Solo
Tú
04-02-2015
Donde estas Señor, camino y no veo a
nadie a mi alrededor, me siento a descansar y ni pájaros oigo cantar ni
revolotear, es inútil que espere compañía o ver caminante solitario que vaya o
venga, en mi caminar no hallo a quien poder dirigir un saludo, o dispuesto a
escuchar consultas sobre dudas.
Si acudo a eruditos son estos quien
prestan sus oídos, pero, cuando me oyen hablar de luces y sombras, de arriba y
de abajo, de ser y no ser, de unidad y multiplicidad, etc. les noto cierto temor
y se niegan a seguir profundizando en las alturas o, a elevar las profundidades
de espacios y dimensiones que se entrecruzan.
Otros, que son los más ni escuchan,
sacuden sus manos como queriendo ahuyentar malos presagios, es entonces cuando mi
soledad se torna ruidosa al percibir o intuir miradas que corren a refugiarse
en sus amigos y colegas, siento el frío del vacío y, de sentencias entre
dientes, de guiños y mohines.
También los hay que miran y te tratan
con cierto temple, dejando ver cierta lastima al pensar que los avatares de la
vida te han trastornado el sentido, musitando que bastante tiene con poder
seguir adelante con tu carga familiar, a estos los tengo por los mas abiertos
aunque las nubes no les dejen ver con claridad el sol.
Solo Tú, calma y sacia mi sed, solo Tú
escuchas la voz silenciosa que grita desde lo más profundo de mi corazón pero,
enseguida te disipa como un débil perfume de tu existencia que poco a poco va
siendo sustituido por el hedor nauseabundo de nuestras cloacas.
Estas situaciones son causadas por la
complejidad de la labor y al no tener fuentes de tu misma naturaleza en las
cuales poder comparar o contrastar, nace un estado de soledad e incertidumbre
que se alternan con estados de plenitud, no se si esto es causa de mi debilidad
personal o es común en otras personas que tengan ideales o fines de
características similares, lo cierto es que mi sensación se asemeja a un hierro
que tan pronto esta al rojo vivo por el fuego de la fragua y que se va
enfriando poco a poco siendo modelado por los golpe recibido sobre el yunque en
manos del herrero.
Más, los días me aconsejan que deje de
preguntar y continúe en silencio, es el fuego, los golpes y el yunque dirigidos
por la mano firme del herrero quien con el ritmo del tintineo irá dando forma a
mi corazón endurecido, solo Tú ha de seguir forjando mi caminar, es mi deber de
seguir en completo silencio para que solo se oiga la fragancia de Tu presencia.
Sin olvidar que lo ocurrido estos dos
últimos meses, no es mas que un ejercicio de los muchos que se nos pide para
que de verdad templemos nuestras armas de amor para amar aún en el mayor desamor.
Donde te fuiste amor, cuando apenado
acudí a Ti . Cuando más te necesitaba, tu, mas lejos traspusiste de mi. De tu
estancia, el viento no me supo decir. Hasta el agotamiento te busqué por valles
y montes, agotado junto a mi corazón te encontré, ahora en mi prisión te he de
convertir, solo te encontré dentro de mi.
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