jueves, 28 de julio de 2022

SOPLO DE VIDA

 



SOPLO DE VIDA

28-7-2022

    Espíritu Divino, gracias por darme a percibir este soplo lleno de frescor y de vida, todo me parecía naufragar tras meses de relajación por muchas y diferentes causas, y para remate, éstos últimos meses de calor tórrido plagado de incendios que por doquier huelen a, apocalipsis.

    Tras la lectura del Salmo 30 y meditar bien sobre mi caminar y dicha lectura, he observado existe cierto paralelismo entre mi actual circunstancia y la del salmista, por ello transcribo íntegro dicho salmo, supongo que puede serle útil o despertar curiosidad a algún lector de este blogs, creo que su lectura, puede sernos una ayuda útil.

SALMO 30

    A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú, que eres justo, ponme a salvo, inclina tu oído hacia mí; ven aprisa a librarme, sé la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y guíame: sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi amparo.

      

    A tus manos encomiendo mi espíritu: Tú, el Dios leal, me librarás; Tú aborreces a los que veneran ídolos inertes, pero yo confío en el Señor; Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría.


  Te has fijado en mi aflicción, velas por mi vida en peligro; no me has entregado en manos del enemigo, has puesto mis pies en un camino ancho.


    Piedad, Señor, que estoy en peligro; que se consumen de dolor mis ojos, mi garganta y mis entrañas.


    Mi vida se gasta en el dolor; Mis años en los gemidos, Mi vigor decae con las penas, mis huesos se consumen.


    Soy la burla de mis enemigos, la irrisión de mis vecinos, el espanto de mis conocidos; me ven por la calle, y escapan de mí. 


    Me han olvidado como a un muerto, me han desechado  como a un cachorro inútil.


    Oigo el cuchicheo de la gente, Y todo me da miedo; Se conjuran contra mí y traman quitarme la vida.


    Pero yo confío en ti, Señor, Te digo:” Tú eres mi Dios.” En tus manos están mis azares: Líbrame de los enemigos que me persiguen; haz brillar tu rostro sobre tu siervo, Sálvame por tu misericordia.


    Qué bondad tan grande, Señor, Reservas para tus fieles, y concedes a los que a ti se acogen a la vista de todos.


    En el asilo de tu presencia los escondes de las conjuras humanas; los ocultas en tu tabernáculo, frente a las lenguas pendencieras.


    En el asilo de tu presencia los escondes de las conjuras humanas; los ocultas en tu tabernáculo, frente a las lenguas pendencieras.


    Yo decía en mi ansiedad: “Me has arrojado de tu vista!; pero tú escuchaste mi voz suplicante cuando yo te gritaba.


    Amad al Señor fieles suyos; el Señor guarda a sus leales, y a los soberbios les paga con creces.


    Sed fuertes y valientes de corazón, los que esperáis en el Señor.


 

    Me siento feliz al meditar sobre las palabras de este Salmo: «Tú eres mi Dios; en tus manos están mis azares».  ¡Benditas manos! ¿Y cómo he de volver a dudar, a preocuparme, a acongojarme pensando en mi vida y en mi futuro, cuando sé que está en tus manos? Alegría de alegrías, Señor, y favor de  favores.