jueves, 31 de julio de 2014

NUEVA ETAPA

Nueva etapa o, Etapa final
31-07-2014

Hoy he de ser muy consciente porque termina el mes y es final de un año más, ya que, tal día como mañana a las seis cuando sonaba el tercer toque para la misa matutina en la iglesia parroquial Nuestra Señora de las Virtudes de Fuente de Piedra (Málaga) a menos de cien metros de la misma de aquel domingo día 1 de agosto de mil novecientos cuarenta y tres, nacía José María el tercer hijo del matrimonio formado por Julio Rodriguez Vilaseco y Consolación Llanera Carrasco, ambos naturales de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).

Con doble alegría despido y comienzo año, ni que decir que, mañana será el día uno del año setenta y dos de mi vida, he de perfilar y asentar definitivamente el trazado de una nueva etapa de mi vida encaminada a la entrega y al abandono total de mi voluntad para que el Ser Supremo tripule la nave de mis días venideros hasta que se cumpla mi caminar por este mundo.

Esto no tiene mas secreto y dificultad que, dejarse llevar con total entrega y confianza para que, no sea yo quien actúe, solo deseo ser el instrumento canalizador de la divina voluntad del Ser.

En el nuevo año se me presenta con un objetivo fundamental, el despojarme definitivamente de todo sentimiento y deseo de afecto y propiedad de cuanto me rodea o poseo como propio en términos terrenal, para que llegado el día de mi repatriación solo lleve como posesión mi amor y entrega al Ser del cual procedemos y al cual nos integramos.

Aunque parezca una decisión simple y fácil que lo es por su sencillez en esencia, ya que, por su simplicidad aparente en nada lo es, soy consciente que lo que deseo realizar es tremendamente difícil y procuraré por todos los medios llevarlo a efecto, eso sí, el triunfo estará cimentado y ejecutado por la ayuda que he de recibir de parte del verdadero ejecutor de este proyecto, todo dependerá de mi predisposición y entrega absoluta para que Él pueda ejecutar su voluntad a través de mi.

Parece una contradicción, si es sencillo y simple no puede ser tremendamente difícil pero, son dos verdades que necesitan para que estas se cumplan que, la entrega ha de ser real, esta si es una tarea ardua de poder llevarla a buen fin.


La clave del éxito o fracaso esta en la dificultad de llevar a efecto una entrega total y absoluta de si mismo a Dios, ya que nuestro objetivo es poder desprendernos de nuestro ego personal.


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