Señor, te amaré de por vida
30-10-2016
¡Señor y Dios mío!,
para mí, no es posible vivir sin amarte, porque tú estás dentro de mi corazón. A
veces la niebla de la duda empaña mis ojos, la falta de tu luz parece asfixiar
mi existir.
Mi mirada cae
a tierra, cuando todo es gris, un rayo de luz me hace ver la silueta de una hormiga
cargada con un grano fuertemente agarrado con sus mandíbulas, es transportado
al granero para transcurrido el tiempo, sea sacado para alimento, dando vida a
la vida.
Pienso que soy
ese grano de trigo transportado a la oscuridad de la no existencia, es para que
mi mente (ser) madure, fermente y sea triturado para que eclosione a una nueva
visión de la vida, donde la luz es el amor a todo cuanto nos rodea, porque el
amor de Dios está en todas las cosas, grandes o pequeñas.
El orden y la
perfección es visible en todas y en cada una de ellas, hasta en las más simples
en apariencias, ¿cuánto saber, orden y belleza gritan?, ¡mirad, mirad, en mí
esta la grandeza! Soy así por la evolución, el amor y por la voluntad de un
pensamiento-deseo de Dios. Él, para crear no necesita materia más o menos densa,
ni manos que la modelen, Él piensa y crea, sus deseos son leyes y ordenes que
la evolución transforman en entes, es su Espíritu hacedor quien crea y actúa calladamente,
Dios se manifiesta a través de las leyes que hacen posible el desarrollo silencioso
y evolutivo, y en la armonía del cosmos, en cuya creación se revela su saber, su
poder y su gloria.
Necesitamos madurar
y fermentar para que nuestros yoes sean triturados en el crisol del fuego
interior y eclosionemos en amor luminoso. Como la hormiga, nuestra voluntad ha
de agarrar fuertemente lo que aún quede de nuestro ser, y conducirlo al Gólgota
para ser inmolado.
En las noches
oscuras del alma, cuando no hay consuelo y todo parece perdido, llega un
momento en que la cruz se hace consciente y te agarras fuertemente a ella, entonces,
se produce la eclosión, desaparece la espesa niebla y todo se ilumina, el amor
se torna en vida y la vida en amor. Comienza a vivir y a evolucionar, y de
destructor de ti mismo, te has convertido en corredentor y coprocreador, pues
comienza a crear amor, armonía, misericordia, etc.
No pienses que
aquí todo ha acabado, no, de vez en cuando reaparecen nuevos ciclos, estos cada
vez parecen ser más virulentos, pero ya nada importa o, no debe de importar porque, tiene la
certeza que son etapas necesarias para poder ir evolucionando en un amor cada día
mayor, caminando hacia ese gran amor integrándonos en él.
Tengamos siempre
presente que Dios está en y con nosotros. Procuremos no sentirnos abandonados,
porque él siempre está con nosotros y no nos va a dejar, él no puede
abandonarnos, pues somos su creación y su producto, sus hijas, sus hijos, sus propósitos, y nosotros mismos. …. Así que llamémosle, cuando y donde nos
separemos de la parte que es Él, … porque Él siempre estará allí para
socorrernos.
NOTA: no olvidar nunca. “Dios está
en ti”. Ni te abandona ni puede abandonarte, eres parte de Él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario