sábado, 11 de julio de 2015

CAPÍTULO 22 APOCAÍPSIS



APOCALIPSIS, CAPÍTULO 22

22:1 Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.

Río limpio de agua de vida. Los salvados son como un río de vencedores, puros en pensamientos, palabras y acciones. Que salían del inmenso trono de Dios misericordioso (el trono de Dios es su Reino), y por la redención del Cordero.

22:2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.

Parece ser que Juan vio una ciudad (la nueva Jerusalén), y en medio de ella hay un río, y a uno y otro lado del río estaba el árbol de la vida (Cristo es el árbol de la vida), que da muchos frutos ( los justos o vencedores) y las hojas (la palabra de Dios), es como medicina, cura todo mal, estas eran para sanar y fortalecer a los que cumplen su voluntad.

22:3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,

En la nueva Jerusalén no habrá más mal, el trono y el templo de Dios y del Cordero está en ella, y sus siervos le servirán.

22:4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.

Y verán el rostro de Dios, y cada cual verá su nombre en la frente del  Cordero, esto quiere decir que allí todos serán uno con el Padre y el Hijo, los vencedores serán verdaderos hijos de Dios.

22:5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.

Allí no hay sol, luna ni estrellas, la única gran luz que alumbra y no se apaga jamás, es la luz de Dios que brilla y que ilumina todo lo creado, por los siglos de los siglos (eternamente)


La venida de Cristo está cerca

22:6 Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.

Se afirma que, este libro es para que se sepa lo que ha de suceder, y que es palabra de Dios revelada a su siervo Juan.

22:7 ¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.

Cristo vendrá pronto, y dice que los que guardan su palabra y la profecía de este libro, son Bienaventurados.

22:8 Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas.

Juan nuevamente testifica de cuanto vio y oyó, y que hincado de rodillas quiso adorar al ángel.

22:9 Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.

No lo hagas, me dijo: “Yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas”, añadiendo “adoras a Dios”.

22:10 Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca.

No selles (no lo oculte bajo ningún pretexto) porque el tiempo de cumplirse está cerca.

22:11 El que es injusto, sea todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.

Llegada la hora, cada cual quedará en ese estado, no habrá lugar ni tiempo para cambiar o rectificar.

22:12 He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.

Cristo vendrá pronto y mi recompensa viene conmigo, para dar a cada uno según sus obras,

22:13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.

Cristo dice referente a su iglesia: “yo soy el primero y el último”, el primero como Dios y el último con servidor; ¿Quién es dentro de la iglesia, el primero como seguidor de Cristo o el último como servidor de la congregación?, piénsatelo bien y aún estás en tiempo de arrepentimiento y rectificación, de lo contrario, la recompensa o el castigo solo será de tu responsabilidad.

22:14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.

Bienaventurados los que rectifican (lavan su ropa), ellos, habitaran en la ciudad santa de Dios.

22:15 Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.

Todo impío quedara fuera.

22:16 Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.

Este es el testimonio de Jesús para las cosas en las iglesias (General, particular o personal), él es el sol o la estrella de la mañana del nuevo día en la Jerusalén celestial.

22:17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome deL agua de la vida gratuitamente.

Dios nos invita a todos, ir si te dicen ven, o decir ven a mi y recibirlo; saciad la sed tomando del agua de la vida. Invita al Cordero a que pase a tu corazón o ve tu al suyo, él lo desea de cualquier modo.

22:18 Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.

Es testimonio para aquellos que oyen las palabras de esta profecía, para que sean verídicos y no añadan ni quiten cosa alguna, serán castigado por mentir y falsear su contenido.

22:19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.

Nuevamente se insiste en transmitir este mensajes tal cual se dice en el libro de esta profecía.

22:20 El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.

Es palabra de Cristo que dice: Ciertamente vengo en breve.

22:21 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

La gracia de nuestro Señor sea con todos nosotros. Amén




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