domingo, 18 de diciembre de 2016

A PESAR DE TODO, CAMINA




A pesar de todo, camina
18-12-2016

El adviento está acabando y la navidad se aproxima, las cuentas están casi hechas, ahora toca poner orden y sacar los trastos viejos. En mi caso, este orden es a partes iguales, en el cuarto donde tengo mi escritorio estoy haciendo zafarrancho, es decir, tirando papeles y cosas acumuladas durante un largo tiempo, ordenando y limpiando mesa, estanterías y el suelo; dejando espacio para que, entre lo nuevo y fresco, ha de salir lo rancio y viejo, más, abrir la ventana para que, el aire fresco y casi helado de estos días den luz, frescura y ambiente sano. De igual manera estoy forjando un recomenzar de nuevo en mi interior, para que el Espíritu de Dios (por decirlo de alguna manera) se pueda sentir bien en mi casa que es la suya.

Nada es tan simple y fácil como parece, se acumulan las incertidumbres y dudad, cuando me siento como perdido acudo al Sol que parece no existir, sé que Él nunca falla, siempre está ahí para dar luz cuando todo es aparentemente oscuro; por mucho que yo le falle y le fallo, Él es estable y perenne, esta certeza es mi salvación y mi roca. Han sido y lo están siendo bastante intensos los inconvenientes que te salen cuando quieres hacer algo en beneficio de tu caminar junto al peregrino eterno. Salen mil tareas con exigencias inaplazables, vecinos caprichosos que recurren a ti con premura, y hasta la mujer es capaz de quedar en encinta, aunque la fuente esté seca.

Parece que todo tu entorno se pone de acuerdo en hacerte la puñeta, yo le contesto: ¿bueno y qué?, ¡no me vais a jorobar mi proyecto!, cambio, suprimo, rompo el orden establecido, quito y pongo, caigo y me levanto, me cabreo y me desanimo, entonces, trato de alegrarme y de animarme porque, cuando me pasan estas cosas pienso que estoy en el camino bueno, salto o esquivo los obstáculos y siempre sale el sol cuando lo intentas una y otra vez; yo no creo casi nada en el diablo, pero si el diablo es esto, que se marche a hacer gárgaras a otro aposento ya que estos obstáculos no frenaran mi marcha aunque en ocasiones tenga que ir como los burros a cuatro patas.


Siempre hay un después mejor. De todos los atolladeros se suele salir, lo importante es insistir y no cejar en el empeño aun cuando no solo caigas, sino que, ruedes por los suelos, a pesar de todo esto, recompón la figura y a caminar como si nada hubiese ocurrido, esta actitud es fundamental, no dando importancia a nada de cuanto te ocurra, lo importante es levantarte y reanudar la marcha, después de esto, prepárate y respira lento y profundamente, porque, el futuro te sonríe, la victoria es tuya.



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