lunes, 3 de marzo de 2014

PAZ Y MISERICORDIA

Paz y misericordia
03-03-2014

Que te puedo desear u ofrecer al comenzar el nuevo día, ¿amor, bienestar, salud, paz?, etc… Al poder escoger solamente una de entre las expuestas ¿por cual te decidiría?.

Para comenzar un nuevo día podría decir que deseo como base la paz tanto externa como interna ya que, creo que es la plataforma fundamental para poder vivir el día en armonía.

Puedo pasar bien el día lleno de amor a Dios, a mis semejantes y amar a mi entorno, pero no seria perfecto el transcurso del día si me faltase la paz.

Lo mismo nos ocurriría si rebosásemos de bienestar económico y poseyendo todo tipo de bienes.

Podríamos estar rebosante de salud, con bienestar económico y con un amor desbordante pero, si nos faltase la paz, el día no seria perfecto.

Ahora, si disfrutamos de una inmensa paz interior, todo lo demás se multiplicaría, resultando un día perfecto y espléndido.

Podríamos mejorar nuestra situación o resultados cuando a estos añadiésemos la misericordia y el perdón de todos aquellos a los que no soportamos, a los que por naturaleza nos caen gordos, cuesta trabajo y es duro perdonar pero, no lo será tanto si imitamos a Cristo cuando desde la cruz nos perdono diciendo: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Mas duro que perdonar desde el suplicio es imposible y, si él pudo, nosotros podremos hacerlo contando con su apoyo y con su ejemplo.

El perdón es una de las mayores obras de amor y de caridad que se pueden realizar, siendo mayor el mérito adquirido mientras sean mayores las dificultades de realizarlos, así nos ama Dios, sin medida.

Si nos examinamos internamente, podremos recordar las infamias de todo tipo que hemos cometido durante nuestras vidas y, a pesar de todo, Dios nos ha perdonado, ¿quienes somos nosotros para no perdonar a aquellos que Dios los ha perdonado?.

Recordando esto nos será mas fácil perdonar a nuestros enemigos o a aquellos que más daños no hayan producido, todo esto lo podremos llevar a cabo con muchísima facilidad si lo hacemos desde un estado de verdadera paz interior.

Ahora entiendo aquel saludo o deseo del Señor cuando a su llegada decía “mi paz os doy” o al marchar decía “mi paz os dejo”. Reflexionemos sobre este saludo, es menester que los cristianos recuperemos la paz y recuperemos la costumbre de saludar que tenia Cristo “mi paz os doy, mi paz os dejo”.

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