Esta es mi cuaresma
20-02-2015
Señor, necesito que tu luz ilumine mis
ojos y que tus voz sea perceptible en mi corazón, para que, las indiferencias y
la mediocridad de pensamientos y actos no sean ya posibles, me niego a seguir
participando en el teatro que me circunda, quiero lanzar a la Luz del Sol
cuantas caretas utilicé en el teatro de mi vida, quiero y deseo alzar la mirada
para que tu Luz ciegue mi visión distorsionada, solamente quiero ver y sentir
la belleza de tu verdad.
Quiero y deseo ser completamente libre,
para ello necesito sentir la fuerza de tu voz para que, se deshagan las cadenas
que aún quedan asidas en lo más profundo y recóndito de mi mente. Necesito
poder decirte con total libertad y disponibilidad: “¡Señor!, aquí estoy”, para
poder lanzándome sin perjuicios a tus brazos o al abismo divino como decía
Francisco de Asís.
En este caminar, no quisiera emular a
nadie, llegue a donde llegue o alcance lo que buenamente pueda alcanzar, no me
he puesto límites, solo quiero ser yo y nada más, aunque esto no quiera decir
que para ello he de olvidar los ejemplos de cuantos nos precedieron en este
empeño.
La antorcha que ha de iluminar mi camino
ha de ser el “Amor”: el me dará las
fuerzas necesarias para no retroceder, el será el espejo en el cual se ha de
reflejar la imagen de Cristo en cada uno de los nacidos, el será el escudo que
rechace todo juicio o perjuicio hacia nuestro prójimo, el será la puerta
abierta para recibir y tratar a todo ser con idéntico acogimiento.
La alegría de poseer y vivir en el Amor
ha de ser la energía que de luz a mi vida y que impulse todos mis pensamientos,
actos y acciones; esa carga energética ha de ser el motor que haga posible lo imposible;
para el verdadero amor no existen los obstáculos, si tienes amor lo posees todo
ya que, aunque solo tengas el Amor del Amado formas parte de Él.
Nada de lo antes dicho tendría valor si
nuestro corazón no se siente quebrantado y humillado por causa de nuestros
errores o culpas, el salmista dice:
Misericordia, Dios mío, por tu
bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa
por tu inmensa compasión borra mi culpa
Pues yo reconozco mi culpa,
contra ti, contra ti solo pequé,
contra ti, contra ti solo pequé,
Mi sacrificio es un espíritu
quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.
La cuaresma es tiempo de oración y penitencia
(ayuno), en estos momentos Jesús nos invita a estar con el, a acompañarles porque
somos sus invitados, él es el Novio de esta gran Boda, el es el Amor y el
Amado, nosotros somos sus invitados y aspirantes a imitarle, quiere que
aprendamos a Amar al Amor y ese aprendizaje es nuestro compromiso y regalo de
boda.
Este es nuestro sacrificio y nuestra
oración durante la cuaresma de nuestras vidas, el aprendizaje a Amar al Amor, aprender a despojarnos de nuestra ropa vieja para vestir la túnica inmaculada
del Amor, para ser como nuestro anfitrión.
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