jueves, 24 de marzo de 2022

INTEGRACIÓN

INTEGRACIÓN 
24-03-2022 

        Marzo está a punto de finalizar, me pregunto: ¿qué es lo que has hecho en estos 24 días transcurrido? Observarme atentamente sin intervenir ni interferir en nada de cuanto pensaba mientras caminaba y meditaba, solo observaba todo cuanto me rodeaba como, la grandeza y la simplicidad de la orografía, la inmensidad de tonalidades y variedad del reino vegetal de este inmenso valle, las tonalidades de contractes de luces y sombras, las sensaciones al oír mi respiración que se agitaba cuando la pendiente era fuerte, sentir el aire fresco sobre mi rostro, ver los almendros en flor, oír los sonidos característicos de las máquinas y utensilios de la labores de los aceituneros finalizando la recogida de las aceitunas y últimamente la corta o poda de olivos con el olor característico de las quemas del ramón. 
        
        Estas son algunas de las sensaciones que percibo cuando me integro en la naturaleza que me rodea en mis largos caminar, desde hace varios años la belleza ambiental está huérfana del trinar de los pajarillos que revoloteaban por estos entornos, estas alegrías desaparecieron cuando las curas de los olivares se hicieron con avionetas hace ya varios años, también he de decir que parece resurgir la presencias de algunos pajarillos pero, solo son muy pocos por ahora, espero volver a ver y oír algún que otros pajarillos revoloteando en las alamedas y sotos de los ríos Susana y Vadillo como en las primaveras de años pasados. 

        Los días transcurridos desde primero de año y en especial este último mes, lo estoy invirtiendo en pasear e integrarme en el paisaje de este hermoso valle, para ser un eslabón más de este entorno para ser difuminado en el mismo. Con esta forma de proceder, me siento parte integrante de mi entorno natural, alcanzando así la unión con todos los seres que viven en esta gran hoya rodeada por cumbres que oscilan entre los 1200 y 1872 metros. Así trato de impregnar mi espíritu del verdadero conocimiento y de la magnitud de semejante arquitectura derivada de la divinidad creadora de la Mente Universal (de nuestro único y trino Dios, que es padre y madre de todo lo creado, pues, de esa infinita Matriz procede todo cuanto existe en el universo). 

        Debido a nuestra naturaleza humana compuesta por un soporte material (cuerpo finito y corrupto) y espíritu (energía etérea consciente y sapiente e incorruptible), a esta unión de lo corrupto con lo incorruptible, materia y espíritu; llegado el momentos de nuestras vidas al ser humano se nos presentan muchas dudas durante nuestra existencia, por lo que, en diferentes ocasiones nos vemos abocados a plantearnos la búsqueda de nuestra causa o verdad, buscamos y buscamos pero la sensación de aceptar o acoger la verdad no nos cuadra de ninguna forma, la búsqueda de nuestra verdad nos lleva a un estado de incertidumbres, y mientras más buscamos más oscuro vemos la finalidad de nuestra existencia. 

        En tiempo pasado cuando sentía dudas al no encontrarme a mí mismo, me ayudó mucho la lectura de un libro titulado “Siddhartha” es una novela alegórica escrita por Herman Hesse (alemán nacionalizado en Suiza) la lectura de este libro me llevó a dejar de buscar cosas definidas por mí, y a pasear por la vida “sin aferrarme a nada ni a desechar nada”, decidí caminar como si “paseara por un jardín, fijándome en todo y disfrutando de todo, pero sin coger ni rechazar nada”, la ocasión de encontrar sin buscar aquello que necesitaba hallar, se presentó por sí sola, desde ese momento empezaron a aparecer como destellos luminosos que compusieron lo que yo necesitaba y como si fuese un puzle, flas tras flas se me hizo presente lo que no podía idear porque era diferente a lo que yo creía o necesitaba. 

        Dios está en todas partes, para encontrarle hay que dejarse que Él se manifieste dentro de nuestro ser de la forma que crea mejor para cada uno de nosotros.