LA AMBICIÓN QUIEBRA LA PAZ
28-09-2022
Mi Paz te doy, mi Paz te dejo, es una expresión de amor, un deseo incondicional de bienestar. La paz que Jesús nos desea es, "la paz del Reino de los Cielos", la que se percibe dentro de nosotros, fuera de nosotros y entre nosotros haciéndola útil. Para ello hemos de desprendernos de todas nuestras egolatrías y amarnos los unos a los otros como Cristo nos amó y nos ama.
El Reino de Dios está dentro, fuera y, entre nosotros, es ahí donde tenemos que buscarlo con mucho Amor y discernimiento, Cristo es el Reino, el poder y la gloria, demos vida en nosotros al Verbo, porque Él está en nosotros y nosotros en Él.
La ambición ejercida desde el poder rompe la Paz, siembra odios, discordias, muertes y destrucción del habita humana. Tenemos un ejemplo muy de actualidad, Putin, no hay más que mirar la frialdad de su mirada que derrocha maldad y ambición a raudales. Nada le importa la vida de los demás, solo quiere poder, poder y poder, estos seres no se les puede denominar como ser humano por mucho que apruebe su conducta su Patriarca Ortodoxo.
Las iglesias que admiten, consienten, o hacen la vista gorda a estos crímenes de estados, no son dignas de Dios ni del respeto de los hijos de la fe. Dios es Amor, el Amor y la ambición se repelen, no pueden cohabitar. No obstante, los buscadores del Reino de los Cielos han de buscar sin descanso hasta que lo encuentren. Sin dejar de amar como Cristo nos amó, hasta dar la vida si es necesario por amigos y enemigos ya que, en cada uno de nosotros Dios cohabita en lo más profundo y sagrado de cada persona, dándonos ese hálito de vida que nos mantiene vivo.
