martes, 13 de diciembre de 2016

TERCER AÑO


TERCER AÑO
11-12-2012

            Finalizando los últimos minutos de este día, tratare de anotar de forma abreviada los 1095 días pasados. La cuestión es, que sí ha habido un progreso en cuanto a la comprensión pausada de lo vivido aquel día. Lo verdaderamente raro es la ausencia del recuerdo de esta fecha especial para mí, solo lo he recordado una hora ante de acabar el día.

            Aquel once de diciembre me levanté algo más tarde, después de las oraciones y lectura del salmo cincuenta, me puse a meditar; más o menos sobre las ocho pasó lo inesperado; al momento ni comprendí ni entendí nada de lo que vi y oí, lo sucedido ha sido aclarado llegado ciertos momentos oportunos a lo largo de estos tres años últimos.

            Esta pasada noche no he podido dormir nada, he estado a dormivela toda la noche con un malestar general y sin entrar en calor por mucho que me acercara a mi esposa, el hecho es que ni se me pasó por la mente de que esta noche era la que he estado esperando desde hace varias semanas, ahora llega y ni idea, aunque creo que ese malestar ha sido como un aviso. No entiendo lo que me ha ocurrido.

            Por esta razón quiero recalcar lo sucedido, y dedicar varias horas a escribir y después sea la hora que sea he de orar un poco y meditar ya que esta mañana estaba muy cansado y sin ganas de nada, ni me levanté ni oré. Últimamente parece que existen ciertas fuerzas y cansancio acompañado de una pereza inusual, no sé si es que están operando ciertas fuerzas internas para que desista de esta empresa, o estoy envejeciendo con demasiada rapidez.

No hubo nada de nada, desidia en abundancia, de repente, un parón sin venir a cuento, pero, en estos momentos son las 8:08 horas del día 13, (por cierto, cumpleaños de mi esposa.) han transcurrido cuarenta y ocho horas, tiempo que ahora comprendo que necesitaba para dar un paso más. En estos dos días, he recibido algo así como ciertos flases que han hecho que algo se mueva en mi interior.

Yo no sabía ni comprendía el parón de esa intuición o duende interior que parece que te va guiando de algún modo, durante este tiempo me parecía estar perdido, necesitaba desconectar con mi realidad porque me estaba empantanando, así la luz no viene a ti, se ha de ir en busca de ella, pero es ella la que te encuentra a ti, no tú a ella.
           
            ¡Nuevamente el adviento!, sí, mi adviento está retomando su sentido, saliendo de esta situación de estancamiento para no perder el tren de la evolución espiritual ya que, hay que estar en continuo movimiento para que venga la luz interior aunque sea en forma de flases.


            Tengo muchas cosas que ordenar para que sea posible una nueva puesta a punto, en fechas próxima iré anotando estos cambios evolutivos que han de aflorar de formas casi inminentes, en estos momentos no puedo plasmar sobre este papel algo que ahora solo es luz, es necesario asimilar y aceptar libremente el devenir de la historia que ha de marcar una nueva forma de ser y hacer.



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