jueves, 31 de diciembre de 2015

PERMANECER EN LA CONSTANCIA



Permanecer en la constancia
31-12-2015

Cuando faltas pocas horas para que el 2015 sea historia, resulta que me hago la siguiente pregunta: ¿En este último año he prosperado o he retrocedido?, ¡según lo miremos!. Si echamos un vistazo retrospectivo día a día o mes a mes, hasta completar el año que hoy acaba, nos encontraremos que “hay de todo como en Botica”, momentos plenos de satisfacción y claridad espiritual y, momentos oscuros llenos de incertidumbres.

Para hacer un balance real, hay que sopesar ambas cuestiones o vivencias. A muy larga distancia es posible ver que se avanza, pero el avance es muy mermado en relación al tiempo transcurrido y al esfuerzo realizado, por eso es tan importante la perseverancia en mantener la lámpara encendida y que no falte aceite que la mantenga incandescente.

Cuando crees haber alcanzado las estrellas, cae en la cuenta de que no ha llegado ni siquiera a soportar al polvo del camino que levantan tus pisadas; cuando crees andar entre soles y nubes, solo te mueve torpemente en las profundidades de tus cavernas ayudado por los débiles destellos de la tormenta externa.

El bicéfalo al cual me refiero, no es más que nuestros cerebro pensante, compuesto como si los dos hemisferios estuviesen enfrentados, donde existen la lucha interna entre lo positivo y lo negativo, entre el bien y el mal, entre el homínido animalizado y el ser humano que en su libre albedrío trata de superarse evolucionando mediante la transformación o metamorfosis de sí mismo. Esta lucha dura lo que dure la vida.

La inacabables lucha bicéfala continúa a través de espejismos de paz y estabilidad ficticia, no hay tregua ni descanso, solo oasis de paz tan sutiles como un soplo de aliento; dormimos en la paz de un engañoso espejismo, no hay nada, nada más que esa eterna lucha de los egos que como caníbal hambriento está en constante acecho, la materia necesita su recebo mientras, una parte necesita alimentos putrefactos, la otra mitad necesita alimentos etéreos nacido de la ayuda y de la resistencia interna, entrega absoluta, paz y amor extendido hasta la divinidad, alimentos que se sustentan en la resistencia basada en el amor universal, es David contra Goliat.

Lo débil y pequeño ha de vencer al gigantesco poder de la atracción animal por una vida sometida, que vive bajo la ilusión de una libertad que no existe, el poder del amor purifica y arrasa todo, hasta adquiere la fuerza de la divinidad por la cual, lo ínfimo es encumbrado por ese aporte del genio interior que acude en auxilio del amo de la lámpara.

La oración y la constante observancia, hacen salir ese poder interno que nos conducirá a la victoria, poder que nace del ejercicio continuo de frotar la superficie de la lámpara maravillosa, para que esta quede espléndidamente pulcra necesitamos su equivalencia, orar y entregarnos pacientemente para que la luz prenda en el madero de la constancia, no cejando nunca al agotamiento o cansancio, ni mucho menos tirar la toalla,  aunque todo parezca que se desmorona, que es inútil el esfuerzo por una causa perdida, no, no esta nada perdido aunque aparentemente así parezca, ¡no, sigue, camina!, estás en el crisol purificador para que al ser martilleado en el yunque de tu fragua, salten las escorias, esto es soltar lastre que nos impiden el vuelo y la remontada.

Hace poco más de un mes la vida me ha devuelto a mi fragua, sabemos que la vida pende de un hilo y, cuando este se rompe, acá todo se acaba, al regresar, da mayor importancia a un segundo que a la misma vida, todo se fragua segundo a segundo, en el aquí y ahora, lo anterior es pasado y lo venidero es futuro incierto, en el presente, en el aquí y ahora se escribe la historia del hombre, vivamos intensamente el presente para hacer leyendas de vidas lúcidas y aprovechadas, creemos nuevos mundos donde el amor y la misericordia sean el camino que nos marque la vida, amar y perdonar, perdonar y amar para que cuando se rompa el hilo del cual pende la vida, seamos envuelto en luz eterna que huela a vida aprovechada, fundiendo tu insignificancia en el todo por tu esfuerzo y tesón, tu nada se engrandece por su fusión en Dios sin la pérdida de tu identidad. Seremos parte de la diversidad en la unidad con el Todo.

Aunque creas que no avanza, no es así, permanece en la constancia.



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