Amarás al Señor tu Dios con ………
30-08-2014
“Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Y, “amarás
a tu prójimo como a ti mismo”.
Jesús nos dijo:
“Yo soy el camino , la verdad y la vida,” ó, “Quien bebe de mi agua no tendrá
sed jamás”.
“Hijo, no
tienen vino”, ¿Mujer, que más nos da a ti y amí?, mi hora aún no ha llegado,
pero María dijo a los sirvientes en la boda de Canaán, “haced lo que mi hijo os
diga”.
Estas citas
evangélicas son un hermoso ramillete de flores bellas que, como las rosas no
carecen se espinas (dificultades para poder vivirlas).
Cristo es el
camino que nos conduce al Padre, al beber de Jesús el agua que da la vida (la
Palabra, el Verbo), Cristo nos hace mas fácil y viable el caminar hacia el Padre.
Cristo vino
como luz para alumbrar nuestras tinieblas, sus palabras son el camino que nos
conduce a la vida, es el agua que calma la sed del espíritu, es……
Todo lo hizo
por amor y, nos indicó que hemos de amar a Dios (al Padre) con todo nuestro corazón,
con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas, Cristo es el impulso o la
fuerza que nos catapulta hacia el Padre.
Cristo es la
personificación del Verbo, es Dios y hombre, él nos amó y nos ama como Dios y
Padre, es a la vez padre e hijo, él nos enseña a amar y nos invita a que
hagamos la voluntad del que ES, pero, al mismo tiempo nos hace ver que su
inmensidad es infinita y que su aspecto es indefinible, que no tiene forma ni
existe imagen que le pueda representar sin mermar o ridiculizar su SER; y, este
amor hacia él, lo hemos de manifestar amándolo en espíritu y en verdad.
Su espíritu es
puro amor y, este amor es como el fuego, llama viva que consume y purifica.
También podemos
decir que Maria es la madre del hombre que siendo Dios no se manifestó como
tal, Jesús vivió como hombre para redimirnos, siendo su madre corredentora,
pues, ella nos encamina hacia su hijo como cuando dijo en la boda de Canaán
“haced lo que él os diga”.
Es posible que
alguna vez me digan que, debo de mirar más y leer más el evangelio y vivir a
Cristo ya que parece, que me olvido de Él y solo me dirijo al Padre.
A estos yo
respondería que a Cristo lo llevo dentro ya que, solo trato de hacer lo que Él
nos dice “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con
toda tu mente y al prójimo como a ti mismo”, yo no puedo estancarme en cultos a
imágenes de Cristos y Vírgenes, Él vino para conducirnos al Padre y esto es lo
que trato de hacer yo.
A Cristo lo
vivo en la Trinidad por la acción del Espíritu Santo que es la acción sin
palabras del Padre, trato de verlo y vivirlo como la unidad en la diversidad,
como dice Jesús en otro pasaje del evangelio “ el que me ve a mí, ve al Padre
pues el Padre está en Mi y yo en Él, y yo estoy en vosotros, ¿Qué necesidad
tengo yo de vivir estancado en solo la pasión, muerte y resurrección de
Cristo?, pues Él resucito y nos invita a morir a nosotros mismos y, a resucitar
aquí y ahora a una nueva vida en la cual ya no vivamos en nosotros, sino que es
Cristo resucitado quien viva en
nosotros.
Hemos de
olvidarnos de nuestra muerte carnal, ella vendrá y la tierra a la tierra irá.
La muerte que nos interesa es la de nuestro “ego” para que no vivamos en
nuestros cuerpos; esta es la segunda venida de Cristo que nos transforma en Él
y así hacemos realidad lo de “venga a nosotros tu reino”.
Cumplida la
voluntad del Padre nos dirá “venid benditos y vivid por siempre en la unidad y
en la plenitud del Reino Celestial”.
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