MEJORAR LAS PEQUEÑECES
10-01-2014
El pasado día 7 en mis reflexiones, entre otras
cosas anotaba:
<Mi tarea durante este año ha de
ser por el camino del dejar de ser, de la renuncia libre y alegre para pasar a
la nada para que, el que entregó su vida en un árbol, en el árbol de mi vida la
recupere, entonces no seremos dos; solo él y no yo ha de usar mi coraza, (Él) no
se esconderá tras ella como hago yo, la transformará en túnica blanca y su luz
purifica, limpia y espanta la ausencia de luz de mi alma.>
El nuevo año me trae reflexión sobre todo lo
pequeño, de lo que no damos importancia, yo digo que es labor de un paciente
relojero, cuidar, limpiar, engrasar y ajustar el minutero; es trabajo de
jardinero en campo árido, arrancando hierbas malas y cuidando de florecillas diminutas
en tamaños y alturas.
Es tratar de crear y mantener una alfombra con
flores que casi no se ven, pero cuando las unimos, nos damos cuenta de la
belleza de sus variopintos tonos y colores
y amén de su fragancia.
Son las pequeñas cosas que hay que cambiar o
modificar día a día y momento a momento, es ir cambiando el paisaje de tu vida,
es arrancar pequeñeces de tus adherencias que nada valen pero atascan las ruedecillas
de ese imaginario reloj, es como quitar el polvo y engrasar las ruedecillas.
Es como cuando te fijas en el estado de tu casa y ve
que todo funciona pero, hay pequeños desconchones en las paredes, bisagras de
puertas que se agarran y rechinan, cuadros que si te fijas están torcidos,
tornillos flojos que necesitan media vuelta de apriete, una bombilla fundida en
un pasillo que apenas usa, así podríamos rellenar varios folios con pequeñeces,
son desgastes y malas costumbre porque todo funciona, pero hay deterioro que
afea y resta valor y funcionalidad, es un trabajo de conservación, es
importante y necesario aunque todo aparentemente funciona.
Esta es mi tarea para este año, trabajar sobre lo
pequeño para mejorarlo y limpiar el polvo acumulado formado por carácter agrio,
atenciones y cuidados aunque no te lo soliciten, aceptar con agrado todo aquellos
detalles que te hieren y huelen mal aunque vomite, perdonar y perdonar,
desprenderte de necesidades creadas, rechazar criticas y opiniones sobre los
demás, etc.
Es renunciar y eliminar de tu quehacer diario todas
esas pequeñeces que casi sin darnos cuenta hacemos, son cosas pequeñas que
arrastramos y al ir acumulándose se suman unas a las otras, y lo que casi no
era nada se convierte en un todo que no nos deja avanzar.
En el evangelio se nos dice que el que es justo y
fiel en lo pequeño, lo es en lo grande, solemos fijarnos en los grandes
detalles, olvidando los pequeños, sin darnos cuenta que las grandes obras están
hechas de muchos detalles pequeños, y en cuanto más grandes son las obras mayor
número de detalles contienen.
Por eso es tan importante el cuidar de los pequeños
detalles ya que es la base de todo, a mayor obra o grandeza mayor es su masa de
materia o energía, hemos de cuidar muy bien que el valor de las grandes cosas
dependes de la pureza de las partículas que las componen.
Durante este año creo que he de escribir menos y
dedicar el máximo tiempo a observarme más las pequeñeces, he de hacer trabajos
muy variados en cuanto a temas y menudencias, el esfuerzo creo que ha de estar
en la observancia de lo cotidiano, lo de escribir menos creo que es más
importante limpiar y mantener que emplear un tiempo en plasmar lo que se pensó y
no se realizo creando mas engorro y confusión, me consuela recordar el dicho “obras
son amores y no buenas razones”.
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