Anda
y no peques más
23-03-2015
¿Por qué a mí?, ¡Padre!, ¿qué he hecho
o qué has visto en mí?. No soy digno de Ti, sin embargo, tu has estado siempre
insistiéndome. ¿Cómo?, si mi vida no tiene valor, está llena de
contradicciones, con idas y venidas, he sido como perro sin amo, unas veces Te
he amado y otras muchas he tratado de despojarme de tus insistencias, ¡porqué!.
¿Acaso, la luz del mundo me cegaba?, ¡hasta he tratado de buscar consuelo fuera
de Ti!.
Como ciego y sordo en el fondo de mi
alma yo, inconscientemente te buscaba, pero mi ceguera embriagadora rechazaba Tu Luz. En muchas
ocasiones solo he vivido pensando en mis intereses, yo, yo y solo yo. Otras
veces he sido como una especie de corsario o mercenario en guerras políticas
que en realidad no me incumbían o no estaban dentro de mi o no encajaban con el
fondo de mi ser.
Buscador inseguro, sin guías ni maestros,
rebelde e inconformista en el teatro de la vida he llevado mis correspondientes
máscaras, es posible que esa sea la causa por la cual Tu luz no me hizo ver mis
semblante, ahora necesito valor para despojarme de ellas, para que, desde ahora
en adelante mi rostro pueda ver a través de Tu Luz.
Quisiera poder decir como el salmista: Tu bondad y tu
misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa
del Señor por años sin término. Es verdad que, tu Amor me
ha acompañado todos los días de mi vida, pero, mis respuestas han sido vacilantes,
sin dejar definitivamente de ser yo para que tu vivieras en mi. Es hora de
darte una respuesta firme que perdure en el tiempo que me resta.
Ven, no esconda tu rostro, Te necesito
más que nunca, lo quiero y lo deseo pero sin tu intervención nada definitivo
puedo ofrecerte, solo son migajas lo que hasta el momento te he ofrecido.
Quiero darte todo lo que soy para que, a través de mi pueda manifestarte y así
poder dar mayor honor y gloria al que ES, a través de la acción de tu Espíritu
Santo hacedor de todo cuanto existe por voluntad del Padre.
Acepto la naturaleza de mi ser, y reconciliado conmigo mismo ya no tengo
nada que reprocharme, he entendido tu mensaje al no tener nada que perdonar
porque Tú ya me has perdonado. San Juan 8.11 dice: Jesús
dijo: «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más. Señor Jesús, con Tu
muerte asumiste los pecados de todos los hombres, todos estamos incluidos, haré
lo que me pides: “anda y no peques más”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario