martes, 25 de marzo de 2014

NADA HAY OCULTO

Nada hay oculto
25-03-2014

Quien no ha jugado al escondite. Es uno de nuestros primeros juegos, contar y dar tiempo para que los participantes encuentren un hueco donde esconderse para no ser vistos o pillados.

Vivimos ocultándonos de la visión de los demás, hacemos cosas a sabiendas de que no son correctas; de pequeños tratábamos de hacer cosas ocultándonos debajo de la manta, bajo ella nos sentíamos fuera del alcance de los demás, lugar donde nos sentíamos seguros para hacer o ver lo prohibido o reprochable o, como huir de nuestros miedos.

Nos escondíamos bajo las escaleras, en alacenas y hasta en el arcón o baúl, creíamos que estos eran mas seguros y protectores; después vamos creciendo y cambiamos el roll del escondite, pero seguimos escondiéndonos en juegos que te absorben evadiéndote de la realidad, en trabajos o hobby que te hacen pasar el tiempo porque huimos de la realidad, queremos mantenernos ocultos, sin ser visto por los demás.

Así pasamos nuestra vida huyendo de nosotros mismos o eso creemos, y para qué.

En lo tocante a la vida espiritual tres cuartos de lo mismo, yo me pregunto: de qué, porqué y para que huimos si nada hay oculto al conocimiento o sabiduría de nuestro creador.

El salmista lo dice con estas palabras:
Cuando, en lo oculto me iba formando, y entretejiendo en lo profundo de la tierra, tus ojos veían mis acciones, se escribían todas en tu libro; calculado estaban mis días antes de que llegase el primero.

Nuestra niñez es una escuela donde aprendemos a equivocarnos y a vivir engañados en el tiempo, para Dios todo es presente; la oscuridad o tiniebla tampoco existe para él; el conocimiento es luz y nada esta oculto a su conocimiento, por tanto para él las sombras no existen.

Si digo: “que al menos la tiniebla me encubra, que la luz se haga noche en torno a mi”, ni la tiniebla es oscura para ti, la noche es clara como el día. (Salmo 138)

 Aprendamos a vivir en la luz, es vivir en la presencia de Jesús, imitándole y viéndonos reflejados en él en lo mas simple y cotidiano de nuestras vidas, nada ha de quedar oculto, hemos de ser puros y transparentes como fue su vida y acciones mientras vivió como hombre entre nosotros.

Tras cada fallo que cometas, no te detengas, incorpórate de forma inmediata y continua caminando en pos de la luz que, es el camino trazado por Jesús de Nazaret, cógelo como báculo y ayuda para no abandonar el camino que es conocimiento y amor.

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