Girar y Girar
¿Estancamiento evolutivo?
29-12-2016
La vida es como dar vueltas caminando sobre la superficie de un
planeta imaginario, o por el interior de una esfera, creyendo que caminamos
hacia una meta, sea del tipo que sea, ascendente o descendente, aspirando
alcanzar la gloria que te prometen las religiones, o metas para amasar riquezas,
poderes o cualquier tipo de ambiciones o placeres, todo es “lícito” ya que: ¿para
eso se nos dio el libre albedrío?
En realidad, no caminas a ninguna
parte porque tú eres la esfera, la meta, el caminante. Porque, todo está dentro
de ti, tú eres todo, nada hay fuera de ti, eres un universo de energías y
posibilidades, eres una unidad, eres luz y sombra a la vez, eres parte
integrante dentro de un todo al cual perteneces, eres una copia fiel del gran
universo al que perteneces. Tu energía procede y pertenece a la Fuente Infinita
e Inagotable, que es, lo que llamamos Dios.
Mientras tu cuerpo tenga vida, has
de caminar, darás más o menos vueltas en ese imaginario planeta o esfera
energética, hay quien ni siquiera dará una vuelta ni se sumergirá en su interior.
Vuelta o inmersión que llamaremos tiempo. El tiempo es relativo, entre otros es
el resultado de medir, o contar segundos, minutos, horas, días, semanas, meses
o años. La ruleta seguirá dando vueltas, en ocasiones te dirás a ti mismo: ¡esta
situación la conozco!, ¡aquí he estado antes! no sé si la he vivido o lo he
soñado. Calderón de la Barca se preguntaba: “¿Qué es la
vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una
ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la
vida es sueño, y los sueños, sueños son”.
Yo
soy el planeta imaginario, el caminante, las olas, el aire, la tierra firme, la
llanura, la estepa, el hielo, el calor y frio del desierto, soy la fortaleza y
debilidad, tierra cultivada y de barbecho, soy el interior de un mundo lleno de
oscuridad y de fuego, todo esto y mucho más es mi vida, es lo que vivo, pero no
es lo que en realidad soy. Esta vida no es mía, es la vida del cuerpo del
homínido al cual estoy unido; mi realidad, nuestra realidad es otra. Lo que
normalmente es mi ser, nuestro verdadero ser, está como adormecido, su realidad
la confundimos con un sueño velado por una especie de velo el cual no nos deja
ver con claridad, esta oscuridad o hermetismo, nos adormece, nos hace ver que
cuando vivimos una vida conforme al espíritu de nuestro ser, nos hace ver que
es pura fantasía, o que tenemos sueños de altos vuelos.
Si es así, ¿vivimos conscientemente
la realidad de vivir la vida? o ¿vivimos inconsciente el sueño de la vida?
Ciertamente la realidad se nos presenta como una fantasía o sueño inalcanzable,
pero, lo que verdaderamente nos atrae y nos adsorbe es vivir el sueño de
nuestras vidas, por eso Calderón de la Barca se preguntaba: ¿Qué es la vida?,
añadía: “es un frenesís, una ilusión, una sombra, una ficción …” En esta vida,
todo es un constante bombardeo que fortalece insaciablemente las apetencias y
deseos de este cuerpo y mente carnal o corpórea.
Esta vida terrenal y carnal es legitimada o
deslegitimada por el buen o mal uso que hagamos de ella, por eso, se nos dio la
libertad de elección para compartir estos bienes terrenales o materiales,
necesario para mantener una vida humana sana, fusionada con la otra vida que es
espiritual, por tanto, ya no son dos, sino una, la cual necesita para su
evolución espiritual de una serie de requisitos que generan energías
espirituales, emanados de la fuente del Ser Supremo.
Para
evolucionar o agrandar nuestra esfera energética, hemos de sacarla del
estancamiento, que es el fin por el cual luchamos, hemos de aumentar nuestras
energías (denarios) que se nos confió, para que, nuestra unidad energética
espiritual aumente, extrayendo y sumando esa energía de la Fuente inagotable,
ya que su finalidad es aumentar los denarios (energías) que nos fueron entregado
como préstamo hasta que volvamos a la Fuente de toda abundancia de la cual,
todos procedemos.
Verdaderamente, vivir la fusión de
dos vidas donde, la espiritual está sometida a la corporal o material. Es algo
maravilloso si logramos entenderlo, de lo contrario, estaremos muertos en una
vida que acaba en la muerte, pero, si damos vida evolutiva al espíritu, aunque nuestro
cuerpo ha de morir, nuestra vida será el germen que ha de hacer evolucionar a
nuestro espíritu, una vez desencarnado este, vivirá eternamente.
Para que nuestro espíritu experimente
una evolución, el creador nos donó un cuerpo, en el lugar y seno familiar que
mejor nos convenía, este espíritu es sometido a un cuerpo y a unas
circunstancias, para que, como Cristo se encarnó para hacer la voluntad del
Padre, así pues, es nuestra encarnación a imagen y semejanza de Cristo, el
cumplir con la voluntad de nuestro Padre Celestial. Esta imitación o camino a recorrer
ha de transcurrir durante toda nuestra vida terrenal.
Esta vida es una coparticipación
evolutiva de la constante creación de Dios, somos su creación, sus hijos y
parte de él, de Él procedemos y a él regresaremos, porque, tenemos un principio
en Él, y a Él, regresaremos, causa por la cual se justifica, la inmortalidad de
nuestro ser, espíritu o alma.
Todo esto para gente sin fe ni
principios espirituales, les parece un cuento, decir que la vida es un sueño, una
ficción, una ilusión, un frenesí o una sombra, alimenta su no creencia en la
existencia de una vida después de la vida. No existe una dualidad en el hombre
sino, una fusión de dos principios que han de convivir, es el resultado de la
libertad de elección del ser humano o del llamado “libre albedrio”. Esta es
nuestra diferencia con el resto de seres creados, pues él nos creó a su imagen
y semejanza.
Comparaciones
He
afirmado con anterioridad que, la vida es girar y girar alrededor de sí mismo,
es como ir hacia una meta que se encuentra en un punto sobre la superficie o en
el interior de una esfera, creyendo que se camina en una dirección, pero, cuando
caminamos lo hacemos en líneas que ni es recta ni curva, ni es ascendente ni
descendente, siempre caminamos, unas veces es como girar alrededor de un mundo
imaginario o bucear por el interior del mismo.
Cuando
estas metido hasta el cuello en situaciones que no manejas y que además te
dominan, como lo hacen los vicios y las drogas, solo uniendo a tu voluntad si
aún la tienes, has de pedir la ayuda de Dios, solo así, podrás salir de ese infierno
que te quema y te destruye como ser y como persona. En esta situación es como
si caminamos sobre un mar embravecido, subimos y bajamos sobre olas gigantescas que suben y bajan,
en este caso, no eres dueño de la situación, esta perdido, desorientado y sin
rumbo.
O, en ciertos momentos estás como
caminando sobre tierra firme, tu puedes escoger el hacerlo sobre un terreno
plano y caminar en línea recta, o por valles y montañas con subidas y bajadas,
puede escoger senderos más o menos favorables. Atravesar desiertos tórridos o
estepas heladas, encontraras días de ensueños y jornadas completamente
extenuado. También puedes bucear por su interior lleno de luces y sombras………
Estas líneas o caminos, no son más
que alusiones imaginarias sobre diferentes estados de ánimo o conductas en el
transcurrir de nuestros días. Si queremos evolucionar, (aumentando el tamaño o
volumen de esa esfera parlantes, energética y sapiente, hemos de encontrar el
elixir que consiga el desarrollo integral que nos permita subir a escalas
superiores, o de dimensión en dimensión, o de cielo a cielo) para ello, hemos
de añadir más energías de la Fuente Infinita e Inagotable a nuestras vidas,
uniéndonos o fusionándonos con esa fuente que emana agua que da vida eterna,
fuente o agua viva que es Cristo. El camino es buscar esa fusión en Cristo, es
abandonarse en Él, es morir a nosotros mismos por Dios, para fundirnos en Él.
Hemos de usar todas nuestras fuerzas
y de todos los medios a nuestro alcance tanto, exteriores como interiores, para
dar el mayor beneficio a los dones que hemos recibido, multiplicándolos por el
mayor factor posible. Esta es la conclusión o resumen al cual he llegado
durante este último tiempo (año) entregado a mejorar mi vida interior, he visto
que el trabajo y la meta no están fuera, que hemos de buscar e indagar todo en
nuestro interior, el cielo y el infierno está en nuestro interior, el bien y el
mal, el amar y el odiar, etc. etc. no hemos de desear nada ni renunciar de nada,
todo es bueno y nos fue dado para que usándolo bien, lo aprovechemos en la
construcción del reino de Dios, tanto en esta vida terrena como en la venidera,
el reino esta como todas las cosas están, pero hay que buscarlas para que
vengan a nosotros acá y allá.
El progreso, aunque nos parezca
lento, es progreso y es lo que nos interesa, como no somos santos, no podemos
recibir más de lo que nuestras acciones dan, mientras más nos demos, más
recibiremos, pero, la cuestión no es dar más para recibir más, hemos de dar por
el simple hecho de dar, el dar nos engendra la satisfacción del bien hacer.
Esto es darse por amor, y no por recibir dádiva por el bien donado. Todo lo que
hagamos, hemos de hacerlo por el simple hecho de amar, en este caso,
recibiremos amor y seremos todo amor, es entonces cuando recibiremos la mayor
recompensa que se deriva del amor, ser amado por el amor de Dios.
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