viernes, 15 de noviembre de 2013

TU LUZ ES MI SALVACIÓN









          • TU LUZ ES MI SALVACIÓN

              • 15/11/2013

  •      A quién temeré ahora, el Señor es mi refugio y fortaleza, a quien he de temer, él es mi vida. Su luz ilumina mis días, me afianza y fortalece, esto da lugar a sentir alegría y firmeza, doy gracias por sentir su presencia, ahora puedo empezar a decir: ¡gracias Señor! por lo que fui, ahora no lo desprecio, lo perdono, fue la base o principio de lo que ahora soy, aunque no justifico la que fue mi conducta, la perdono y te doy gracias porque, tu luz me ha hecho ver su negatividad y debilidad, al desprenderme de ella, la entiendo y le perdono y es esta negatividad y debilidad la que engrandece la luz que ha hecho posible tramutar mi negatividad en positividad y debilidad en fortaleza, por eso empiezo diciendo “Tu eres mi luz y mi salvación”.
  •      No permitas olvide lo ocurrido y que me duerma en los laureles porque, el enemigo sigue estando fuera, ahora he de estar más vigilante que nunca porque, la lucha perdura con la vida misma, los ataques a la desesperada son peores y por eso nada es suficiente, pero sé que cuento con tu luz como ayuda.
  •      Métodos nuevos en vida nueva, las vacilaciones y debilidades de todos los inicios no han de ser motivos para no ir aprendiendo y mejorando, nuevas fuerzas me acompañan, tampoco existe en mi la perfección, pero por ella vivo y lucho, paso a paso y escalón tras escalón, el progreso ha de ser como y hasta que tú quieras, con eso me conformo yo, todo lo quiero hacer es porque quiero y porque te quiero, mi mejor arma para la lucha es el amor que te profeso, que nunca me falte Señor.
  •      Sé que aún llegaran días de oscuridades y tormentas, ahora y en esos momentos confío en tu ayuda luminosa, haz de hacer oídos sordos a mis quejas si las hubiese, pero que no me falte tu luz para que la oscuridad en mí no prospere, sé que he de salir machacado pero, más alegre y fuerte serán mis canticos, dame amor, fuerzas y ánimos porque, deseo llegar con mi libre albedrio hasta donde tú quieras.
  •      Pero ten presente Señor que no tengo ciencia ni experiencia, pero la espero de ti, pensé que de ti sabía mucho, también pensé que sabía lo suficiente e incluso en ciertas ocasiones me sentía autosuficiente. 
  •      Pero ahora sé que nada sabía ni podía, sin embargo, ahora sé que puedo aspirar a mucho más pero, no me esconda tu faz Señor, tu faz he de buscar, porque tú me lo dices y me llamas y, yo lo quiero y deseo con toda mi alma, quiero ver tu faz Señor. Esperaré en ti Señor, seré valiente, tendré ánimo… y en ti espero.

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