olvidarnos de Cristo, cada día somos menos libres, esto nos produce DOLOR, y nuestra dignidad como seres humanos está condenada a MUERTE, necesitamos restablecer la cordura mediante la RUPTURA, y con la mirada puesta en el Señor alcanzar la ESPERANZA de nuestra LIBERACIÓN. No hay mayor tragedia que el estancamiento ignorado que se torna en regresión.

Dolor en el cuerpo, más el alma rota por la inacción ante tanta mentira que eclipsa la verdad, todo ello con la complicidad de una relatividad impuesta que degenera y envilece a una sociedad amorfa. Es también necesario “romper”, y esto causa un gran dolor porque, la mundialización de pérdidas de valores degrada la naturaleza del ser humano. Esta pérdida de valore y principios nos degrada por la animalidad o regresión que conllevan.

Muerte que desprende un nauseabundo olor a cadáveres de principios naturales, éticos, morales, etc., donde la reiteración de la mentira ésta queda entronizada como verdad. Donde el dios placer y el culto corporal, se anteponen al derecho a la vida de un ser humano engendrado mayormente por el desenfrenado proceder, generando cientos de miles de asesinatos en el mismísimo lecho donde la madre naturaleza fecunda la vida. ¿Qué animal provoca la muerte en el útero a un hijo o semejante? Los autos-llamados “progre” de una decadente sociedad amorfa, están presentes en los finales de civilizaciones decadente. Quiera Dios que el cambio que nos espera sea lo menos doloroso, porque, no hay parto sin sangre ni dolor, es ley de vida.

Ruptura, hoy es el día adecuado para romper con todas aquellas ataduras que nos retienen o nos mutilan; la conmemoración de la muerte de Cristo nos está indicando que, muriendo a sí mismo no nos conduce a la muerte, sino a la vida. Nuestro Señor Jesucristo venció a la muerte física resucitando, lo corrupto lo transformó en incorrupto, lo temporal en intemporal o eterno. Esta es la grandeza de nuestra fe.
Hemos de tener muy presente que: “Dios es nuestro ser, y, en Él, somos lo que somos”, pero se ha de tener en cuenta que “nosotros no somos Dios”. San Pablo en 1ª de Corintios.  6:19 ¿Acaso no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que habita en vosotros y habéis recibido de Dios? Y no os pertenecéis. Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo! Pero, si morimos a nosotros mismos y dejamos a Dios que actué a través nuestro, será Él quien actué a través de nuestro cuerpo y no nosotros.
Dada las circunstancias, aunque hoy día es casi imposible romper con el imperante relativismo “degenerativo” impuesto por parte de algunas corrientes sociales que se autodenominan progresistas, que, nos conducen hacia una deformación “irracional”, hemos de hacer lo posible desviarnos de ellas.

Esperanza de un nuevo amanecer donde florezca la vida engendrada con amor puro y sincero, estos son los deseos de los seres biennacidos; esperanza en el hombre racional que espera una evolución acorde con su naturaleza, es la esperanza de alcanzar la meta con la seguridad de esa unidad íntima, que, solo la pueda dar la manifestación de Dios a través de nuestra corporeidad en esta vida, y como visado para el regreso a la fuente de la cual emana toda existencia.

Y, la Liberación de cuerpo y, el ser en Cristo, que por su muerte y resurrección nos sólo nos liberó, sino que, nos dio tan alto honor de ser llamados hijos del Altísimo.




viernes, 12 de abril de 2019

AINOA Y SU ABUELA




Ainoa y su abuela
12 abril 2019


Ya estamos en abril, dentro de unos días se cumplirán tres meses o noventa días que nos dejó Maruchi, ella, ya está formando parte con esas almas buenas que, como gota de agua cristalina caen al mar, se mezclan o se funden en esa inmensidad de luz, paz y amor. Motivo lógico para alegrarnos pues, es el fin de nuestra temporalidad, o de nuestra existencia como seres espirituales encarnados en unos cuerpos y estos, dentro de un mundo que nos es difícil conjugar lo real con lo irreal, o, dicho de otra forma: la unión de lo material con lo espiritual.

Por voluntad de Dios, somos entes espirituales como, pero no iguales a los ángeles, en Mateo 22:30. Jesús responde diciendo: “Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento; sino serán como los ángeles de Dios en el cielo”. Somos o formamos parte de la consciencia cósmica de Dios, en definitiva, somos hijos de Dios creados por Él a su imagen y semejanza. La diferencia con los ángeles está en esta vida, que, nos dio el libre albedrío.

Con esta escueta introducción basada en los ángeles, no pretendo otra cosa que cimentar la necesidad de mentalizarnos y en cierto modo aceptar de buen grado que, cuando un ser querido marcha a otra dimensión tras el abandono de lo que en esta vida fue su soporte físico, no es el fin, sino el principio de una vida mejor. La chispa que me ha movido a hacer este comentario no es otro que al transcribir la poesía que Ainoa escribió a su abuela Maruchi. No imaginaba que una niña de solo doce años podía albergar en su interior tanto amor y tantos sentimientos a su abuela, dice así:

Ainoa (12 años)
Ayer 17:53

Desde hace un mes, todas mis lágrimas son por y para ti.
Desde hace un mes, mis sonrisas intentan recrear todos esos buenos momentos vividos.
Desde hace un mes, se que estas bien cuidada.
Desde hace un mes, sólo desde hace un mes.
Maldito mes.
Maldito 15 de enero.

Desde hace un mes, mi piel necesita tus caricias.
Desde hace un mes, mi cara necesita tus besos.
Desde hace un mes, mi abdomen necesita unirse al tuyo.
Desde hace un mes, necesito que coloques mi pelo detrás de la oreja.
Desde hace un mes, mis ojos necesitan ver tu cara.

Un mes.
Un maldito mes.
Desde hace un mes, no hay peor noticia que esa.
Desde hace un mes, deseo poder abrazarte.
Desde hace un mes, no te veo.
Desde hace un mes, no escucho tu voz.
Desde hace un mes, no siento tu piel.

Desde hace un mes, no dejo de pensarte.
Desde hace un mes, no dejo de añorarte.
Desde hace un mes, mi vida es un tormento.
Desde hace un mes, sólo te tengo en fotos.
Desde hace un mes, mi único deseo es poder volver a verte.
Desde hace un mes, sólo deseo ver un arcoíris para saber que estas bien.
Desde hace un mes, ver un arcoíris para mí es un mundo.

Desde hace un mes, no recibo tus llamadas.
Desde hace un mes, no tengo mensajes tuyos.
Desde hace un mes, mi corazón está roto en mil pedazos.
Desde hace un mes, mis mil pedazos de corazón, tiene un hueco vacío.
Desde hace un mes, ese hueco siempre estará vacío.
Desde hace un mes, te necesito.
Desde hace un mes, duermo contigo, día sí y día también.

Para Ainoa, su abuela Maruchi fue como su segunda madre, por eso en su corazoncito no cabe mas dolor ni mas deseo de sentir las caricias y los besos de su abuela. Ella es como un ángel llena de luz y de amor. Todo este sufrimiento hubiera sido mucho menor para Ainoa si todos fuésemos más conscientes de que esta vida no acaba con la muerte, esta es la metamorfosis que nos transforma y nos conduce a una vida diferente y sin límite.

Es el paso que nos transformas de seres únicos con una conciencia cósmica y universal, que, nos diferencia de los demás seres vivos al poseer, el libre albedrío compuesto por: “entendimiento” saber distinguir o discernir, “memoria” poder recordar hechos u acciones y “voluntad” la potestad de poder decidir por sí mismo.

Desde su nacimiento, Ainoa es como un ángel en la tierra, pronto comenzará a perder esa inocencia y a ganar autonomía, para así, ir pasando etapas tras etapas evolutivas, hasta que, llegue a esa metamorfosis que la unirá nueva y definitivamente a su abuela y a todos los seres de buena voluntad.