Con espíritu peregrino
2018-12-03
En estas fechas, suelo hacer un breve resumen desde el principio hasta el final del periodo transcurrido. Todos ellos comienzan con el inicio del tiempo litúrgico en Adviento, este año 2018 apenas difiere muy poco con años anteriores. Todo se repite en ambas vertientes dando la impresión de que nada se ha movido pero, esta observación no es real, no advierto nada mas claro que el punto más importante que es, “seguir caminando”, de todas formas es un aliciente o reconfortante ya que, caminamos hacia el Señor, ¿que nos parece insuficiente? ¡sí!, pero en estos tiempos no importan las oscilaciones, sino el mantener encendida la lámpara.
El Señor no es exigente como lo somos nosotros, Él se conforma con un gesto misericordioso o con un “te amo” dirigido especialmente hacia aquellos/as personas que más nos incomodan, porque en: (Mateo 5:38-48) 43 Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo”. 44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, 45 para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir el sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. 46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? 47 Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? 48 Por tanto, sed, perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.
Mas adelante, el evangelio de san Mateo en el capítulo 22:36-40 dice: 36“Maestro, ¿Cuál es el mandamiento principal de la Ley?”. 37Él le dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”. 38Este mandamiento es el principal y primero. 39el segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. 40En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas”.
Al comenzar este nuevo ciclo, mis expectativas son inmejorables, ya que mi corazón está inmensamente lleno de regocijo ante la inminente peregrinación a Tierra Santa que comienza el próximo lunes día 10. Cada día voy siendo algo más consciente de que Cristo vive en mí y yo en Él, con esta visita o peregrinación espero poder alcanzar una mayor visibilidad interior para poder vivir con la máxima lucidez espiritual esta realidad: “Dios en mí y yo en Él”. No es lo mismo reconocer o intuir que, vivir este preciado don divino en todas sus magnitudes posible.
Como Cristo y viviendo en Él, recorreremos la misma tierra que le vio nacer, seguiremos física y espiritualmente las huellas de sus pisadas y ...... al final, con toda nuestra mayor confianza nos lanzaremos al “abismo del Dios Padre” con todo convencimiento y con todas las fuerzas que emanen desde lo más profundo de nuestras mentes y de nuestros corazones ...... “Padre, en tus manos encomendamos nuestras almas, hágase en nosotros tu voluntad y no la nuestra”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario