martes, 3 de diciembre de 2013

RESISTE Y ESPERA

RESISTE Y ESPERA
03-12-2013

Noches oscuras y frías son las noches del invierno, noches que congelan el alma, tinieblas que dificultan ver el camino, el caminar es incierto y frío, noches que ni las estrellas lucen, son imágenes que se reflejan en mi alma.

Cuando amanece y el sol brilla, nos olvidamos muy pronto de las existencias de las noches frías.

Cada día es una vida, se repiten los olvidos, renacen nuevas alegrías, así días tras días no hay estabilidad que de firmeza ni alegrías perpetuas, todo cambia y oscila, subimos y bajamos, satisfacciones y desolaciones, así es la lucha diaria, pues no hay paz ni sosiego, la guerra está presente, odio, amor, alegría y desesperación, así es la vida y el día es un botón de muestra, sin quererlo caemos en la ruleta y giramos y giramos como veleta que el aire revuelto mueve, esta es la realidad de la vida, el que no se sienta así es que está más muerto que vivo.

Nos dejamos arrastrar por la inercia de la vida, no se piensa ni se analiza, solo nos dejamos llevar para vivir una vida que es inestable, no hay familia, es fría porque el amor se ha vuelto lujuria, no hay paz porque todo es ambición, todo está desencajado, nada está en su sitio.

Quiero salir de este círculo, meditare en silencio, he de mantener encendido el fuego del amor, los recuerdos y deseos al cajón del olvido, no tendré más deseos que dejar todo en manos firmes y a la vez tiernas que te apartan del ciclón que genera la ambición, causa y raíz de todos los males que nos enredan y esclavizan, permanecer estable, libre, beber en la fuente que saciar la sed, vivir con estabilidad y armonía en cuerpo y alma, esto es lo más sensato que se debe hacer.

Lo que refleja este escrito hasta el momento es el reflejo de una vida que se dice normal, llena de oscilaciones con amores y desencantos, es vida que no merece llamarle vida, pero en mayor o menor grado, si te hace un breve repaso a los días de tu vida veras que no hay nada de raro, normalmente no vivimos, nos dejamos arrastrar por la historia de nuestras vida, nos creemos autosuficientes y además libres. Pero, si alguna vez te has parado a pensar sobre ti…. ¿dónde está tu libertad? Que me dices, cuantas veces te has dicho: sigue no te pares, no te complique la vida, no te vuelvas un bicho raro, vive tu vida sin pensar en nada y no hagas caso a tu conciencia si la tienes.

Todo esto es camino andado, no creo haber salido del todo del circulo que nos engancha, como se gira a tan gran velocidad, no podemos pensar ni ver claro, estamos atrapados; me estoy convirtiendo en lo que dicen “un bicho raro”, lo que sí sé a ciencia cierta es, que me estoy alejando del centro de su inercia, cada vez me siento más ágil y ligero, empiezo a andar como dice el Papa Francisco, estoy pisando la entrada a la periferia, el que tenga oídos que oiga y el que tenga ojos que vean.

Si voy allí no es porque yo sea mejor o peor que nadie, voy parque necesito limpiarme de codicias, vanidades, delirios de protagonismos y de grandeza, voy a aprender a ser humilde, a intentar descubrir y a aprender a ver el rostro de Cristo, especialmente en el rostro de los más desvalidos. La periferia es una escuela que te enseña cómo debe vivir un cristiano.

Mientras no salgamos totalmente de la inercia de la ambición, no seremos libres, para ello hemos de ver a Cristo reflejado en los seres humanos, pero la verdadera faz de Dios está reflejada con más intensidad en la faz del pobre.

Si no amamos a los que más sufren la pobreza y el desprecio teniéndolos ante nuestros ojos, ¿Cómo decimos que amamos a Dios si no lo vemos? Seamos sensatos y no mentirosos.

En este tiempo de adviento o de espera, no te siente a esperar, sal como dice Francisco, sal a la periferia, si busca a Cristo, allí esta, nos está esperando a vencer miedos, el que dirán, a darlo todo por nada,

Seguiremos sufriendo desilusiones, pereza y vacilaciones en el día a día, pero adelante, así nos alejamos de la atracción de la red que nos engaña y nos retienen, soltemos lastre y escapemos de sus garras y, cada día sentiremos menor presión, nos volveremos más ágiles y ligeros.

En noches frías y heladas como estas nació Cristo. Calentemos la noche en nuestros corazones, Jesús vive en nuestros corazones, dale calor y vida para que al final de la lucha pueda decir a voces: ya no vivo en mí porque Cristo vive en mí.

Recuerda, para conseguir que Cristo viva en ti has de recordar las palabras de Jesús: “no he venido a traer la paz, sino la guerra” él se refería a la paz a los muertos en la fe y, en la guerra que han de sufrir los que viven según Cristo y que a Dios aman, guerra contra los desórdenes que vivimos los hombres que solo miramos de tejas para abajo.

José, por nada de este mundo te desanime, sigues luchando contra vientos y mareas, sé que no eres mejor que nadie, pero ha de permanecer en tu conciencia  que sin Él, ni vale ni puedes nada, cada día que pase, la lucha será más agria pero, resiste, la victoria es para los que aguantan aunque para ello tengan que arrastrarse, no importan los desgarros de la piel o ropa o la suciedad adherida durante la batalla, la victoria está cercana, pronto oirás gritos y sonaran cornetines, tambores y trompetas que anuncian la victoria.



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