viernes, 28 de marzo de 2014

AMAR HASTA FUNDIRSE EN EL AMOR

Amar hasta fundirse en el amor
28-03-2014

Perdona mi rebeldía al no desear hoy sumirme en peticiones y súplicas, en orar a voces para que oigas mis ruegos de protección y amparo, no es que no lo necesite en mi diario caminar, no quiero pedirte nada a cambio de tu auxilio y protección.

Necesito mucho mas y con urgencia, Tu acción mediadora para dejar las lamentaciones, olvidar sacrificios, esfuerzos y de sentirse solo, no es eso lo que deseo ardientemente.

Necesito alegría en mi corazón, necesito entregarme a ti sin esperar nada, espero ver aumentado mi amor; si dispusiera de alegría y amor sin medida con ello alcanzaría todo porque, al no poseer nada no se necesita nada, el amor cubre y lo llena todo, el amor es tener o sentir tu presencia, es seguir tus huellas, es sentirse vacío de sí mismo y al mismo tiempo, sentir la inmensa satisfacción de saber que ese vacío no existe porque no queda hueco sin que tu estés presente y como han dichos otros antes que yo “nada necesito y nada tengo porque estoy empapado de Dios y nada más me cabe, no tengo necesidades ni apetencia, porque estoy lleno de Dios y con el todo me sobra o me basta”.

Señor tu sabes que te amo pero, desde mi óptica creo que es escaso e insuficiente mi amor a ti, necesito sentirme embriagado de amor por ti en todas las formas y extensiones.

Llegado a este punto ya no será necesario el deseo de amar porque desde ese momento me habré fundido en el amor que ama a todo.

En pocas palabras, mi deseo a amar tanto hasta fundirme en el amor, es, desear llegar a la unión o a la fusión con el Amor por el amor.

El dolor que engendra el vaciarse de si mismo es insignificante si este vacío es ocupado por el amor.

El amor lo es todo y todo lo impregna, el amor fundamenta todas y cada una de las acciones del Creador.

El verbo se encarno en Cristo y, todo cuanto hizo fue por y para el amor, nosotros hemos de imitar a Jesucristo y que mejor forma que hacerlo imitándolo en su amor.

En estos tiempos de desenfreno de amor carnal y deseos tan densos como el plomo, ¿porqué no lo dignificamos purificándolo al transfigurarlo en el crisol del amor divino?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario