sábado, 23 de noviembre de 2013

PEDIGÜEÑO



PEDIGÜEÑO
23-11-2013

Hoy la oración y la meditación no fueron una detrás de la otra, ambas caminaron unidas, peticiones de amor y entrega, todo ha rondado entre las peticiones  de ayuda y clemencia para los más desamparados.
He pedido amor, comprensión, luz, entrega; han estado presente todos los pobres y necesitados, los que sufren por ausencias, enfermedades y desesperación, los que las circunstancias de la vida les hacen perder la fe y las esperanzas, los niños, los huérfanos, los desvalidos, etc. etc.
Lista inacabable, de dolores y calamidades, por eso ha estado hoy también presente un "pedigüeño" incansable, rogando por aquellos momentos cuando la desesperación nos aprieta y ahoga perdiendo la paz, el amor y la fe; cuando la fatalidad nos acecha y nos deja indefensos ante la inminencia de la pérdida de seres queridos, de enfermedades horrendas, cuando todo se hace oscuro, cuando todas las puertas se cierran, aunque por llamadas continúan al golpear las puertas tus nudillos sangren, cuando el aire te falta y todo se vuelve oscuridad.
Hoy como un ciclón todas las calamidades del mundo han rondado por mi cabeza, entonces se ha alzado el "pedigüeño" con el corazón roto de dolor y olvidando los propios, ha pedido con insistencia al que todo lo puede para que, derrame sobre los afligidos luz para que reconozcan las causas verdaderas que provocan el dolor que producen los efectos de unas causas; amor para compartir haciendo más llevadero el pesado madero que nuestro destino nos carga, por eso la cruz con amor es más ligera y llevadera.
Confiar en el Señor porque a la noche le sigue el día, a la tormenta la calma y recordar siempre que detrás de las nubes está el sol, que no estamos solos ni abandonados, a comprender lo que la vida conlleva aceptando con amor y paciencia todo aquello que nos purifica y nos eleva a alcanzar más luz, mas amor, más libertad, mas pureza.
Hemos de aprender a prenderlo todo por nada, sabiendo que viviendo en la nada lo poseeremos todo.
Hemos de aprender a ver el Todo en todo, sabiendo que todo no es el Todo.
Hemos de aprender a buscar el Todo dentro de nosotros para que, cuando seamos tan pobres que solo poseamos nuestros cuerpos, al inhalar libremente el aire puro y fresco, podamos sentirnos inmensamente ricos porque, vive dentro de ti el que lo posee todo.
Hemos de aprender a amarnos por amor, porque, amando como el Amor ama, reconoceremos que todos somos hermanos y que el Uno somos todos en el Uno, pero el Uno no somos.
Hemos de aprender a saberlo todo no sabiendo nada, porque es mejor aprenderlo todo en nada, que saber toda la ciencia que no sirve para nada.
Hemos de aprender a ser libres en el todo, dejando de ser esclavos de nuestras historias o circunstancias.
Hemos de aprender a amar solamente al Amor sin amar por sí a la nada, para que amemos a la nada en el Amor. Sin el Amor somos la nada.

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