lunes, 28 de noviembre de 2016

EL REINO DE DIOS


El Reino de Dios
27-11-2016 
Hoy es primer domingo de adviento, como en años anteriores se cierra el ciclo y hay que analizar los fallos y progreso que posiblemente los hubo, también toca planificar el nuevo tiempo adaptando los propósitos para que, renazca en nuestro interior el Cristo íntimo más lleno de luz, y siendo más consciente que el Espíritu Santo ilumina cada uno de nuestros actos y pensamientos.
En este nuevo ciclo que comienza con el adviento, hagamos realidad el deseo de Jesucristo: Mateo 6:3333Buscad sobretodo el reino de Dios y su justicia (rectitud), y todo esto se os dará por añadidura”.

[Notas:
Se supone que buscar la justicia de Dios y su reino debe ser la prioridad más importante de la vida, más que nuestros esfuerzos para proveernos de comida, bebida y vestimenta. Rom. 14:17-18.17Porque el reino de Dios no es comida y bebida, sino justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo; 18el que sirve en esto a Cristo es grato a Dios y acepto a los hombres”.
Para hacer esto, en muchos versículos, Cristo nos dijo: "Venid a mi”; (venid, no prioritariamente a los oficios y servicios religiosos que se practican en los templos o en vías públicas, aunque digan que Él está allí, o en leer y estudiar las Escrituras porque: Jesús en Juan 5:39-40 nos dice: 39Estudiais las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, 40¡y no queréis venir a mí para tener vida!”.
Debemos ir directamente a Él; él nos dijo cómo buscarle, la cuestión más importante es sentarse a sus pies y escuchar las palabras que él nos habla, Lucas 10:39-42. 39Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Marta, en cambio andaba muy afanada en los muchos servicios…. 41….Marta, Marta, andas inquieta y preocupada en muchas cosas; 42solo una es necesaria. Maria, pues, ha escogido la parte mejor, y no le serás quitada”.

 Hemos de sentarnos, esperar contemplado humildemente en silencio, escuchar en nuestro interior, y velar mientras meditamos en el Nombre de Jesús; si nosotros en nuestro interior le oímos a Él y luego con toda satisfacción aceptamos su voluntad, estaremos siguiendo a Cristo y, participando en la  construcción del reino de Dios.
De la Palabra del Señor en el interior podemos deducir que: "Podemos vivir en el cielo y aún caminar en la tierra. Buscad primero el reino de Dios, “y todo esto se os dará por añadidura”, siempre y cuando nos mantengamos en el camino.")

También el apóstol nos recuerda aquellas palabra o sentencia de Jesús: Lucas 18:17 “17En verdad os digo, el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él”. El ser humilde, con la bondad y naturalidad de un niño nos hace poder alcanzarlo, el ser como niño no quiere decir que seamos unos pánfilos, torpes o necios. 
Para ampliar nuestra objetividad sobre el Reino de Dios, añado varias citas más de los evangelios,
Lucas 9:60 “60Le contestó: Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú, ¡vete a anuncia el reino de Dios!
Mateo 12:28 “28Pero si yo expulso a los demonios por el Espíritu de Dios, es que ha llegado a vosotros el reino de Dios.
Lucas 9:2 “2Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos”.
Lucas 10:9 9Curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”.

A pesar de lo muchos escritos sobre el Reino de Dios, los autores de algunos escritos sobre este tema, parecen estar algo perdidos, el Reino es similar a la Iglesia en tanto que, una parte es visible y la otra pertenece a lo invisible o espiritual. Creo que debe de existir entre una y otra una correlación o acciones de vidas en comunión; el éxito del inicio de la cristiandad, se debió a la vida en comunión entre los cristiano con el Espíritu Santo; miremos a nuestro alrededor y fijemos cual es en términos objetivos la fidelidad a Cristo de gran parte desde los prelados a los feligreses de la Iglesia, seamos honesto pues, la ausencia del espíritu evangélico hoy, deja muchísimo que desear.]

Tomemos cartas en el asunto, cada cual en su lugar y luchemos por restaurar el Reino de Dios, pongamos cada uno sus granitos de arena y, alcanzaremos la purificación institucional, empezando por purificar nuestras propias vidas. Para ello veamos que nos dice san Lucas 17:21 21ni dirán: “¡Está aquí!” o “¡Está allí!” Porque, mirad, el reino de Dios está (dentro y alrededor) en medio de vosotros”. (El reino de Dios es una dimensión paralela que ocupa el mismo espacio físico en el que vivimos. Para entrar en el reino de Dios dentro y alrededor de nosotros, es ser trasladados a una dimensión espiritual de conciencia y visión, en unión con Cristo y/o con Dios, pero mientras caminamos sobre la tierra, esta unión no podemos conseguirla por nuestros esfuerzos personales, es un regalo o don que solo se puede conseguir por medio de la luz de Dios.

Busquemos dentro de nosotros mismo mediante la meditación y contemplación de la palabra de Cristo, para que en nosotros renazca desde lo más íntimo el Espíritu Divino, Él nos enseñará a vivir y caminar como lo hizo cuando estuvo entre nosotros como hombre sobre la tierra. Y poder decir como San Pablo: Gálatas 2:20 “20 Con Cristo he sido juntamente crucificado; y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí.3 Lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí.”
Carguemos con nuestra cruz que es la aceptación de la voluntad de Dios, vivamos en el amor con la esperanza crucificada que es vivir en la cruz, para que, en ella mueran nuestros errores y podamos resucitar con Cristo, pues a semejanza de Él vivamos para alcanzar el Reino de Dios.




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