sábado, 8 de agosto de 2015

Cap. I


INTRODUCCIÓN al Cap.  I :
Al leer los versículos que están numerados, estos, están complementados con aclaraciones intercaladas, donde el texto integro del versículo esta resaltado en negrita y los comentarios están entre paréntesis y sin resaltar, ejemplo:
1:13 Y en medio de los siete candeleros, (una aparición divina, un Iniciado que desarrolló y encendió sus siete candeleros) uno semejante….)
2:4 ”Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor” (Tu primer amor que era el universal o el amor superior del ……)
Cuando aparecen sin comentarios, es porque son totalmente comprensible y no ha lugar a ellos.

También se ha de tener en cuenta que para su “comprensión”, se utilizan métodos y expresiones relacionados con practicas y ejemplos de yoguis, nósticos y otras artes de tipo oriental, repito, solo he utilizado los conceptos y nada tienen que ver con la introducción de cualquiera de las filosofías o teologías ajenas a la iglesia. Trato de expresarme con un nuevo enfoque del Apocalipsis, es una nueva forma de encarar libremente el tema de la iniciación espiritual basado en el Apocalipsis, para llegar al conocimiento de Cristo y de nosotros mismos usando más la intuición (que una explicación científica o la rigidez de la Teología), y confiando plenamente en la acción reveladora del Espíritu Santo a través del libro del Apocalipsis o revelación de san Juan.
Tengamos en cuenta que en Israel y naciones limítrofes, había cierta influencia de la espiritualidad oriental y de muchas tendencias, desde la greco-romana, Egipcia, de Mesopotamia cuna de la civilización o de Indostán, etc. en un ambiente tan difuso fue escrito el Apocalipsis, es posible que en estos pueblos se practicara creencias con influencia externas, como las doctrinas de Platón, Zoroastro, astrología, ejercicios respiratorios inspirado en la cultura hindú y de los yoguis. Por estos motivos, he tratado de interpretar el Apocalipsis teniendo en cuenta estas tendencias

Cap. I

La revelación de Jesucristo

1:1 La Revelación (del conocimiento oculto o interno) de Jesucristo (Yo Soy, el Logo, El Cristo, el Hijo de Dios), (El Íntimo) que Dios le dio, para manifestar a sus siervos (que después deben saber los Iniciados interiormente) las cosas que deben suceder pronto; (después de la Iniciación) y la declaró (reveló o desveló) enviándola por medio de su ángel (de la comprensión del <flujo> Íntimo) a Juan (Mente intuitiva del Iniciado) su siervo,
1:2 que ha dado testimonio (El Iniciado que ha pasado por todas las pruebas en la Iniciación de la Vida, dando testimonio del Verbo manifestado) de la palabra de Dios, (El Íntimo, hecho carne,) y del testimonio de Jesucristo (el Cordero, del Yo Soy), y de todas las cosas que ha visto.

1:3 Bienaventurado el que lee (medita y discierne) y los que oyen (y comprenden) las palabras (misteriosas y ocultas) de esta profecía (que versa sobre la naturaleza interna y sobre el sendero de la pureza) y guardan las cosas en ellas escritas (practicando las enseñanzas de la Iniciación para adquirir las perfecciones que enseña infaliblemente las prácticas, ellos serán Bienaventurados porque, alcanzan por medio de la meditación sobre el Yo Soy Interno, la Iniciación de su propia Divinidad) porque el tiempo está cerca.

Salutaciones a las siete iglesias

1:4 Juan (El Iniciado en el Reino Interno) a las siete iglesias (Los Siete Centros Energéticos o ganglios, que más tarde se transforman en Siete pequeñas lámparas o candeleros de Luz, y cada uno es un sol y dador de luz; después son los siete Sellos del Libro. Estos Centros Energéticos están latentes, oscuros y sellados en el hombre animalizado) que están en Asia (en el cuerpo humano). Gracias y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, (al Eterno que no tuvo principio ni tendrá fin) y de los siete Espíritus (las Siete Potestades que rigen los siete Centros Energéticos en el cuerpo del hombre y representan los siete aspectos del Íntimo) que están delante de su trono; (dentro del hombre y que sólo por medio de la Iniciación Interna el hombre puede llegar a sentirlos y convertirse en Hijo de Dios),                              
1:5 y de Jesucristo (Verbo, Yo Soy) el testigo fiel, (de la obra del Íntimo antes del nacimiento) el primogénito de los muertos, (el primero que murió al hacerse carne o al sepultarse en el cuerpo denso; pero por su Iniciación resucitó el primero de entre los muertos), y el Soberano de los reyes de la tierra (entidades y elementos que dominan el mundo). Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, (La sangre que es el vehículo del Yo Soy, del Cristo. Cada error, cada pecado del hombre queda impregnado en la sangre, vehículo del Cristo en el hombre; pero el Cristo que mora en y con nosotros hasta la consumación de los siglos, lava estos pecados con el poder de su fuego interno),
1:6 y nos ha hecho reyes (de toda la creación por medio de la Iniciación y hasta que un día, como dice San Pablo, “Los hombres juzgarán a los ángeles) y sacerdote (no nacidos de carne ni ordenados por los humanos mas si a manera de Melquisedec), para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos amen.

1:7 He aquí que viene con las nubes (en la nebulosidad luminosa del Aura que envuelve al Cordero) y todo ojo le verá (con el ojo interno, la glándula pineal), y los que traspasaron, (Cuando Yo Soy, Cristo, el Segundo Logo desciende en la materia, los cinco sentidos abren en el cuerpo las cinco heridas. Es la primera crucifixión y esta es la regeneración o la conquista de “si mismo” que es el objeto del Apocalipsis de San Juan); y todos los linajes de la tierra (aquellos elementos conquistados a su causa) se lamentarán sobre él. Así sea. Amen.

1:8 Yo soy el Alfa y la Omega. (La primera letra de las vocales y la última. La A (Alfa) significa Poder Creador, pronunciada con la máxima abertura de la boca; mientras que la O (Omega) es el poder receptor que conduce a cerrar la boca. OM. Amen). Principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.

Una visión del Hijo del Hombre

1:9 Yo, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, (Al venir a la vida para crucificarme en ella y que fue mi primera Iniciación) en el reino y en la paciencia de Jesucristo (para alcanzar el éxtasis) estaba en la isla llamada Patmos, (aislado de todas mis ilusiones, cerrados los cinco sentidos externos, lejos de toda turbación mental mediante la Iniciación o introspección en esta isla con el cuerpo en relajación), por causa de la palabra de Dios (y en este sagrado trance me desperté a la percepción del espíritu que me dio la dicha de observar mi mundo interno) y el testimonio de Jesucristo.

1:10 Yo estaba en el Espíritu (en trance extático) en el día del Señor (durante la iluminación), y oí detrás de mi una gran voz (la voz del Silencio o del yo íntimo) como de trompeta,
1:11 que decía: Yo Soy el Alfa y la Omega; el primero y último. Escribe en un libro (de la memoria) lo que ves, y envíalo (como mensaje divino) a las siete iglesias que están en Asia (a los siete Centros Energéticos en el cuerpo): a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. (A los Centros Energéticos Sacro - BÁSICO, Prostático - SEXUAL, Epigástrico - SOLAR, Cardiaco - CORAZÓN, Laríngeo - BUCOLARÍNGEO, Frontal o TERCER OJO  y Coronario).

1:12 Y me volví para ver la voz (del Cristo, del segundo Logo) que hablaba conmigo; y vuelto vi siete candelabros de oro (los siete centros energéticos),
1:13 y en medio de los siete candeleros, (una aparición divina, un Iniciado que desarrolló y encendió sus siete candeleros) a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa (aura) que llegaba hasta los pies, (señal de sacerdote según el orden de Melquisedec) y ceñido por el pechos con un cinto de oro. (símbolo de rey o poder, y sus Centros Energéticos brillan como el sol, signo del Iniciado en poder, saber y el amor).

1:14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; (El Centro Coronario emanaba la luz del mundo y la eternidad por los cabellos blancos) sus ojos como llama de fuego: (el Centro Frontal lanzaba Energía y dominio por los ojos flamígeros);
1:15 sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgentes como en un horno; (fluido brillante y condensado presto a la acción) y su voz como estruendo de muchas aguas. (como el ruido por una correntia con gran cantidad de agua, así suena la voz en el interior del iniciado).

1:16 Y tenia en su diestra siete estrellas; (el iniciado que desarrolla sus siete Centros Energéticos, por medio de su Energía Creadora, aviva su luz y brillo, y entonces los siete Montes o los siete Centros o las siete Iglesias en la mano, comienzan a despedir rayos de luz como las estrellas) y de su boca (del Centro Energético Laríngeo) salía una espada aguda de dos filos (el poder del Verbo); y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza. (Esta descripción del iniciado adepto que triunfó sobre si mismo, es muy semejante a la Transfiguración relatada en los Evangelios. El Iniciado con su espléndido equilibrio y conquista de si mismo ha obtenido el derecho de convertirse en hijo de Dios y coheredero de Cristo).

1:17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies (adorando en éxtasis). Y él puso su diestra sobre mi diciéndome: No temas, Yo soy el primero (Dios hecho hombre, el primer Adán nacido del espíritu del Padre, el Verbo hecho carne) y el último (Adán, el iniciado, el hombre echo hijo de Dios, y nacido a la vida por el Gran Soplo);
1:18 y el que vivo, y estuve muerto (durante mis descensos e inmersión en el mundo material); más he aquí que vivo (nuevamente por mi Iniciación, porque adquirí la conciencia de mi Potestad) por siglos de siglos, Amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades (porque en mi iniciación en la vida interna, en el Reino de Dios, descendí al infierno, que está en la parte inferior del cuerpo, para salvar a los <flujos> encadenados en esta región y me apoderé de las llaves del infierno y de la muerte que es la puerta de acceso al mundo Invisible. Porque ante la Iniciación y para el Iniciado ya no existe la muerte, y lo inferior <infierno> se vuelve superior.

1:19 Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de éstas (por el proceso evolutivo de la iniciación).

1:20 El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro. Las siete estrellas son los ángeles (energías o flujos, regentes de los siete Centros Energéticos en el cuerpo psíquico o mental del hombre) de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias (siete Centros Energéticos que sostienen al cuerpo con su energía, calor y luz, y los que deben ser dinamizados mediante el paciente proceso de iniciación).


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