Rescoldos quedan
30/10/2013
Otras sierras, otras piedras, otras
aguas, otra pareja, Jesús y María, hoy el conductor de mis pensamientos me
lleva a otra ermita cuya dueña es una virgencita que despertó en mi corazón el
efecto de unas miradas cruzadas cuando yo tenía entre 7 u 8 años.
Similitudes entre nombres y parajes,
Valdepeñas de Jaén, es ciudad entre peñas y Pizarra pueblo fundado como este
por aquellas fechas, es también un nombre de piedra de pizarra aunque no existe
por aquellos lares la piedra de pizarra, es el derivado según cuenta, era la
viuda de un hombre dueño de la posada con apellido Pizarro, ella paso a ser la
pizarra la nueva dueña de la posada.
En Chircales la antigua ermita esta
excavada en la piedra, la llamada cueva de la ermita y a sus puertas esta la
cascada de agua cristalina y la fuente con agua de grifo y pileta.
En Pizarra, la ermita está
completamente excavada en la roca y debajo de la ermita esta el manantial que
para llegar a el hay que pasar por delante de la puerta y bajar por una larga
escalera para poder llegar al nacimiento como allí se le llama.
Ermita de fachada gótica con molduras
y penachos color rojo, por dentro la áspera roca esta revestida y pintada de
blanco así es toda por dentro hasta de mármol blanco es la hornacina y el
retablo, con un Cristo crucificado a la izquierda y frente a él San José con el
niño de la mano.
A la virgen de la Fuensanta en mi corazón
la llevé desde aquel día que cruzamos nuestras miradas hasta que las ausencias físicas
y sentimentales cada vez eran más prolongadas, el tiempo fue borrando el fervor y el recuerdo pero nunca se pudo borrar su mirada aunque, en ocasiones quería de
mi mente borrarla, ahora hecha las paces con Cristo, el me lleva a su Divina
Madre para que le dé el sitio que en mi corazón borré, ahora es un peldaño más
de la escala de mi confusa historia, amor de Padre-Hijo a su Divina Madre, el
quiere que le de cobijo, a cambio resucitaran amores y fervores, aunque hace tiempo se apagó el
fuego aun quedan rescoldos, si, emprenderé nuevamente el fuego que nunca debió
de apagarse, dos fuegos se están prendiendo, mí corazón arde, lluvia de amor y
estrellas darán luz a la larga noche oscura, despierta un nuevo día, radiante
esta el sol, verde y floreciente el campo, ¡alegría!, ha llegado la primavera
de amores patrocinados por el Cristo de Chircales y su bendita Madre de la
Fuensanta (fuente santa) manantial de amor y entrega.
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