domingo, 16 de agosto de 2015

CAP. XVI

INTRODUCCIÓN al Cap.  XVI :

Y los siete ángeles derraman sus plagas uno tras otro y cada plaga extingue un poder de la bestia, o Naturaleza inferior, que son traducidas por los  siete vicios: Vanidad, Avaricia, Violencia, Envidia, Gula, Lujuria y Egoísmo. Y la bestia y su ciudad fueron partidas y divididas entre sí y todo reino que se divide entre sí se extingue.


Cap. XVI

Las copas de ira

16:1 Oí una gran voz (del Íntimo) que decía desde el templo a los siete ángeles (regentes de los Centros). Id y derramad sobre la tierra (cuerpo físico) las siete copas (sobre los siete centros energéticos, iglesias de Asia) de la ira (fuego depurador) de Dios.

16:2 Fue el primero, y derramó su copa (llena del fuego sagrado) sobre la tierra (mente inferior, bestia, dragón, falso profeta, creadores de los pensamientos que crearon a su vez, entidades inferiores en los centros Energéticos del hombre: el fuego o la ira es la sabiduría Divina que extirpa todas las concepciones erróneas de las religiones y de las leyes humanas), y vino una ulcera maligna y pestilente (extirpadora) sobre los hombres que tenían la marca de la bestia (de la mente inferior), y que adoraban su imagen (sus formas de pensamientos y esta extirpación era como plaga sobre sus errores y engaños).

16:3 El segundo ángel derramó su copa sobre el mar (mundo de los deseos), y este se convirtió en sangre como de un muerto; y murió todo ser vivo (deseo persistente) que había en el mar (de los deseos o consumada y ahogada en su propio deseo o sangre).

16:4 El tercer ángel derramó su copa (del fuego sagrado) sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas (sobre el sistema nervioso y sus ramificaciones que forman el mundo psíquico), y se convirtieron en sangre.

16:5 Y oí al ángel de las aguas (del cuerpo de deseos), que decía: Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas.

16:6 Por cuanto (deseos y pasiones) derramaron la sangre de los santos (las enseñanzas y los esfuerzos de los verdaderos instructores) y de los profetas (de los iluminados superiores), también tú les has dado a beber sangre (que son sus propios errores que los atormentan); pues lo merecen.

16:7 También oí a otro, que desde el altar (ángel, divinidad), decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos.

16:8 El cuarto ángel (divinidad regente) derramó su copa (su energía) sobre el sol (en el corazón, iglesia de Tiatira), al cual le fue dado (una tensión mental intensa con su ardor) quemar a los hombres con fuego (quemar con el fuego del propio deseo).

16:9 Y los hombres se quemaron con el propio calor (de sus deseos hasta la aniquilación de éstos), y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria (a Dios).

16:10 El quinto ángel (divinidad <flujo>) derramó su copa (de fuego) sobre el trono de la bestia (sobre la iglesia de Pérgamo, el plexo epigástrico dominado por el dragón y cesaron sus funciones involuntarias); y su reino se cubrió de tinieblas (por el mismo fuego y humo) y mordían de dolor sus lenguas (porque sus <reflujos> no quisieron convertirse en ejército de la luz),
16:11 y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras (ni se corrigieron de sus trabajos a pesar de todos los castigos recibidos, seguían blasfemando sin arrepentirse de sus actos y de sus obras).

16:12 El sexto ángel derramó su copa sobre el gran Rio Éufrates (el Sistema Espinal fue bañado con la energía Creadora pura que es Fuego y Luz); y el agua (la energía nerviosa) de éste se secó, para que estuviese preparado (en el mismo sistema) el camino a los reyes de oriente (el camino de las fuerzas solares y así llenarán aquel sistema con los <flujos> de Luz).

16:13 Y vi salir de la boca del dragón (del deseo inferior), y de la boca de la bestia (de la Naturaleza pasional vil), y de la boca del falso profeta (del intelecto) tres espíritus inmundos (tres entidades creadas por ellos) a manera de ranas;
16:14 pues son espíritus de demonios (creados por los tres planos inferiores), que hacen señales (de combates), y van a los reyes de la tierra en todo el mundo (inferior con todas sus huestes tenebrosas), para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso (porque al secarse el Sistema Nervioso espinal de su energía y ser llenado de la Luz Inefable, los tres centros inferiores descargan sus tres potencias para apagar la Luz Divina en el Iniciado. La lucha es tremenda, porque el neófito que profundiza en el sendero de la iniciación, tiene que luchar con estas entidades creadas por él durante su vida. Las tres entidades con sus espíritus impuros se congregan y forman una entidad psíquica llamada “El Terror del Umbral”, que sale al encuentro del Iniciado para aterrarlo e impedirle que siga su camino iniciático).

16:15 He aquí, yo vengo (Yo Soy con el Reino de Dios) como ladrón (secreta y quedamente). Bienaventurado el que vela (contra sus deseos), y guarda sus ropas (auras y cuerpos de deseo y psíquico) para que no ande desnudo (de aquella luz pura), y vean su vergüenza.

16:16 Y los reunió (El, Yo Soy, a los espíritus impuros) en un lugar que en hebreo se llama Armagedón (en el alma bruta del mundo inferior, porque estos anhelos concupiscentes nacen de este plano inferior cuya energía es puramente animal).

16:17 El séptimo ángel derramó su copa por el aire (la séptima divinidad de los centros energéticos astrales derramó su copa de ardor o de fuego en el mundo mental) y salió una gran voz del templo del cielo (de la cabeza), del trono, (que es la voz del Primer Logo, o el Padre anunciando desde arriba), diciendo: Hecho está (El iniciado ha nacido, el Cristo, el Conquistador de si mismo).

16:18 Entonces hubo (en el mundo mental) relámpagos (luces) y voces (vibraciones) y truenos (porque los pensamientos son luz y vibración sonora) y hubo un gran temblor de tierra, (en el mundo físico o cuerpo material), y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra (igual a la alegoría descripta por los evangelios en el momento de entregar el Cristo su espíritu al Padre. Porque en este momento de la suprema iniciación tienen que purificarse las fuerzas perniciosas de los elementos de su naturaleza psíquica y desaparece la personalidad del iniciado; pero al desintegrarse se produce en ella como terremoto, relámpagos y truenos; porque el Enemigo secreto con sus huestes luchan y se defienden para no ser destruidos).

16:19 Y la gran ciudad (el cuerpo físico) fue partida en tres partes (resulta ahora ternario, porque el Iniciado triunfador, ya tiene conocimiento pleno de sus tres divisiones inferiores: físico, astral o deseo mental inferior), y las ciudades de las naciones (o centros pro creativos de las ilusiones inferiores) cayeron; (fueron extirpados) y la gran Babilonia (el cuerpo) vino en memoria (fue atraído por el pensamiento) delante de Dios (El Íntimo), para darle el cáliz del vino del ardor de su ira (y para consumirla con su fuego sagrado y purificador).

16:20 Y toda isla (glándula de poder receptor) huyó (desapareció), y los montes (los Centros Energéticos emisores, las iglesias) no fueron hallados (y todos los elementos del Yo Inferior del hombre, han sido expulsados).

16:21 Y cayó del cielo (del pensamiento) sobre los hombres un enorme plaga de pedrisco (todos aquellos pensamientos condensados, que tuvieron sus formas por la sustancia mental y astral), como del peso de un talento (como proyectiles lanzados por un arma poderosa) y los hombres blasfemaron de Dios por la plaga del granizo (de los pensamientos condensados que tornaron a sus proyectores para castigarlos); porque su plaga (o castigo) fue sobremanera grande.


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