domingo, 21 de agosto de 2016

AQUÍ ESTOY SEÑOR



¡Aquí estoy Señor!
20-08-2016

     Con motivo de hacer mi visita anual para asistir a misa en honor de la Virgen de las Angustia y del Cristo de la Luz de Fondón (Almería) y saludar a los amigos fondoneros en sus fiestas patronales, he compuesto el poema que se adjunta. Ya son 14 años consecutivos que realizó este viaje a este querido pueblo de la Alpujarra almeriense con el cual tenemos un vinculo especial ya que en 2002 se realizó el hermanamiento entre ambas poblaciones.
     Después de la expulsión de los moriscos, Valdepeñas de Jaén aportó sobre el 70 % de los nuevos pobladores, causa principal de dicho hermanamiento.
     Como nunca he puesto una foto mía en este blogs, ahora pongo las que he actualizado en facebook y en mi PC.


¡Aquí estoy Señor!... esta mañana  
salí ¡oh! Bendito Cristo de la Luz,
desde Valdepeñas de Jaén a Fondón
a rogarte por mi vida infectada;
pero..., al verte, ...mis ojos van y vienen
de mi cuerpo a tu cuerpo con vergüenza.

¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo ofrecerte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?

¿Cómo explicarte a ti mi soledad, 
cuando en la cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes traspasado el corazón?

Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mi todas mis dolencias.
El ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en mi boca pedigüeña.

Y sólo pido no pedirte nada;
estar aquí junto a tu imagen muerta
e ir aprendiendo que el dolor es sólo
la llave santa de tu santa puerta.

Puerta  abierta, para poder añadir:
Hora es de renovar nuestra identidad
fomentando y manteniendo la unión,
de los corazones de nuestros pueblos
de Valdepeñas de Jaén y de Fondón.
Por los Cristo de la Luz y de Chircales.

















jueves, 11 de agosto de 2016

TÚ, ME CONOCES




Tú, me conoces
11-08-2016
Al menos sé que hay “alguien” de vital importancia para mí que, conoce mis pensamientos aún antes de que mi mente hayan comenzado a gestionarlos. Él sondea todas las cavernas de mi ser, conoce todas las oscuras oquedades, Él es la luz, y mis opacidades para Él son como días lúcidos.

Antes de que verbalice la primera sílaba, Señor,  ya sabe cuál será la última, por eso, muchas veces ni las musitan mis labios. Me siento como acogido y protegido entre las palmas de tus manos, haciéndome sentir protegido como un polluelo en la cama de su nido, Tu amor infinito conforta mis noches aciagas. No acierto a comprender lo sublime que es tu sabiduría.

¿Adonde me podré escabullir de tu mirada?, ¿O, podré irme lo bastante lejos para que tu aliento no me alcance? Porque, si trepo hasta el cielo, estás allí; si me lanzo al mundanal abismo, también te encuentro allí. ¿Dónde podré ir que tu mirada no me abrace?

Si pienso: si al menos me cubriesen las tinieblas, para que, en entorno a mí la luz se torne en una oscura noche, de nada vale porque, las tinieblas son lúcidas para Ti y las noches son claras como un luminoso día.

me has tejido en el seno materno creando mis entrañas, y conoce perfectamente cada uno de mis huesos. Te doy gracias Señor, porque me has escogido prodigiosamente, porque son admirables tus obras y desde el principio conoces los misterios de mi alma.  

Antes que llegase el primero, mis días estaban calculados; tus ojos ven todas mis acciones, todas están escritas en tu libro. En lo oculto, en lo profundo de la tierra me ibas formando mientras, tú me iba entretejiendo. Llévame a que me entienda a mí mismo como un todo, alma y cuerpo, sentidos y mente, sabiduría y locura. Dame, Señor, la gracia suprema del conocimiento propio frente a ti en el contexto de tu creación entera.

Dios mío, la concurrencia de tus designios son incomparables, ¡qué inmenso es su conjunto! Es imposible contarlos porque, son más que los granos de arena del desierto, aún me quedas tú si los doy por terminados.

Sondéame y conoce mi corazón, Señor, ponme a prueba y conoce mis sentimientos, para que no me desvíe, mira mi camino, ¡en el eterno camino guíame!.

NOTA:
DESPUÉS DE LEER EL SALMO 138, ME INDUJO A DARLE FORMA COMO DE ORACIÓN Y AGRADECIMIENTO A DIOS.



domingo, 7 de agosto de 2016

MUERO PORQUE NO MUERO



Muero porque no muero
07-08-2016

Somos seres espirituales encarnados por tanto, hemos perdido el sentido de nuestras vidas como verdaderos seres humanos. Esta vida es  como una rosa, a pesar de tener espinas, su grandeza está en dar a conocer y experimentar a los demás su belleza y fragancia. La vida es corta, hemos de aprovechar el tiempo para exponerla lo máximo posible dándonos a los demás para que, puedan contagiarse de su fragancia y belleza.

Sin embargo, tomamos la vida como un castigo, nos lamentamos constantemente amargando nuestra existencia, nos llenamos de ambición, odio, rencor y solo pensamos en complacer nuestros ombligos. Llenos de ambición de poder, de poseer riquezas, con ojos que rebozan odios e ira hacia los demás. Así nos va todo cuanto nos rodea o, todo cuanto tocamos con estas manos creadas para ayudar y hacer el bien y no para autodestruirnos, ya que todo cuanto hagamos a los demás nos lo hacemos a nosotros mismos.

Nuestra finalidad es ser semejante a nuestro Creador, Él creó todo cuanto existe pensando en su ser semejante y amado que somos nosotros; el Verbo se encarnó y habitó entre nosotros, y nos dio a conocer al Padre, pues Cristo dijo a Felipe: “Quien me ha visto a Mí, ha visto al Padre”. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? (Jun. 14,9) ….. ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? (Jun. 14,10)”.

Lo verdaderamente importante es que Cristo nos enseñó el camino para poder ser también llamados hijos de Dios y coherederos de su gloria. Cristo vivió haciendo la voluntad del Padre, Él quiere que le imitemos dando vida en nuestros cuerpos a su Espíritu Redentor. Viviendo la comunión de los santos, amando y perdonando como Él nos ama, pues Él nos amó hasta el extremo de dar su vida por nuestra salvación. Con su resurrección nos enseñó que después de esta vida existe otra vida más real que ésta, aquí somos un espíritu que da vida temporal a un cuerpo corrupto ya que la muerte es solo del cuerpo pues, la vida de nuestro espíritu seguirá eternamente junto a la de nuestro Padre Dios, siempre que imitemos a Cristo.

      Si le damos vida al espíritu de Dios en nosotros, Él morará en nosotros y nosotros moraremos en Él de una forma real y consciente. De lo contrario no seremos consciente aunque, de todas formas el espíritu divino mora en nosotros como en todo ser creado, su sabiduría y poder se manifiesta en la belleza y complejidad de cada uno de los elementos creados ya pertenezcan al microcosmos o al macrocosmos. Aunque Dios se manifiesta en todo el universo creado no quiere decir que el universo es Dios, él trasciende todo cuanto existe ya sea visible como invisible. Lo más acertado posible es que Él “ES”, y trasciende a toda cosa, conocimiento o expresión, Su nombre es impronunciable. En Éxodo 3,14 Dios dijo a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: "YO SOY me ha enviado a vosotros."

¿Por qué tenemos tanto miedo a la muerte de nuestros cuerpos?, porque no creemos o no somos conscientes de que somos el espíritu inmortal emanado del espíritu del Nuestro Padre Divino que vive en nuestros cuerpos, solo creemos en el ego que emana de nuestra mente material y animal que, domina y trata de eclipsar la existencia de nuestro verdadero ser que es nuestro espíritu inmortal, él es quien da vida a nuestro cuerpo mortal, por eso nuestra mente material intenta por todos los medios no pensar en su fin que es la separación o liberación del espíritu ya que al abandonar este deja de vivir el cuerpo y se descompone para volver a ser materia inerte disolviéndose en la misma materia, (Génesis 3:19 “polvo eres y en polvo te convertirás)”.

Cuando el hombre es totalmente consciente de la inmortalidad de su alma o espíritu, en la postrimería de su vida anhela el regreso porque es consciente de que su labor en este mundo ha acabado y desea amorosamente unirse al Amor del cual procede. Santa Teresa de Jesús decía:
¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

En esta situación, no solo es la muerte deseada, sino también amada.