martes, 3 de marzo de 2015

COMO TORMENTA DE VERANO



Como tormenta de verano
03-03-2015

“Sí, puedes salir adelante”. Hoy mi corazón se siente herido Una sombra me sobrevuela como queriéndome engullir, de vez en cuando aparece, muerde, toma su carroña y después se marcha para regresar en el momento mas inoportuno, conoce mis debilidades regresando antes de que mis alas se recompongan de su ataque anterior, para que así nunca pueda levantar definitivamente el vuelo.

Es mi orgullo su presa preferida, me receba, me muerde y marcha, dejándome una herida dolorosa que me sume en un estado de rabia y abatimiento que por un tiempo quedo como un burro trabado; en cuanto estoy repuesto regresa, vuelve a adormecer mis sentido y vuelta a empezar.

Parece ser este el estado por el cual hay que pasar una y otra vez, repitiendo hasta que sea capaz de despojarme definitivamente de mis máscaras. Mientras tanto, viviré entre luces y sombras sin poder admirar con claridad las realidad que nos circundan.

Quisiera poder tener la valentía de mirar al Sol a cara descubierta, ver y admirar su rostro y olvidarme definitivamente de mis máscaras, poder ver sin limitación ni distorsión porque así fuimos creados, aceptándonos tal cual somos sin aparentar lo que en realidad no se es.

He de ser consciente que en verdad no soy nada, ni nada tengo que pueda valer a los demás, soy uno más del montón, soy un fantasioso que vive en un mundo imaginario, el actor que se cree ser al personaje que interpreta, este es mi mundo en el que me muevo y que creo vivir.

Quiero recuperar mi realidad siendo un fiel discípulo que imita a su maestro, darme a los demás de forma honesta y sincera, ser ejemplo de virtud y no de escandalo, vivir con inmenso amor y alegría, amando y amándome en el Señor, ser yo mismo viviendo la realidad de un mundo para el cual fuimos creados.


Todos esto cambios bruscos son como las tormentas de verano, luciendo un sol espléndido, de repente, todo se torna oscuridad, los truenos tras los destellos de cada relámpagos te hacen estremecer quedando completamente ciego, tras cada fucilazos la oscuridad es más absoluta hasta que, la tormenta igual que vino se marcha, regresando la tranquilidad, quedando el entorno sumido en una paz que contagia a tu interior. Lo bueno de estas crisis es que, a pesar de ser tan fuertes son ligeras en su declive.


No hay comentarios:

Publicar un comentario