INTRODUCCIÓN
al Cap. XVIII :
Aquí comienza la destrucción total del cuerpo-ciudad
con todos sus deleites y recibirá el “pago al doble según sus obras” “y las
frutas del deseo de tu alma se apartarán de ti” y “Babilonia (el físico)
aquella grande ciudad y nunca jamás será hallada”.
Cap. XVIII
La
caída de Babilonia
18:1 Después de esto (instrucciones) vi
otro ángel (divinidad) descender del
cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. (Cuando el
iniciado sale triunfante en la pruebas se convierte en Uno con el Íntimo y mora
entre los seres Inmortales, y así presencia la caída del mundo de los deseos y
de los instintos de la carne).
18:2 Y clamó con voz potente, diciendo: Ha
caído, ha caído la gran Babilonia (la
materia, la lujuria de la carne y triunfó la gloria del Espíritu), y se ha hecho (la materia) habitación de demonios (causantes de
las enfermedades y de tristezas) y
guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda aves inmunda y aborrecible
(que son las formas del pensamiento y entidades creadas por la mente lujuriosa
y depravada).
18:3 Porque todas las naciones (sus habitaciones) han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la
tierra (todos los sentidos físicos) han
fornicado con ella (fueron seducidos por sus halagos), y los mercaderes (los traficantes con las ideas y la
intelectualidad de la tierra), se han
enriquecido de la potencia de sus deleites (engañando al mundo, vistiéndose
de corderos y ellos son lobos de la humanidad).
18:4 Y oí otra voz del cielo (del cerebro dinamizado ya despertado con sus
centros) que decía: Salid de ella
(de la carne), pueblo mío, para que no
seáis participantes de sus pecados (Elevad los pensamientos hacia mi, el
Primer Logo o el Padre), ni recibáis
parte de sus plagas (que les obligan a encarnar y sufrir el castigo de sus
obras);
18:5 porque sus pecados (errores y hechos) han llegado hasta el cielo (por sus abominaciones), y Dios se ha acordado de sus maldades.
18:6 Dadle a ella como ella os ha dado, y
pagadle el doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebidas,
preparadle a ella el doble (y como
ella os ha hecho sufrir al aceptar sus halagos y placeres, ahora dadle el
sufrimiento de la privación y de la abstención).
18:7 Cuanto ella se ha glorificado (dominando al espíritu) y ha vivido en deleites (impuros), tanto dadle de tormento y llanto (al privarla de sus deleites); porque dice en su corazón: Yo estoy sentada
como reina (de los mundos) y no soy viuda
(abandonada del cuerpo que me obedece) y
no veré llanto (porque obtengo todos mis placeres y deseos);
18:8 por lo cual en un solo día vendrán sus
plagas (por su abuso vendrán las
enfermedades); muerte (del alma), llanto (de remordimiento) y hambre (de placeres insatisfechos), y será quemada con fuego (del deseo
irrealizable que es mil veces peor que el ardor del infierno); porque poderoso es Dios el Señor, y la que la juzga.
18:9 Y los reyes de la tierra (los vientos de la vida que rigen los sentidos) que han fornicado con ella, y con ella han
vivido en deleites (compartiendo sus placeres), llorarán y harán lamentación sobre ella (sobre aquella carne que
fue el instrumento del placer), cuando
vean el humo de su incendio (el ardor y fuego de sus pasiones insatisfechas
que la aniquilaban),
18:10 parándose lejos (los recuerdos) por
el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay!, ¡ay!, de la gran ciudad de Babilonia
(del cuerpo físico), la ciudad fuerte;
porque en una hora vino tu juicio.
18:11 Y los mercaderes de la tierra (que traficaban con sus placeres) lloran y hacen lamentación sobre ella,
porque ninguno compra más sus mercaderías (puesto que en el mundo del
espíritu y de la superación no hay mercado para los placeres mundanos);
18:12 mercadería de oro, de plata, de piedras
preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda
madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de
cobre, de hierro y de mármol (y de
todo lo que puede deleitar a los cinco sentidos sean estos en un hombre rico o
en un hombre pobre. Estos sentidos que trafican y traficarán con las almas de
hombres y mujeres, tendrán algún día que sufrir cuando la humanidad haya
dominado los placeres de la carne y ame las glorias del Espíritu);
18:13 canela, especias aromáticas, incienso,
mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos
y de carros, esclavos, almas de hombres (y
de todo lo que proporciona deleite y comodidad a las almas ambiciosas, que
sacrifican a los demás para su propia tranquilidad).
18:14 Y los frutos codiciados por tu alma se
apartaron de ti (ya no puedes
satisfacerlos y causarán tu propio infierno), y todas las cosas exquisitas y espléndidas (para tus sentidos) te han
faltado, y nunca más las hallarás.
18:15 Los mercaderes (sentidos) de
estas cosas, que se han enriquecido a costa de ellas (del cuerpo físico que
ya está muerto, pero las sensaciones, siguen en el cuerpo astral pidiendo más
goces), se apartaran lejos (al
cuerpo descompuesto) por el temor de su
tormento, llorando y lamentando (como cuando sucede en el cuerpo de deseos
de un hombre apegado a la vida, sigue volando y aleteando alrededor del cadáver
para infundirle vida y para satisfacer sus placeres. Este cuerpo astral sigue
sufriendo con desesperación hasta la extinción de su esperanza, entonces
comienza a pensar en cambiar el rumbo de sus anhelos),
18:16 y diciendo: ¡ay!, ¡ay!, de la gran
ciudad (mi forma física), que estaba vestida de lino fino (de
piel blanca), de púrpura y de escarlata
(de carne) y de grana (de sangre) y estaba adornada de oro (con aura que
rodeaba el cuerpo), de piedras preciosas
(pensamientos) y de perlas¡ (de
sentimientos).
18:17 Porque en una hora han sido consumidas
tantas riquezas (por la iniciación o
por la muerte). Y de todo piloto
(mente directora), y todos los que
viajan en naves (<flujos> que circulan en la sangre) y marinero (<flujos>
constructores de la vitalidad) y todos
los que trabajan en el mar (del espacio que rodea a la forma) se pararon lejos;
18:18 y viendo el humo de su incendio, dieron
voces diciendo: ¿Que ciudad era semejante a esta gran ciudad? (nuestro cuerpo).
18:19 Y echaron polvo sobre sus cabezas (de tristeza), y
dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay!, ¡ay!, de la gran ciudad,
en la cual todos los que tenían navíos en la mar (<flujos>, espacio) se habían enriquecido de sus riquezas (goces)
que en una hora ha sido desolada!
(abandonada a su putrefacción).
18:20 Alégrate sobre ella, cielos (estados del Espíritu) y vosotros, santos, apóstoles y profetas (ángeles de luz,
facultades del Espíritu e iniciados en la vida eterna); porque Dios (el Íntimo) os
ha hecho justicia en ella (ha obtenido el desarrollo del alma en su
encarnación en el cuerpo material).
18:21 Y un ángel fuerte tomó una piedra, como
una grande piedra de molino (el
recuerdo), y la arrojó en la mar
(del <flujo> de la vida física que mantiene la unidad del alma al
cuerpo), diciendo: Con el mismo ímpetu
será derribada Babilonia, aquella grande ciudad, y nunca más será hallada
(porque vuelve con su descomposición a la tierra de donde fue tomada).
18:22 Y voz de arpistas (las vibraciones de los nervios), de músicos (de inspiraciones de
deseos), de flautistas y de trompeteros
(que son de vibraciones de los centros energéticos <de las iglesias>) no se oirán más en ti; y ningún artífice
(todo <flujo> constructor) de
oficio alguno se hallará más en ti, ni ruido de molino (que tritura los
alimentos) se oirá más en ti.
18:23 Luz de lámpara (de razón) no
alumbrará más en ti, ni voz de esposo y de esposa (no habrá más sexo) se oirá más en ti; porque tus mercaderes
eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas
las naciones (siguiendo tu camino de perdición).
18:24 Y en ella se halló la sangre de los
profetas y de todos los santos, y todos los que han sido muertos en la tierra (aquellos que en ella fueron encarnados).
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