Caminar
junto a ti es vivir. Quiero seguir contigo caminando y unidos, cuando el cansancio
agote mis fuerzas, no dejes que me quede rezagado, necesito estar a tu lado
para poder oír tus pasos, el sonido de tu respiración es como el faro que
alumbra y orienta mi caminar. No me dejes seguir solo arrastrando los pies y levantando el polvo del camino, quiero seguirte pisando tus huellas, y en mi
cansancio, deseo olvidar el esfuerzo realizado reclinando mi cabeza en tu
regazo, porque tú eres mi padre y mi adorada madre, que me acaricia y consuela.
Avece,
mi realidad se convierte en espejismo, te siento pero, temo que tu imagen
desaparezca, sabes muy bien que cada día la edad pesa y pesa. Y la voluntad se
debilita, la inestabilidad se hace evidente, se que todo esto es el preludio de
una metamorfosis que nos catapultará a otras esferas perteneciente a los
orígenes de nuestro ser. Allí diversos y unidos alabaremos tu santo nombre.
Mientras
tanto, seguiremos caminando Señor, no permitas que me olvide de ti porque, la
vida de todo ser humano en este mundo o esfera está ligada a ti, nuestros cuerpos
son templos vivos de tu Espíritu, Tú eres el soplo inhalado que da vida a
nuestros cuerpos, por lo que, nuestros cuerpos se transforman en templos vivos
de tú Espíritu Santo, por esta unión estamos impregnados de tu infinito amor,
esta unión nos eleva a ser tus hijos entendiendo que por ella formamos parte de
la gran familia de los llamados hijos de Dios.
Estamos en vísperas de la semana grande de la cristiandad, pidamos a Dios por la paz y libertad, al igual que Cristo resucitó, por amor a Él renazcamos o resucitemos a una nueva vida repleta de amor y fraternidad, por la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo el cual vive en el Padre y Él en nosotros, para que seamos consciente de que al igual que el vive en nosotros, nosotros vivamos en Él, caminando hasta alcanzar la unidad en Él.
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