TU
TIENDA Y MI DESIERTO
22-12-2012
Es
verdad que, la vida es un desierto,
Señor, en medio de él eres
mi tienda,
a protegerme siempre estás
dispuesto,
de ráfagas de arena en la
tormenta,
del frio en la noche y de los
rayos del sol.
Pronta es tu ayuda y la seguridad
fiel.
Sin tener la promesa de la
tienda,
no entraría en la adversidad del desierto.
Algunas
veces me enseñas con imágenes.
También, te has llamado a ti
mismo mi roca,
mi fortaleza, mi torre, y
ahora mi tienda.
Hablas de fuerza y poder, sobre
rocas y torres,
ahora en la tienda hablas de
accesibilidad,
por la cercanía al estar juntos
en la intimidad
de un espacio reducido por vicisitudes
vividas durante la travesía
del desierto.
¡Bendito sea el desierto que
nos acerca a ti!
¡Bendito el desierto y la
sombra de tu tienda!
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