lunes, 19 de enero de 2015

NOTAS VIEJAS III




Notas Viejas III
19-01-2015

Es curioso que cuando escribí esta vivencia habían pasado unos dos años, (1982+-) ahora hace unos 33, hoy me llama la atención con lo despistado que he sido siempre ya que, casi nunca he sido tan detallista como lo fui este día al entrar en el dormitorio de mi amigo para recoger los discos que le había pedido prestado, no se como pude quedarme con tantos detalles de su habitación.

Al leer detenidamente lo que escribí, se presiente que el impacto recibido fue muy fuerte, el cual me llevó a mirar más atentamente hacia mi interior.

En este escrito existe dos temas distintos: (observación del hecho en si al visitar a mi amigo y las consecuencias al analizar el impacto causado, este me llevó a prestar mas atención a observarme interiormente con más detalle).

Fue tal el impacto emocional que trate de ver imaginariamente mi propia calavera por dentro y esta rellena de la masa encefálica con sus dos hemisferios, llegando a sentir su “independencia” entre el lado derecho y el izquierdo del mismo, o esto me parecía percibir. Así llegue a percibir el celebro como si fuese el centro estratégico de operaciones y el resto del cuerpo como el instrumento que realiza o ejecuta las ordenes emitidas.

En la segunda parte del escrito me lleva a resumir el resultado de hacer realidad las vivencias causadas o relacionada por una vida dedicada u orientada a la meditación y que en algunos momentos se vivió intensamente y con unos resultados bastantes interesantes y ahí lo dejo para que cada cual lo califique según lo entienda, pueden ser mas o menos acertados pero fueron buenos momentos vividos.


BREVES SALIDAS
23-04-1984

Un día, visité a mi amigo Roger para recoger unos L.P., la sorpresa fue enorme cuando vi su habita particular, todo su mundo íntimo estaba en aquella habitación, paredes pintadas de un gris claro, adornada con grandes fotos de cantantes y ases del motociclismo cabalgando en preciosas motos que parecían volar; una cama de estilo castellano de muy buen gusto, con una cruz presidiendo la cabecera, un armario empotrado de igual estilo que un pequeño mueble escaparate que contenía, libros, discos, etc…, en este mueble además de un tocadiscos, amplificador, casete y dos columnas, tenía muchos y muy variados objetos, unos fabricados por el hombre y otros extraídos de la naturaleza, pero al estar observando toda aquella exposición que parecía un puesto del “rastro”, quede absorto ante un objeto del cual dude al principio si era real o simulado, tenia puesta unas gafas, un cigarrillo en la boca y una vela casi gastada sobre el casco de aquel cráneo humano; él, al ver la expresión de mi rostro comenzó a reír de una forma burlesca y despreocupada. !No es para tanto José Mª, cógela y obsérvala bien!, está muy bien lavada y desinfectada, fue lo primero que hice cuando la cogí del ce­menterio viejo; y prosiguió: Fíjate es de una vieja y la calavera se conserva en perfecto estado; ante mi indecisión le quitó el cigarro, las gafas y la vela, al elevarla con sus manos, la mandíbula inferior quedó sobre el mueble, entonces me di cuenta que no tenía ni un solo diente, su constitución era de huesos suaves y delicados, dentro de lo horrible y espeluznante que es ver un cráneo humano y más si es por primera vez. Repuesto de la sorpresa la cogí entre mis manos, las pupilas se me abrieron al máximo para captar hasta el más pequeño detalle, los huecos de los ojos no eran muy profundos pero si se veía muy bien los pequeños orificios por los que pasaron los nervios ópticos y auditivos al cerebro; el hueco de la nariz tenía una cavidad llena de finas láminas óseas y se comunicaba por la parte posterior del cielo de la boca por donde está la campanilla con la garganta; los pómulos eran suaves, tuvo que ser una mujer bella, en su tiempo; varios huecos constituían el casco con unas uniones perfectas; di la vuelta a la calavera y observe en su base un hueco casi circular de unos tres centímetros de diámetro que conducía a un gran espacio que en su día poseyó la mas perfecta pieza del cuerpo humano, “el cerebro”. Un aluvión de preguntas cayeron sobre mí dejándome casi sin sentidos. ¿Qué era lo que tenía entre mis manos? ¿Dónde estaban las décadas de años vividas por aquel ser? ¿Donde estaban los gozos y Dolores de aquella mujer? ¿Cuantas impresiones visuales y auditivas hablan penetrado por aquellos pequeños agujeros? ¿Donde estaban todas las vivencias y sentimientos que se cobijaron en aquel hueco? ¿Donde la memoria y el sentimiento? ¿Donde estaba todo lo archivado en aquella masa encefálica que un día lo llenaba? ¿Y esto es el hombre? ¿Después de tantas luchas en esto queda todo? ¿No es cómo la corteza de un árbol? Estas y miles de interrogantes mas pasaron por mi mente en un corto espacio de tiempo de muy pocos segundos; Quedando pasmado como una estatua de mármol, salí de la habitación fuer­temente impresionado, me voy Roger, se ha hecho tarde, adiós hasta otro día, ya te devolveré los discos; no se si él se dio cuenta de como me había afectado aquella calavera, porque para él, solo creo que es un simple objeto decorativo por muy atípico que parezca.

Varios dias anduve bajo el choc de aquella impresión, una gran confu­sión me invadió, ahora después de casi dos año sigo casi igual, no sé como podré expresar sobre este papel lo que siento cuando me concentro sobre mi mente tratando de visualizar mi cerebro por dentro; a veces siento una extraña sensación, parece como si mi intelecto se independizara de la parte sensitiva o animal; independizar no es correcto, pero no encuen­tro otra expresión que se aproxime mas a no ser esta otra: 
En este estado mi intelecto esta como el que salé de una casa donde está prisionero para escapar, pero no sale por la puerta de la calle, sino que sale por la que da al patio, está al aire libre pero sujeta a cuatro paredes que le rodean, no obstante, esta leve sensación de libertad es suficiente para saber que yo soy la casa y su habitante, soy esta maravillosa unión de lo material y lo espiritual, la casa tiene conciencia propia y trata de imponerse ahogando la voz y la necesidad de actuar a través del cuerpo el verdadero amo, al que sume en el silencio de la inconsciencia, porque no conviene que el amo domine; la casa es muy egoísta y materialista por naturaleza; esta, sabe que el inquilino es noble y se le hace callar con la sordera convenida de la indiferencia; el inquilino, es Amor inmaterial, es pura existencia; la casa es pura materia, sensaciones instintivas y materialista. La casa sabe que sin inquilino no es posible su existen­cia. La casa es temporal y tiene que vivir a todo gas y que el inquili­no es su eterno prisionero. ¿Cómo convencer a la casa para que siga los sabios dictados del inquilino, renunciando al derecho de vivir a plena satisfacción de los sentidos? La casa no sabe, ni quiere saber de renuncias, quiere vivir y gozar de sus sensaciones. ¡Pobre casa!, se aferra a sensaciones tan efímeras e ilusorias como: Creerse mejor y más fuerte que nadie, más ágil, mas conquistador, más hermoso que ningún ser, más capaz de las diversas proezas; no piensa que actuando así atropella a otros que piensan igual, estos a su vez se atropellan mutuamente y aquí está la semilla del odio que engendra violencia y destrucción.
Pienso y creo que si esta mi casa detiene por un momento su loca carrera para acceder  a la Voz del callado inquilino, atendiendo sus sabios consejos del amor, poniendo en práctica los valores eternos del alma, la convivencia seria un paraíso.
Desde esta semi-independencia pienso !Pobre alma mia atrapada en la rueda materialista del existencialismo! Lucha e impón en esta casa la ley del amor y de la cordura. La sencillez y el amor son las galas más hermosas y duraderas con las que se pueden adornar la convivencia humana; esto da a la existencia unos valores que compensan con una satisfacción inmensa, haciéndote olvidar el dolor por las renuncias de las cosas mundanas.
Elévate alma mía, adquiere dominio sobre mi cuerpo y tráeme el conocimiento para gozar ya, desde ahora.
En este estado de conciencia, cuando el YO intimo se identifica con ese Todo, llámenles cada cual como quiera, porque es la presencia sensitiva de la Pura Existencia; el YO o alma se inflama y arde en esos mo­mento, parece como si desde los pies a la cabeza, subieran unas oleadas no se de que, parece que te despega o que te sale de ti mismo y de la cabeza salen unas vibraciones o radiaciones de adentro hacia afuera, quedando la mente lúcida y estática, el gozo es superior a mil orgasmos juntos.
Con esa paz y lucidez miro a mi cuerpo y lo veo como algo ajeno a mí, como si mirara a mi coche; es una herramienta y nada más.
¡Qué pena Dios mío! Que poco duran estas vivencias y que terco soy, en cuanto vuelvo entrar en casa me olvido que TU estas realmente en mi y en todos, que todo lo llenas con TU presencia, sin embargo te vuelvo la espalda y adoro ídolos de barro en cuanto entro en mi casa me aferro a la luz de las lámparas que ilumina su interior, olvidando por completo esa LUZ, ese SOL que todo lo llena y que nunca cesa, aquí está mi debilidad e inconstancia, aquí está mi gran pecado. !Hasta cuando Señor, estaré metido en este mar de contradicciones! ¿Cuántas veces más soportarás mi infidelidad? Por muchas lágrimas que derrame en mil vidas no saldaría la deuda para con TU insistente amor. ¿Hasta cuándo antepondré la atención y satisfacción de mis sentidos a la contemplación de TU presencia?.
 Quisiera Señor poder cerrar o bloquear siempre y cada vez que me concentre, en esos agujeritos o ventanas por donde entran esos inquietos visitantes que perturban la paz y la armonía, y así poder ir haciendo cada vez más repetidas y amplias esas salidas al patio para oxigenar mi alma con el oxigeno del Conocimiento hasta que llegue el día que encuentre la puerta y salga a la calle para unirme a Ti por toda la eternidad.

 23-4-84


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