El circuito de la vida
21-11-2016
La vida es como una carrera de fondo
en un circuito permanente, con un principio en el cual, nuestras energías vitales
procedentes de otras esferas, siendo acopladas a unos cuerpos de animal dando por
resultado al ser humano, con esta fusión temporal, se crea una lucha interna, entre los
instintos del animal que sirve de soporte material para que, la consciencia sapiente-vital pueda y deba seguir los pasos de esa vida energética-espiritual.
Esta lucha interna ha de seguir
hasta el final del ciclo de cada persona, por esta razón se ha de tener en
cuenta el estado del cuerpo y de la vida del espíritu o de esa energía vital,
hasta que, llegado el momento el cuerpo vuelva a su origen fundiéndose con la
materia. Y la energía vital libre de las ataduras con la materia, para que, el espíritu
se reúna y se refunda con la Fuente de energía infinita, pues de ella
procedemos y a ella volveremos.
El adviento es como esas entradas a boxes
para repostar combustible o reponer alguna pieza rota o desgastada; siendo fundamental
poder tener a punto el cuerpo-vehículo y gobernar con toda firmeza rodando y
rodando en condiciones, por el circuito de la vida.
Pronto, con la llegada del adviento nos devolverá al horizonte de la esperanza, de esperar que vuelva a nosotros lo que nunca se marchó.
Dando tiempo para que
busquemos lo que en la vida se perdió, a admitir que permanece dentro
de nosotros Aquel que siempre estuvo, ya que jamás se ausentó.
Avivemos la llama de la fe que espera,
pues nuestra cruz es una esperanza crucificada, así ha de ser nuestras vidas,
llamas de fuego de amor que acrisola y purifica el alma. Es tiempo de abrir
bien los ojos, el adviento es el otero al cual se ha de subir para orientar
nuestras pisadas en pos del Redentor.
El adviento es como la ITV de
nuestras andanzas, es (I) inspección de nuestro estado espiritual, ver si
cumplimos con los objetivos que nos marcamos en el anterior examen de
propósitos e intenciones. Ver si con las (T) técnicas utilizadas permanecemos
en buen estado o, si necesitamos algún tipo de reparación y modificación. Revisar
(V) el estado del vehículo cuerpo-alma,
para poder seguir en las mejores condiciones del ascenso al Gólgota, dando fin
a la materia y la liberación energética del alma.
Es el tiempo de la revisión de técnicas
y propósitos, es el reajuste que temporalmente necesitamos para poder alcanzar
los colofones marcados, es estar preparado para reparar las deficiencias y
fallos que hacen imposible continuar avanzando, es aceptar nuestra cruz
particular en la cual, están clavadas nuestras esperanzas.
Cada final de años y antes del
renacimiento del Cristo íntimo, al menos yo necesito una revisión general del
año que ha transcurrido, para salir veloz y con fuerzas como los coches en un
circuito y tras múltiples vueltas, poder llegar al final, no importa ser el
primero o el último, lo importante es participar y llegar a la meta, y así año
tras años hasta que el Señor quiera separar al piloto de su herramienta, (al
alma de su cuerpo).
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