domingo, 6 de septiembre de 2015

NUESTRO CAMINO ES LA CRUZ



NUESTRO CAMINO ES LA CRUZ

PRÓLOGO

El camino es la CRUZ, es una recopilación de información compuesto en parte por informaciones extraídas de diversas páginas publicadas en internet, por aportaciones del autor y del Diccionario Enciclopédico de Exégesis y Teología Bíblica.
He tratado de recoger datos dispersos para que por medio de su recopilación, obtener una información lo más acertada y amplia sobre el significado de aquella respuesta de Jesús: “…. El que quiera seguirme, que tome su cruz y me siga”.
Es, cargar nuestros problemas o dificultades de la vida diaria de índole personal, familiar y añadir o asimilar las dificultades y calamidades de esta humanidad tan convulsa; es ver y vivir al Cristo íntimo y personal que cada uno de los habitantes de este planeta lleva en sí mismo, amándonos, ayudándonos y siendo solidarios.
Es necesario conocer la Cruz de Cristo para que, podamos reconocer y amar nuestra propia Cruz, transformándonos en cruces luminosa, cruces de vida y amor, cruz para glorificar  al Padre en nombre de su muy amado Hijo Jesucristo Señor y Redentor nuestro.

NOTA: Este es el principio de una serie de escritos que conforman una recopilación de datos sobre la CRUZ, que irán apareciendo en este blog en días sucesivos, el final se titulará: Los enemigos de la Cruz.

Historia

La causa de adoptar la cruz como símbolo cristiano vino especialmente con la visión que el emperador Constantino tuvo hacia el año 312 d.C., dicha visión fue anterior a su victoria en el puente Milvio. La visión de la cruz iba acompañada de las palabras “In hoc signo vinces”, que significa “Con este símbolo vencerás”. Entonces se empezó a denominar a los cristianos “los religiosos de la cruz”.

El 3 de mayo del año 324 D.C., en Bizancio, (madre del emperador Constantino I el Grande,) Helena de Constantinopla dice haber encontrado en Jerusalén la cruz de madera en la que murió Jesucristo.

El día 13 de septiembre del 335, tuvo lugar en Jerusalén la dedicación y la consagración de las basílicas constantinianas Iglesias del Santo Sepulcro y de la Resurrección: llamada la del Martyrium, en el Gólgota y llamada  también:  al Crucem;  y la de  la Anástasis, es decir: de la Resurrección.

En el año 614, el rey de Persia, Cosroes, conquistó Jerusalén y se llevo consigo  la reliquia  de la Cruz, que fue hallada, según se dice, también  un 14 de septiembre.
el 3 de mayo del año  628, el emperador bizantino Heraclio recuperó los trozos o reliquias de la cruz. (por esta causa en muchos pueblos se viene celebrando ese día se como fiesta de las cruces
Para evitar o prevenir futuros robos, la Cruz fue partida en tres trozos mayores, destinando uno de ellos a Roma, otro a Constantinopla y el último se quedo en Jerusalén; el resto se partió en infinidad de pedazos que se repartieron entre todas las iglesias del mundo, conocida como "Veracruz" (La verdadera Cruz).
En 1187 fue llevada la reliquias de la cruz a la batalla de Hattin (Galilea) por el obispo de Belén, en esta batalla se perdió definitivamente, no sin que antes  se desparramaran algunas partículas  por el mundo  cristiano. 
 Según manifiesta la historia, al recuperar el precioso madero, el emperador Heráclito quiso cargar una cruz, como había hecho Cristo a través de la ciudad, pero tan pronto puso el madero al hombro e intentó entrar a un recinto sagrado, no pudo hacerlo y quedó paralizado. El patriarca Zacarías que iba a su lado le indicó que todo aquel esplendor imperial iba en desacuerdo con el aspecto humilde y doloroso de Cristo cuando iba cargando la cruz por las calles de Jerusalén. Entonces el emperador se despojó de su atuendo imperial, y con simples vestiduras, avanzó sin dificultad seguido por todo el pueblo hasta dejar la cruz en el sitio donde antes era venerada.

(El Monasterio de Santo Toribio de Liébana, en España, alberga el mayor trozo de madera de la Cruz de Cristo. En 1958 fue analizado mediante estudios microscópicos por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y se determinó que la madera era del árbol “cupressus sempervivens” pertenece a un ciprés abundante en Palestina).



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