Dios es Amor
02-12-2015
Caminamos hacia el segundo domingo de adviento,
aunque todo aparenta estancamiento, no es cierto, en lo más profundo de mi ser
existe el flamear de unas pequeñas ascuas que mantienen y hacen perdurar el
calor de un amor gigantesco que se expande, amor que busca la unidad de las
cosas en ese mismo Ser de Amor.
Desearía ser instrumento canalizador de ese Amor
que irradia energías infinitas en densidades y frecuencias; el Amor es el vigor
creador de los macros y de los micros universos, de los visibles y de los
invisibles. El Amor, se ve y se siente, es Luz y Vida, es matriz y precursor de
todo cuanto existe, por amor fueron creadas todas las cosas, es anterior a la
pre-materia, y a la antimateria, el Amor es algo así como la manifestación del que
ES, uno y trino.
Todo aquello que al actuar de forma física o
psíquica, material o espiritual, que mueve a una acción determinada o
indeterminada, tal como la conocemos, a eso le llamo energías. El amor es una
de las formas de la energías, es energía. Dios es AMOR, Él ES, se puede decir
que Dios es lo anterior a todo y lo es todo; Él es todo a la vez pero, el todo
no es Dios. Él está en todo y fuera del todo, Dios lo transciende todo, aunque
su energía o espíritu está y se manifiesta en todo.
El Amor nos enseña y nos muestra al AMADO, y nos
hace uno con Él. En Mateo 11:27 y Lucas
10:22 se dice: “Todo me han sido entregadas por
mi Padre, y nadie conoce al Hijo más
que el Padre, y nadie conoce al Padre
sino el Hijo y aquel a
quien el Hijo lo quiera revelar”. Así pues, el amor es el combustible o energía que nos acerca y no
une a la Luz del Conocimiento de Cristo, y, por el amor permaneceremos en Él; en
Juan 15:9 Jesús dice:
“Como el Padre me amó, también yo
os he amado; permaneced en mi amor”. Así como el sarmiento para poder
vivir tiene que permanece junto a la vid, a este respecto en Juan 15:5 Cristo nos dice: “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que
permanece en mí y yo en él, ese da frutos abundantes; porque sin mí no podéis hacer
nada”.
Somos uno en Cristo y Cristo es uno con el Padre,
por tanto si Cristo esta y vive en nosotros y nosotros vivimos en el espíritu
de Cristo, se deduce que el hombre que vive en Cristo y se desnuda de si para
que sea Cristo quien more en el, ambos son uno en Dios.
Por el amor llegamos a Dios de la manera mas fácil
y agradable, si das amor recibirás amor, si da todo cuanto posees y queda
desnudo antes tu creador, El te recompensará con su amor y con todo cuanto por
su amor fue creado, esto confirma que quien se entrega totalmente a Dios, recibirás
por heredad el Reino de Dios, el reino de paz, amor y justicia. Para ello hemos
de cumplir fielmente lo que en Juan 15:12 (Jesús nos dice) “Éste
es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, como yo os he amado”.
Jesús,
nos ha amado y nos ama hasta el extremo de morir en la cruz por la remisión de
todos nuestros pecados, en este adviento hagamos ejercicios y ejercitemos en el
amor a Dios, al que ES sobre todas las cosas. Juan 12:26 “Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estoy, allí también estará mi siervo.
Si alguno me sirve, el Padre le honrará”. Amémonos y acojámonos por amor a Cristo, desprendámonos de nuestros “yoes”,
bajemos a las escala de los más desdichados y olvidados, amándolo en el nombre
del Señor Jesús, para que sintamos y vivamos en comunión con el Amor Divino
orando con Jesús: "Padre, quiero que donde
yo esté, también estén
conmigo aquellos que me has dado, para que vean mi gloria que me has dado, porque me has
amado desde antes de la fundación del mundo
(Juan 17:24”).
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