EL CAMINO DE LOS JUSTOS
01-04-2020
“Abril, aguas mil”, del refranero popular, (así de abundantes son las noticias sobre el Coronavirus o Covid 19), aunque las cifras de infectados van disminuyendo según las noticias dadas por el presidente, ministros y portavoces, yo, almeno las mantengo en cuarentena, son noticias dadas por unos personajillos carentes de credibilidad, porque mienten más que hablan, esperemos que ahora cansados se equivoquen de vez en cuando y salgan noticias verdaderas que nos vengan “como agua de mayo” que es el siguiente refrán.
Como el agüita de mayo esperamos buenas noticias y más aciertos a la hora de tomar decisiones, y que estas sean acertadas. Este pueblo no se merece unos dirigentes tan mentirosos, en especial el presidente y, el bice pro-chavista, este debería apellidarse “infierno” y no Iglesias. El tiempo pondrá a cada uno en su lugar. Este país necesita gentes nueva que muestren menos odio y mas amor.
Esta mañana a la hora de meditar, me vino al pensamiento hacerlo hoy sobre los Salmos, hoy al ser 1 de abril, decidí comenzar por el principio, por el Salmo nº 1 que se titula: El camino de los justos. Durante la meditación apliqué su titulo a la situación actual. Nuestras vidas son como caminos que hemos de recorrer hasta llegar a la meta final, el camino es la vida misma por tanto, al ir transitando, cada cual lo hace según su libre albedrío, esto nos hace ver que unos pasan como hombres justos y otros como impíos.
El final del hombre justo es semejante a un árbol cuyos frutos son buenos y abundantes, esta es la imagen del hombre ecuánime. Sin embargo, el hombre que en su caminar se comporta como la “cigarra”, pegada al tronco de un árbol seco, sus cantos volarán como el viento y su frutos vacíos caerán al muladar. Ésta es la imagen del hombre necio.
Transcribo íntegramente dicho salmo y cada cual saque su conclusión tras la lectura del referido texto.
El camino de los justos
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.
Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
En el juicio los impíos no se levantarán,
ni los pecadores en la asamblea de los justos;
porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.
ORACIÓN
Tengo suerte, Señor, y lo sé. Tengo la suerte de conocerte, de conocer tus caminos, tu voluntad, tu Ley. La vida tiene sentido para mí, porque te conozco a ti, porque sé que este mundo difícil tiene una razón de ser, que hay una mano cariñosa que me sostiene, un corazón amigo que piensa en mí, y una presencia de eternidad día y noche dentro de mí. Conozco mi camino, porque te conozco a ti, y tú eres el Camino. El pensar en eso me hace caer en la cuenta de la suerte que tengo de conocerte y de vivir contigo.
En ti encuentro las raíces que dan firmeza a mi vida. Tú me haces sentirme como «un árbol plantado al borde de las aguas». Siento la corriente de tu gracia que me riega el alma y el cuerpo, hace florecer mi capacidad de pensar y de amar y convierte mis deseos en fruto cuando llega la estación y el sol de tu presencia bendice los campos que tú mismo has sembrado.
Necesito seguridad, Señor, en medio de este mundo amenazador en que vivo, y tu ley, que es tu voluntad y tu amor y tu presencia, es mi seguridad.
Te doy gracias, Señor, que has trazado para cada uno de los hombres un camino de salvación y has dado al mundo a tu Hijo Jesucristo, camino, verdad y vida; no permitas que abandonemos el camino de los justos.
Gracias, Señor, como el árbol se las da al agua y a la tierra.
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