domingo, 23 de junio de 2024

SAN EFRÉN

23-06-2024

PADRES DE LA IGLESIA

SAN EFRÉN


La palabra de Dios, fuente inagotable de conocimiento y de vida.

Del Comentario de San Efrén, diácono, sobre el Diatessaron.

Lectura bíblica: Rm 11, 33-34; 1 Cor 2, 10

San Efrén (306-373)

De su inmensa obra teológica apenas nos quedan escasos fragmentos: escribió comentarios a todos los libros de la Sagrada Escritura y abundantes himnos litúrgicos. Poeta y teólogo, fue por excelencia el maestro de la Iglesia siria, de manera que se le llamó “profeta de los Sirios” y “arpa del Espíritu Santo”. Cuenta San Jerónimo que sus escritos se leían en las reuniones eucarísticas después de la Sagrada Escritura. Nació en Nísibis, al norte de Mesopotamia (hoy Irak) y se bautizó a los 18 años; pasó un tiempo dedicado a la oración entre los monjes del desierto y luego el obispo Jaime le ordenó de diácono, poniéndolo a cargo de su escuela teológica. Toda su vida se dedicó a la formación cristiana de adultos; murió en Edesa, donde fue consejero del obispo de aquella ciudad.

En 1920 el Papa Benedicto XV le declaró Doctor de la Iglesia, constituyéndolo así en maestro de la Iglesia universal.


    Comentario

       Hay quienes, tras leer por encima las Sagradas Escrituras o apenas conocer unos cuantos pasajes de memoria, pretenden no encontrar ya nada nuevo en ellas. San Efrén nos muestra aquí la actitud interior con que tendríamos que acercarnos a la Biblia: llenos de espíritu de humilde y perseverante búsqueda, con asombro ante sus maravillas y gratitud por sus enseñanzas e iluminaciones.

¿Quién hay capaz, Señor, de penetrar con su mente una sola de tus frases? Como el sediento que bebe de la fuente, mucho más es lo que dejamos que lo que tomamos. Porque la palabra del Señor presenta muy diversos aspectos, según la diversa capacidad de los que la estudian. El Señor pintó con multiplicidad de colores su palabra, para que todo el que la estudie pueda ver en ella lo que más le guste. Escondió en su palabra variedad de tesoros, para que cada uno de nosotros pudiera enriquecerse en cualquiera de los puntos en que concentrara su reflexión.

La palabra de Dios es el árbol de vida que te ofrece el fruto bendito desde cualquiera de sus lados, como aquella roca que se abrió en el desierto y manó de todos lados una bebida espiritual. Comieron –dice el Apóstol- el mismo manjar espiritual y bebieron la misma bebida espiritual.

Aquel, pues, que llegue a alcanzar alguna parte del tesoro de esta palabra no crea que en ella se halla solamente lo que él ha hallado, sino que ha de pensar que, de las muchas cosas que hay en ella, esto es lo único que ha podido alcanzar. Ni por el hecho de que esta sola parte ha podido llegar a ser entendida por él, tenga esta palabra por pobre y estéril y la desprecie, sino que, considerando que no puede abarcarla toda, dé gracias por la riqueza que encierra. Alégrate por lo que has alcanzado, sin entristecerte por lo que te queda por alcanzar. El sediento se alegra cuando bebe y no se entristece porque no puede agotar la fuente.

La fuente ha de vencer tu sed, pero tu sed no ha de vencer la fuente, porque, si tu sed queda saciada sin que se agote la fuente, cuando vuelvas a tener sed podrás de nuevo beber de ella; en cambio, si al saciarse tu sed se secara también la fuente, tu victoria sería en perjuicio tuyo.

Da gracias por lo que has recibido y no te entristezcas por la abundancia sobrante. Lo que has recibido y conseguido es tu parte, lo que ha quedado es tu herencia. Lo que, por tu debilidad, no puedes recibir en un determinado momento lo podrás recibir en otra ocasión, si perseveras. Ni te esfuerces avaramente por tomar de un solo sorbo lo que no puede ser sorbido de una vez, ni te desmotives por pereza de lo que puedes ir tomando poco a poco.


    SAN EFRÉN

    San Efrén, también conocido como San Efrén el Sirio o San Efrén de Nisibis, fue un destacado teólogo, poeta, escritor y santo cristiano de los siglos IV. Nació en Nisibis (actual Nusaybin, Turquía) en el año 306 y murió en Edesa (actual Urfa, Turquía) el 9 de junio de 373. Es conocido por sus himnos y escritos teológicos, así como por su defensa de la fe cristiana frente a las herejías de su tiempo.

    Vida Temprana y Formación

    Efrén nació en una familia cristiana y fue bautizado a una edad temprana. Estudió bajo la guía del obispo Santiago de Nisibis, quien influyó significativamente en su formación espiritual y teológica. Desde joven, mostró un gran talento para la escritura y la poesía.

    Carrera y Obra

    San Efrén vivió en una época de grandes desafíos para la Iglesia, enfrentando persecuciones y diversas herejías. Utilizó su talento literario para escribir himnos y poemas que defendían la doctrina cristiana y explicaban la fe de una manera accesible para el pueblo. Estos himnos, conocidos como "Himnos contra las Herejías", fueron una herramienta poderosa para instruir y fortalecer a los cristianos en su fe.

    Defensa de la Fe

    Efrén fue un ardiente defensor de la ortodoxia cristiana. Combatió diversas herejías de su tiempo, incluyendo el arrianismo, el gnosticismo y el maniqueísmo. Sus escritos teológicos y apologéticos ayudaron a preservar la fe cristiana en su forma ortodoxa.

    Efrén el Poeta

    San Efrén es particularmente famoso por su poesía litúrgica. Compuso cientos de himnos que se utilizaron en el culto cristiano y que todavía se cantan en las iglesias orientales. Sus himnos no solo eran bellamente escritos, sino que también estaban llenos de profunda teología y espiritualidad. A menudo se le llama "el arpa del Espíritu Santo" debido a la belleza y profundidad de su poesía.

    Vida Monástica y Últimos Años

    Efrén llevó una vida ascética y se retiró a una cueva cerca de Edesa, donde vivió como ermitaño. Sin embargo, también desempeñó un papel activo en la comunidad cristiana, enseñando, predicando y ayudando a los pobres. Durante una hambruna en Edesa, se destacó por su caridad y servicio a los necesitados.

    Legado

    San Efrén dejó un legado duradero en la Iglesia cristiana, especialmente en las tradiciones orientales. Es considerado uno de los Padres de la Iglesia y fue proclamado Doctor de la Iglesia por el Papa Benedicto XV en 1920. Sus escritos teológicos y poéticos siguen siendo leídos y venerados, y su fiesta se celebra el 9 de junio.

    San Efrén es recordado no solo por su erudición y devoción, sino también por su humildad y servicio a los demás. Su vida y obra continúan inspirando a cristianos de todo el mundo.


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