sábado, 8 de agosto de 2015

EL SENDERO DE LA INICIACIÓN


EL SENDERO DE LA
INICIACIÓN

(Manual del Iniciado)

BASADO EN EL APOCALIPSIS de San Juan



Para entender algunos aspectos lingüísticos de este tratado, es necesario mantener una mente abierta e imaginativa, libre de todo perjuicio; deja que las letras entren por los sentidos a tu mente y a tu corazón, el Espíritu Santo hará su cometido. Para poder adherirse a las simbologías y a las alegorías, este es el (único) método que conozco por ahora para poder adentrarse en el sentido de los mensajes del Apocalipsis. Es necesario poder asignar a cada relato un significado libre y diferente en apariencia o similitud; léalo, y al final, fíjese si su sensibilidad ha cambiado en algún sentido como, en comprensión, tolerancia o repudio. Si lo comprendió está dispuesto para comenzar o perfeccionar su Iniciación; si lo toleró insista e inténtelo, es posible; y si lo rechazó, déjelo y de gracias simplemente a lo que sea.

Según he oído decir de un mundo tan complicado como es hablar sobre el átomo sin tener el suficiente conocimiento, me atrevo a decir que: he oído que el átomo se subdivide en 11 grupos o subgrupos de sub-partículas: protón, neutrón, fotón, etc. así hasta 11, todas tienen masa, cualidad de la materia, pero la nº 12 recientemente descubierta es el “Bosón” de Higss su descubridor; esta sub-partícula se diferencia de las demás por no tener masa, por eso es invisible y se le denomina comúnmente como, “partícula de Dios”,

Por similitud al “Bosón” daremos el nombre de: (El Intimo), a la partícula o <flujo> de origen divino e invisible, es la Imagen del hombre perfecto, que se encuentra en el centro de nuestro cerebro o mente, se percibe por la emoción en el corazón cuando nos acercamos a Dios por la oración; es la Partícula del Cristo Íntimo o del Cuerpo Místico de Cristo. El Intimo: es quien nos relata “La Iniciación del Ungido Jesús” y da testimonio de Dios a Juan, “la mente intuitiva” testigo del Yo soy o Logo Individual.

El Cristo, el Íntimo es el Primogénito de la muerte, porque fue crucificado, y lo es, en el cuerpo físico del iniciado; Juan o Intuición, en estado de trance espiritual, en éxtasis, recibe la iluminación de su Yo para enseñar el método iniciático o desarrollarlo en los siete centros energéticos en el cuerpo, asociados a las llamadas iglesias de Asia. A estos centros, se les llaman Centros Energéticos por la similitud con los flujos de un imán, son centros de flujos o corrientes de índole espiritual o psíquicas.

A estos siete centros energéticos del cuerpo humano físicos, se le asignan las siete iglesias como centros anímicos o espirituales, estrellas o divinidades; es decir, son siete lugares en el cuerpo que emanan de los siete rayos de Luz del Logo: todos ellos deben ser dinamizados para conseguir la Iniciación del neófito.

Escribir a los ángeles de las iglesias, es dirigir hacia aquellos centros o ganglios el pensamiento, la aspiración y la inspiración, para enviar a ellos una cantidad mayor de flujo sanguíneo y energías de Luz, para que los centros se dinamicen y se desarrollen convirtiéndose en centros de Luz.

El pensamiento sostenido en estos centros los despierta y les hacen vibrar los pétalos inertes, o los rayos inactivos porque, cada centro tiene un número de flujos o rayos diferentes de los del otro, los que se deben reactivar o hacerles vibrar en el cuerpo humano del hombre, y cuanto más progresa el alma en su evolución, los flujos vibran con mayor fuerza.
Antes de la meditación es bueno y conveniente, hacer ejercicios de control de la respiración, para ello existen (búsquenlos en libros específicos, también en internet) muchos métodos utilizados especialmente por yoguis, con el objetivo de calmar la mente mediante el control rítmico y pausado de la respiración.


En el hombre profano y de poca evolución los centros energéticos vibran solamente con la mitad de sus rayos, la otra mitad están dormidos o latentes hasta que por los ejercicios del iniciado se activen.

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