Travesía
20-04-2015
Ha pasado casi un
mes y mi silencio ha brillado, mi blog ha permanecido mudo no por falta de
ideas sino por necesidad de recogimiento ante unos meses tempestuosos, en estas
situaciones creo que es mejor permanecer en silencio hasta que el corazón tome
bríos.
Las travesías son
duras y parecen que estás completamente solo pero, no es así. Siempre está
vigilante y silencioso, Él camina junto a ti, no te detiene, no te abandona, no
te dice hacia donde debes de dirigir tus pasos ni te da palabras de aliento, Él
camina junto a ti pero calla, no quiere alterar tu libertad, la decisión es
solo y exclusivamente tuya, quieres que aprendas a caminar con pasos firmes y
equilibrados.
Para que tu fe se
robustezca y tu amor permanezca firme tanto en la adversidad como en la
fortuna; en tus errores, Él no te castiga sin embargo premia tu constancia, Él
está permanentemente dentro de tu piel para que… le des oportunidad de
manifestarse mediante el fruto de tus acciones, (aunque tu no lo sepas, no lo
quiera saber o no lo admita), su espíritu permanece toda tu vida junto a ti,
quiere que tu te transforme en Él para que Él se pueda transformar en ti.
El trabajo es
minucioso, hay que estar muy pendiente de los pequeños detalles, de cómo y con
que intención lo haces. Has de darte cuenta de los fallos ya que por lo general
son más numerosos que los éxitos, hay que estar vigilante y ofrecer al Padre
los aciertos y los fracasos, unos para que los mejores y a los otros para que
los purifique, para que sean transparentes como el aire.
Hay que estar muy
atentos al desanimo, al más mínimo despunte alejarlo de nuestra mente. En estos
momentos tu soledad es absoluta en apariencia y como tal la siente, solo tu fe
se puede mantener por el amor a Dios y a todo cuanto ha creado, especialmente a
nuestros semejantes ya que en todos ellos esta su presencia en espíritu y
verdad:
(Juan 12: 26 Si
alguno me sirve, sígame; y donde
yo estoy, allí también estará mi siervo. Si alguno me sirve, el
Padre le honrará.
Gálatas 2:20 He
sido crucificado con Cristo. Ya no
soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí).
Lo relatado solo son unas breves pinceladas del gran lienzo del desierto y de su travesía, por ahora no es el mejor momento para extenderme en un relato que amén de siniestro y doloroso no se cuanto me queda para dejarlo definitivamente tras mis huellas.
Lo relatado solo son unas breves pinceladas del gran lienzo del desierto y de su travesía, por ahora no es el mejor momento para extenderme en un relato que amén de siniestro y doloroso no se cuanto me queda para dejarlo definitivamente tras mis huellas.
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