Oración
21-03-2015
¿Padre y Señor mío!, me has hecho ver y
comprender que el mal proviene de mi mismo, de ahí la necesidad de permanecer
continuamente con la lámpara encendida, cuyo combustible es la oración y la
entrega o servidumbre en la espera, porque, el felino permanece al acecho
esperando el descuido de su presa, una vez en sus garras no hay solución fácil
de supervivencia.
A ti me acojo, Señor, Dios. mío, tú que sondeas mi corazón
y mis entrañas, tú, el Dios justo, no permitas que por causas de mi
naturaleza humana me aparte de Ti, refugio mío. Haz que sea manso y humilde,
que no me mire en otros espejos que no sea en el tuyo. Enséñame a callar y
permanecer en silencio para no alentar en mi la vanidad y la soberbia, ni que
nadie pueda decir que me fanfarroneo de tus enseñanzas.
¡Padre!, Tú eres el Verbo, la Palabra de Dios encarnada, que se manifestó
entre nosotros por gracia y acción del Espíritu Santo que, es la fuente que da
la vida a todo cuanto Tu poder hizo visible e invisible, ¡Padre y Señor mío!,
Tu Espíritu Santo lo impregna todo y su acción silenciosa es la causa de toda
causa.
No permitas que las apariencias de este mundo nos engañen, renueva nuestro
interior para que tu Luz alumbre nuestro caminar, siendo tu deseo y el nuestro
uno solo, y poder caminar con la cabeza bien erguida por sentirnos tus hijos,
así, podremos ofrecerte nuestras alabanzas por mediación del Espíritu Santo
dirigida a Ti en nombre del Verbo que nos enviaste. Porque eso eres Tú, Uno.
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