LA CRUZ
1.
EN LA HISTORIA DE LAS
RELIGIONES. 2. EN LA TEOLÓGIA BIBLICA.
I. EN LA HISTORIA DE LAS
RELIGIONES
En
su forma simple de dos líneas que cruzan perpendicular o diagonalmente puede
rastrearse la presencia de la cruz ya en el Neolítico reciente. Las
interpretaciones son hipotéticas, pero no parece erróneo entenderla cómo señalización o como
ornamentación
y también como símbolo
cósmico y religioso. Sus formas concretas son muy diversas (en diagonal, en
forma de T(au), la cruz griega (es decir, con los lados de la misma longitud),
la cruz latina (con el tramo
vertical más largo que el horizontal), radiada, esvástica, con asas, y otras
muchas variantes).
La orientación hacia los cuatro puntos
cardinales (cruz griega y cruz radiada) simboliza el universo (cielo y tierra) en las
culturas mesopotámicas, las de América del Norte y Mesoamérica y en la Roma antigua (“la tierra dividida en cuatro
partes”. La conocían como símbolo del sol
los asirios, los galos v los germanos septentrionales. Platón interpretó el
cosmos como “a1ma del universo” con la letra X. En la India, la cruz radiada
simboliza el curso circular de toda vida (samsara), La esvástica (cruz radiada con el circulo roto)
significa en el budismo la fractura del samsara,
es decir, de la vida autentica. Pueden rastrearse ya en las culturas del
Bronce interpretaciones que la
entendían como señal de bendición y de protección. La cruz con asas está
inequívocamente testificada. en Egipto como símbolo de la vida, Esta
significación como símbolo humano básico hace posible y comprensible, en la
óptica de la ciencia de la religión, que en el ámbito del Imperio romano de
Oriente (desde Constantino el Grande y la emperatriz Helena) y en los Padres de
la Iglesia griegos se llevara a cabo una reinterpretación de la cruz desde su
primer sentido como instrumento de castigo y ejecución a signo salvífico
universal (no solo soteriológico) y que se impusiera rápidamente en las formas
de la inculturación: primero en el circulo de la cultura helenista, luego en
las misiones (germanas y mesoamericanas) y también, al parecer, en Asia central
y oriental.
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Bibliografía: HWDA 5, págs. 478- 484; RGG3 4, págs,
45s.; EKL3 2, págs.
1462-1468. F. HEILER, Erscbeinungsformen
und Wesen der Religión. S 21.979, págs. 104ss.; H.-J. Klimheit, <Das Kreuz-Symbol> en G. STEPHENSON (dir.), Leben
und Tod in den Religionen, Da 1980, págs. 61-80; M. LURKER, Die Botschaft der Symbole, M :1990,
págs. 279-289.
Franz Wolfinger
2. EN LA TEOLOGÍA BÍBLICA
La
cruz es un instrumento para la ejecución del castigo, en sus orígenes un madero
(o-ta-upOc latin crux, palo
de tormento), que entre los romanos era de ordinario un travesaño.
<Crucificar> (0-rappobv) indica el correspondiente
modo .de ejecución. 4.) En este sentido emplean los evangelios sinópticos (y los [Hechos) los
conceptos, primero como indicación del género concreto de la muerte sufrida por
Jesús (en Mc 15 par.). A la luz del kerigma de la resurrección, el discurso
sobre el Crucificado (participio perfecto) adquiere una permanente
significación cristológica (Mc 16,6 par. Mt 28,5).
Empalmando con esta idea, acentúa Lc la necesidad
historicosalvifica de la muerte en cruz de Jesús (Lc 24,7.20 <26> y la
justificación del Crucificado en virtud de la resurrección (Hch 4,10; 2,36; cf.
5,30; 10,39 <colgar del madero>; 13,29). La sentencia acerca. de «llevar
la, cruz>, que fue en sus orígenes una metáfora para la disposición al
martirio, se convierte, en el contexto de los evangelios, en imagen de la
radicalidad del seguimiento de Jesús exigido a todos (Lc 14,27 Q), que implica
fundamentalmente arriesgar incluso la propia vida (Mt 10,28s.) redacción); Mc
8,34s. par, Mt 16,24s.) y, en concreto, la acreditación <diaria> (Lc
9,23s.).
b) El evangelio
de Juan emplea el concepto de cruz (crucificar) exclusivamente para el
género especifico de la muerte de Jesús (Jn 19). En lo que concierne al
contenido, la muerte en cruz se inserta, a través del concepto de la
<exaltación>, en un contexto de clara orientación cristológica, en el que
aparecen entrelazadas la crucifixión y la sessio
ad dexteram Patris (3,14; 8,28; 12,32ss.), La exaltación en la cruz pone en claro
que el retorno del enviado del Padre es la glorificación del Hijo del hombre
(hecho carne), de modo que
en la cruz alcanza consumación la gloria ya perceptible en la vida terrena 12,23.28;
13,31). En este sentido, puede hablarse de una theologia crucis joanea (Kohler, Knöppler).
e) Ha sido Pablo
quien con mayor rigor ha reflexionado sobre el hecho de la muerte en cruz de Jesús como theologia crucis en el sentido de un concepto soteriológico. La
paradoja de un Cristo crucificado (Hengel), que es necedad para los paganos (la
idea del castigo en la cruz les resultaba repugnante a los ciudadanos romanos,
cf Cicerón, Pro Rabirio 16) y
<escandalo> para los judíos (el judaísmo de aquella época desconocía la
idea de un Mesías crucificado; una cierta explicación de la tradición
establecía una relación entre Dt 21,23 y la crucifixión: TRE 64, pags, 7-13),
se convierte en Pablo justamente en la demostración de que el no anuncia la
sabiduría humana, sino la sabiduría de Dios, quien, a través de la necedad de
la cruz, quiere salvar a los creyentes (1 Cor 1,17-25; cf. 2 Cor 13,4. El Crucificado
se muestra como el misterio de la sabiduría divina, oculta al mundo, que ahora
se ha revelado media del
Espíritu (1 Car 2,6-10) “La <palabra de la cruz> (1 Cor 1,18) o
respectivamente <del Crucificado> (1 Cor 2,2; cf. Gal 3,1), se
convierte en la esencia del mensaje
salvífico cristiano (Flp 2,8). Esta
paradoja gnoseológica adquiere en Gál
profundidad de contenido. Exigir la
circuncisión (a los paganos) seria eliminar el <escandalo>, de la cruz (salvadora) (5,11; cf 6.12;
Flp 3,18). Gál 3,13 establece ha referencia expresa con Dt 21,23 (<un hombre
colgado ... es una maldición)) e interpreta consecuentemente la muerte vicaria de Jesús <por
nosotros> de la formula de la muerte de Jesús (influida por Is 53) como <muerte
de maldición>) (<hecho maldición
por nosotros>; cf. como transición en 1 Cor 1,13: <crucificado por vosotros>)
El paralelo en 2 Cor 5,21 (<Dios lo hizo pecado por nosotros>) permite
descubrir que la extremosidad que hace de Cristo <maldición> y
<pecado> está pensada en analogía con el sacrificio por el pecado (Lv
4,5.16), en el que en la muerte el animal sacrificado se realiza simbólicamente
la muerte del pecador. En Cristo crucificado, «hecho maldición por nosotros»
(Gál 3,13) puede homo peccator reencontrarse
consigo mismo para conseguir en él una identidad
nueva (la de alter (Jhristus, ;28).
El creyente, por consiguiente, ha crucificado
su carne (de una vez por todas:
aoristo 5,24), de modo que es (permanentemente) un crucificado con Cristo (Gal
2,19, perfecto; cf. 6,14), en el que el mismo vive (2,20). En Rom 6,6 se
aplica esta idea bautismo, en el que «nuestro hombre viejo fue
crucificado» (aoristo).
d) La theologia
crucis paulina avanza un paso más cuando en Col se establece una
vinculación estricta entre la idea de la reconciliación universal y la cruz (1,20; cf.
2,14s,), o en Ef, donde la cruz aparece como la posibilitación de una única
Iglesia (de judíos y gentiles) (2,16). Se halla cerca de la tradición paulina 1
Pe 2,24, donde el texto de Is 53,4.12 (<el llevó el pecado de muchos>) se
concreta en la cruz (<el mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo y los
subió al madero>). En Heb 6,6; 12,2 aparece la cruz como expresión de burla
y de ignominia.
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Biografía; L. MORRIS, The Cross in the NT, GR 1965; E. DINKIER, Signum Crucis., Tu 1967; G. DELLING, Der K.-
Tod Jesu in der urchr. Verkündigung. Go
1972; M. HENGEL, Mors turpissima crucis: .Rechtfertigung. FS E Käsernann, Tu-Go
1976, págs. 125-184; H. WEDER, Das .Kreuz Jesu bei Paulus, Go 1981; C. ANDRESEN
y G. KLEIN, (dirs.), Theologia crucis-Signurn crucis. FS E. Dinkler, Tu 1979; H. KOHLER, Kreuz und Menschwerdung im
Johannes-Evangelium, Z 1987; H. MERKLEIN, Studien zu Jesus und Paulus, Tu 1987,
pág. 1-106; TRE 19, págs, 713-725 (W, H. Kuhn); R. HOPPE, Der Thiumph des
Kreuzes, St 1994; 'T. KNÖPPLER, Die theologia crucis des Johannes-Evangelium,
N.k 1994.
Helmut Merklein
Diccionario Enciclopédico de
Exégesis y Teología Bíblica
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