domingo, 7 de diciembre de 2014

ES TIEMPO DE PURIFICACIÓN






Es tiempo de purificación
07-12-2014

Pura ha de ser nuestras miradas, puros han de ser nuestros deseos, transparentes han de ser nuestras acciones, aún más puros han de ser la concepción de todos nuestros pre-deseos, pre-actos o pre-acciones, tan puros como la pureza inmaculada de Maria para ser hallados merecedores de la gracia de concebir la inmaculada presencia de Jesucristo en nuestras almas.

El adviento es el tiempo adecuado para limpiar y adecentar el mayor templo natural jamás creado, templo vivo donde el Creador mora, morada finita como nosotros mismos pero, a su vez es infinita en cuanto se manifiesta la presencia pre-infinita del Dios que se encarna en los hombres, en los cuales de manera extraordinaria se manifiesta Su Espíritu, estos, ellos son elevados a semidioses al portar y manifestar como una sola unidad al hombre que ya no vive en sí, sino que, es el mismo Dios quien se manifiesta y actúa a través de ese nuevo hombre-Dios, es como el preludio de la anunciada segunda venida de Cristo.

Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios y como por el “pecado original” se desvirtuó el ser humano que es la obra magna para la cual el Creador creó todo cuanto existe, el Padre amantísimo no dejo solo a los Adanes ni a las Evas, el mismísimo Dios se encarno y con su redención nos dio las claves para poder enderezar el entuerto de nuestro calamitoso origen.


El hombre que muere a sí mismo para que “Dios viva en el”, deja de ser un simple mortal, todo su cuerpo resuda a Dios, porque es el nuevo Cristo quien glorifica al Padre a través de ese hombre nuevo que ha adquirido la presencia divina y la vida eterna. Hombre que anhela dejar su soporte originario para recuperar la libertad en Cristo y juntos regresar a la morada paterna para que en la unidad del que lo es todo y que todo lo transciende, dar gloria y alabanzas a Él en sí mismo.

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