Visitar y orar
10-08-2014
Hoy me es muy difícil el escribir una
página de estos escritos que hago con cierta regularidad, la dificultad nace
del exceso de preguntas y respuestas, es como si un gran numero de personas
quieren entrar o salir por una estrecha puerta, cuando se quiera pasar en un
sentido u otro y todos a la vez lo que sucede es un tapón que impiden un paso
holgado o normal.
Señor, hoy quiero ofrecerme para que me
use como instrumento puesto en tus manos para canalizar y calmar el sufrimiento
de esas personas que sufren y se ven impotentes para salir de las profundidades
en las que cayeron, yo personalmente solo puedo visitarlos y alegrar unos
minutos su estancias, poco puedo hacer en tan breve vista, tú si puedes
inyectarles ánimo y esperanzas para que con sus esfuerzos y las terapias que
reciban, sanen y no recaigan.
Esta es una causa o razón por la cual
dejaré este espacio en blanco para otro momento ya que he pensado que el mejor
escritor y regularizador es Cristo, a el acudiré en cuanto desayune, iré a
hacerle una visita a su ermita de Chircales en Alcaudete, allí meditaré un rato
en aquella pequeña habitación-ermita donde los internados del centro de
rehabilitación oran y piden a Cristo por su recuperación y por la solución de
sus vidas truncadas, allí meditaré y pediré por esta sociedad tan desquiciada,
después daré abrazos a los cristos viviente y flagelados por el alcohol y las
drogas regresando a mi casa con el peso de sus sufrimientos para descargarlos y
ofrecérselo Dios Nuestro Señor durante la misa de esta tarde.
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