Subiré
a tu monte
01-12-2014
Para hacer posible salir victorioso he
de comenzar este adviento escapando como un pájaro al monte, porque la maldad y
astucia de mi ego cada día es mas resistente y tensa, conoce mis puntos flacos,
si quiero vivir no tengo más escapatoria que refugiarme en tu monte.
Después de tantos intentos fallidos ¿qué
puedo hacer?. Huir y buscar refugio en tu monte, allí estas vigilante. Déjame
que me aposente sobre una roca saliente para poder contemplar tu rostro oteando
la oscuridad y la profundidad de mi vida, déjame que el sol bañe mi semblante.
Déjame que renazca en mí una nueva vida, estoy cansado de luchar, cansado de soñar, cansado de esperar, cansado de
vivir, Tú sabes muy bien que quiero seguir, y yo sé que
quiero luchar, no, no me escaparé. Puede que algún día, mi existencia le
servirá de algo al mundo o no, pero mi sitio es éste, y me propongo mantenerlo,
defenderlo y honrarlo. No me escaparé …
No permitas, Señor, que
caiga en la tentación del desánimo; que, ante la dificultad, no escape como un
pájaro al monte, sino que sepa acogerme en ti, robustecer la fe y, desde la
atalaya de tu monte pueda renacer y alzar el vuelo una vez purificado con el
fuego de tu espíritu.
Mi huida al monte no es
un acto de cobardía, es decirte que a pasar de sentirme cansado no quiero tirar
la toalla, es dejar parte de mi y subir a tu templo para que bajo tu mirada
recupere transparencia y luz.
Para que por efecto de
tu luz, caigan al suelo mis máscaras que impedían que tu luz bañara mi cara, ahora
libremente el sol resplandece y se transforma mi alma llenándola de luz para
que pueda decir: “¡Padre, he ahí tu obra!”.
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