lunes, 30 de diciembre de 2019

HÁGASE EN MÍ TU VOLUNTAD



HÁGASE EN MÍ TU VOLUNTAD
30-12-2019

Como en ocasiones anteriores, nuevamente invoco hoy al conductor de mis pensamientos, en verdad no te conozco suficiente ni sé tu nombre, pero, sé que existe, por eso, en ocasiones difíciles te suplico y espero tu ayuda, tú sabes que estoy abierto a todo y no me acojo a nada que no proceda de ti. Es final de un año que, para mi ha sido difícil en cuanto a cambios externos e internos que solo tu y yo sabemos, como en el mundo real, cada día las cosas se ponen mas difíciles y enredadas, cuestan más trabajo hacerlas y cada vez son más dificultosas y complicadas, por eso, hoy nuevamente acudo a ti, hazme ver y sentir que, a pesar de todo yo pueda decir alegremente: hágase en mí Tu voluntad.

Para ver alguna luz, como hago con cierta frecuencia, he acudido a los salmos ya que hay mucha sabiduría cuando leemos entre sus líneas. Los escojo al boleo y entre sus líneas salen las palabras o la intuición que en ese momento necesito o creo necesitar, de toda forma a mi me suele salir. En este año que agoniza, el mundo externo está que arde por la incapacidad de sus gobernantes de llegar a acuerdos para que, este mundo recupere su salud y el ser humano pueda seguir viviendo como lo ha hecho hasta ahora, es necesario rectificar y mejorar para salvar a la humanidad.

El salmo en cuestión que me ha tocado hoy es el segundo: apliquémoslo a la situación del mundo en general y a nuestro mundo interior en particular, probemos para ver que es lo que nos viene a nuestra mente

Salmo nº 2
¿Por qué se amotinan las naciones,
y los pueblos planean un fracaso?
Se alían los reyes de la tierra,
los príncipes conspiran
contra el Señor y contra su Mesías:
"rompamos sus coyundas,
sacudamos su yugo".
Las naciones o bloques están enfrentadas por intereses de poderes tanto económicos, de dominios políticos, de naciones o bloques unos sobre los otros, etc. necesitamos paz y unidad de criterios para arreglar los entuertos que existen entre si, todos quieren ser los lideres y entre discusiones y peleas pasa el tiempo y todo camina hacia un caos cada vez mayor, se destruyen hasta principios naturales, esto es una verdadera conspiración contra la naturaleza y contra los seres que habitamos este planeta. Rompamos lo establecido, sacudamos las coyundas (cuerdas) y los yugos impuesto por los que nos gobiernan, esto es lo que nos inspiran esta parte del 2º salmo.
Con el tiempo todo es cambiante, con nuestros proyectos espirituales pasa algo parecido con la problemática anterior, nuestro interior se revela contra si mismo, existe una verdadera lucha interna entre tus proyectos o deseos internos, el choque es constante, pero, este se da en tu interior, para poder conseguir el “hágase en mi tu voluntad”, la pelea es constante, por eso Jesucristo dijo en cierta ocasión:
34 No crean que he venido a traer paz a la tierra. No vine a traer paz, sino espada.
35 Porque he venido a poner en conflicto “al hombre contra su padre, .... a la hija contra su madre,....a la nuera contra su suegra;
36 los enemigos de cada cual    serán los de su propia familia” Mateo 10:34-36
Meditemos sobre este salmo y cada cual rompa los yugos que los atan o los separan de Dios. Solo tu y Dios lo sabe.


El que habita en el cielo sonríe,
el Señor se burla de ellos.
Luego les habla con ira,
los espanta con su cólera:
"yo mismo he establecido a mi Rey
en Sión, mi monte santo".
Desde su morada nos observa, escucha nuestros lamentos, Él está en nosotros y nos sostiene, es misericordioso por causa de nuestra ceguera espiritual, Él quiere que crezcamos en el amor hacia todo, establezcamos en nuestro monte santo su morada de forma consciente, así podremos decir: “hágase en mi Tu voluntad”.
Y a los opresores y torturadores de este mundo, con toda seguridad le llegará el día de dar cuenta al que le dio potestad para gobernar y regir el destino de sus semejantes, por esto, nosotros no debemos de juzgar nada ni a nadie, pero si advertirles de sus injusticias y abusos.

Voy a proclamar el decreto del Señor;
El me ha dicho:
"Tú eres mi hijo: yo te he engendrado hoy.
Pídemelo: te daré en herencia las naciones,
en posesión, los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás como jarro de loza".
Como hijo de Dio, proclamo y alabo su Santo Nombre, y conforme a mi heredad, le pido su apoyo en el transcurrir de mis días para superar los escollos que he de sobrepasar en el transcurso del pelegrinar diario por los senderos del bien y del mal. El Padre nos dará una voluntad de hierro para gobernar a nuestro ego que tanto dificultan la gobernabilidad de nuestro cuerpo y espíritu ya que nuestras pasiones sin el auxilio divino nos romperíamos como jarro de arcilla, loza o de cristal.

Y ahora, reyes, sed sensatos;
escarmentad, los que regís la tierra:
servid al Señor con temor,
rendidle homenaje temblando;
no sea que se irrite, y vayáis a la ruina,
porque se inflama de pronto su ira.
Convertidos en reyes de nuestros propios destinos por la misericordia de Dios, regiremos nuestro mundo interior, sirviendo al Señor con inmenso amor hacia Él y hacia nuestros hermanos, ayudémosles amándolos como Él nos ama, tratemos de ver en ellos a Cristo resucitado, Él vive en cada uno de nosotros, por eso nuestro amor y ayuda ha de ser semejante o igual al amor que decimos tener al Señor, porque todos somos hermanos en Cristo. Dios es nuestro padre, y como tal Él nos ayudará como nosotros amamos a nuestros hijos, aunque en ocasiones nos regañe o nos corrija, lo hará con amor y ternura y jamás nos abandonará. Confiemos firmemente en el Señor. No hagamos nada por temor sino por amor. Tengamos siempre en cuenta que Él lo ha creado todo por su infinito amor, nos ama tanto que no solo nos creo, sino que nos hizo semejante a Él dándonos nuestro libre albedrío para que usemos con cordura y la razón y no todo lo contrario a este fin.

¡Dichosos los que se refugian en él!
Nuestra fortaleza y alegría está en saber acogernos y refugiarnos en Él. Él es nuestra roca o fortaleza, con Él no hemos de tener miedo a perdernos, como padre amantísimo reposemos en su regazo.
Termino por hoy con este breve comentario para no hacer pesada la lectura, ahora aquellos que los lean pueden abrir más ampliamente esta breve conclusión, ya que cada cual puede sentir algo parecido, semejante o diferente, ahora es el momento de abrirse a la inspiración que Dios te sugiera, Feliz año nuevo 2020.

miércoles, 4 de diciembre de 2019

NO TE RINDAS




NO TE RINDAS
4-12-2019

Hoy el conductor de mis pensamientos imaginariamente me ha llevado a un altozano para otear lo andado en el transcurrir de mis días, por una senda marcada por luces y sombras, esta es como cualquier otra senda, sinuosas por valles y montes y algo oscilantes en las extensas llanuras.

Recorriendo el camino de mi vida, he visto todas las situaciones inimaginables. En mi soledad aparente, nunca me sentí solo ni lo estuve, ni aún, en las mayores dificultades he percibido soledad. Con mayor o menor intensidad hasta el momento, he percibido algo así como un hálito de esperanza que alumbraba mis umbríos momentos cargados de dificultades. Él está siempre a mi derecha, aunque en ocasiones yo crea estar huérfano.

En la lejanía del tiempo o del caminar, advierto que, en mis abandonos era reconducido, levantado y sostenido como por una mano invisible que encausaba mis torpes pasos, ahora que soy consciente doy gracias a ese Ser que me ha conducido hasta estos momentos.

En este tiempo de adviento, vuelvo a retomar nuevos impulsos para poder avanzar hacia esa unión espiritual que me haga ver y sentir que Él vive en mí, siempre y cuando yo haga su voluntad dejando mi espacio para que, sea Él quien viva y actúe en mí, acto simple y sencillo, pero, por lo difícil que es dejar de ser yo.

La dificultad de esta actitud es, conseguir la vacuidad de sí mismo; hemos de entender que en nuestro origen éramos uno con nuestra Fuente de vida, pero al encarnar, por nuestra naturaleza humana, esta unidad al adquirir nuestra personalidad, la fuimos abandonando (raíz de nuestro pecado original), creando y engordando nuestro ego, el cual nos apartó de nuestro origen primario. Toca ahora retomar esta unidad y toma de conciencia para que, cumpliendo la voluntad de Dios, lleguemos a “reconectar” con nuestro verdadero origen, ser uno en Dios, tras seguir las huellas del Verbo encarnado en Jesucristo nuestro Señor el cual, se limitó a hacer la voluntad del Padre.

Esta es mi simple conclusión a grandes rasgos, en estos momentos de mi vida y dado el tiempo de espera o de adviento, el cual nos invita a hacer una reflexión para partir con nuevos impulsos caminando con una alegría expectante que nos conduzca a alcanzar nuevos objetivos en el transcurso del camino que aún nos queda por recorrer.

Solo me queda añadir la petición de poder ver y comprender cual es la verdadera voluntad del Padre, para que esta la hagamos “según su voluntad y no la nuestra.