La 1 Itv del adviento
21-11-2014
Hoy me siento como si fuese bicéfalo,
dentro de mi distingo con cierta facilidad a dos seres pensantes e
independientes, en estos momentos están como tranquilos e indiferentes, con
esto quiero decir que entre ellos reina momentáneamente cierta paz o
indiferencia, ¡cuidado! ¿Quien soy yo que a ambos veo? si hablo de dos ¿cómo es posible?,
a caso …. ¿somos dos en uno? No, ¿soy la fusión de ambos?, soy….. o ¿somos
tres? …..
Si echamos nuestra mirada hacia detrás
no hemos de obviar que físicamente procedemos de un homínido con todo lo que
contrae un ser irracional como tal, que llegado a un punto de evolución
adquirió por la gracia de su creador, memoria, entendimiento o discernimiento y
voluntad, en una palabra: Adquirió el libre albedrío o la potestad de ser y
hacer según su voluntad. Dejó de ser homínido al dar un salto calificativo
convirtiéndose en ser humanoide.
El nuevo ser ha sido creado exactamente
igual que los demás seres pero con una variante, es semejante a su creador, esa
autonomía o libertad de acción le hace diferente a todo ser creado hasta el
momento presente.
En el principio el hombre fue creado
puro de pensamientos y acciones, manteniendo una visión o trato directo con su
creador por lo cual estaba en armonía y consonancia con los demás seres que
cohabitaban con él en el llamado paraíso terrenal o su medio de vida.
Con el paso del tiempo su condición fue
cambiando y en el nació un nuevo factor o deseo, la ambición de poder o poseer, es así como se dice que comió
el fruto del árbol prohibido del bien y del mal, a partir de este momento por la
ambición perdió la pureza de su espíritu conduciéndole a la pérdida de esa
visión y armonía o trato directo con su creador, a lo que se le llamó la
expulsión del paraíso terrenal.
Desde entonces, en este nuevo humanoide
coexisten dentro de su unidad corporal y espiritual como ser, distintas
corrientes o entidades físicas, mentales y espirituales que se contradicen y se
atraen.
A causa de su ambición este nuevo ser se
ve apartado de su creador, esta nueva situación le conduce a tener una visión
distorsionada de la realidad de todo su entorno, cayó en la oscuridad del
engaño ilusorio, su nueva visión o percepción de las cosas fue una inmensa
perdida, el ser humano se degrado hasta tal punto que era su parte animal o ego
la que desde entonces dominó alterando el orden que existió hasta que su
ambición por el poder trajo cambios importantísimo en su conducta mental y
espiritual.
Para rescatar o redimir al hombre de su
error o equivocación, Dios tenia un plan redentor y misericordioso basado en el
amor y la entrega del Mesías prometido, o encarnación de Dios en su Hijo
Nuestro Señor Jesucristo.
Él vino a dar testimonio de la verdad
para que siguiendo sus pasos podamos ser rescatado de nuestro error y ser
nuevamente reconducido para poder recuperar el estado de gracia del cual el
hombre disfrutaba antes de ser expulsado por su caída por la ambición del poder
o comer de la fruta del árbol prohibido del bien y del mal.
Según
san Mateo 10, 34. "No
penséis que he venido a la tierra a sembrar paz. No he venido a sembrar paz,
sino espada”.
Con estas palabras, Jesús nos avisa que
por causa de su palabra habrá discordia entre los hombres e incluso entre los
miembros de una misma familia, además, donde si la habrá es en aquel que quiera
seguirle.
El hombre habrá de enfrentarse así
mismo, su guerra total y constante será dentro de sí, para la eliminación de su
ego necesitará toda su vida, para ello ha de combatir intensamente día tras día
y si consigue doblegarlo jamás ha de dejar de estar en guardia, por eso el
seguir a Cristo es tomar cada cual su cruz y vencerla muriendo a si mismo, para
que se pueda vencer a la muerte y vivir eternamente con Él.
Dentro de unos días comienza la liturgia
del adviento, tiempo dedicado a preparar en nosotros la rememoración de la
venida del redentor. Es tiempo de poner orden y sosiego en nuestro interior
para comenzar un nuevo ciclo, esta renovación es necesaria porque, el paso del
tiempo nos hace descender a lo más hondo de la fosa, a las tinieblas del fondo
de nuestro ego.
A causa de la rutina diaria me siento
abandonado, rechazado, traicionado, todas mis esperanzas se van desvanecido
como el humo, mis sueños se van estrellado en la desesperación y repito oraciones
que antes me decían mucho, pero hoy me suenan a vacío, pronuncio el santo
nombre de Dios, pero muere en mis labios.
¿Por
qué, Señor, algunas veces tengo la sensación
de que me rechazas y me escondes tu rostro?, esa
es la causa de mis sufrimientos, Señor, y a nadie se la contaría más que a ti, lo
que sí te pido es que veas la fe que se esconde tras mis propias quejas, mi
confianza y amor en ti que se expresan en la misma libertad con que te hablo, no
me hubiera atrevido a hablarte así si tú mismo no hubieras puesto estas
palabras en mi boca, gracias por haberme dado esa libertad basada en tu amor y
misericordia, Señor.
Padre de bondad, en la
preparación de este adviento espero tu luz para que por la resurrección de
Cristo me des todas las repuestas para vencer sobre
la muerte y el sufrimiento, por eso, lleno de alegría, te pido que no me
dejes caer en la amargura y el desconsuelo, cuando llegue la hora de sufrir.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
1 La
Itv (Inspección Técnica de Vehículos) o reciclaje personal en
el Adviento
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