miércoles, 12 de agosto de 2015

Cap. VII

INTRODUCCIÓN al Cap.  VII :

Abiertos y dinamizados los seis primeros sellos del libro-cuerpo, los poderes conferidos por este hecho, despiertan las doce facultades del espíritu, representadas por los doce hijos de Israel. Esta facultades radican en doce glándulas internas del cuerpo.
Cada una es regida por un ángel <flujo> ayudado por doce mil <flujos> dirigentes que manejan todos los habitantes de la tierra o cuerpo físico; este es el segundo triunfo o segundo grado en la Iniciación.


Cap. VII

Los 144 mil sellados

7:1 Después de esto (este procesos) vi a cuatro ángeles (divinidades que modulan el aliento) en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra (cuerpo físico), que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase el viento sobre la tierra, (detener toda acción física mental <pensamientos>) ni sobre el mar (astral) ni sobre ningún árbol (mental),
7:2 vi también a otro ángel (el quinto aliento) que subía de donde sale el sol (<del flujo> del Íntimo del corazón, el aliento de la vida llamado por los yoghis Praná), y tenía el sello de Dios vivo; y clamó con gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar (el quinto ángel que subía del nacimiento del sol, es el ángel del <flujo> Íntimo, que emana del corazón su poder, mientras que los cuatro ángeles que estaban sobre los cuatro ángulos de la tierra son los cuatro poderes del Íntimo. El quinto ángel representante del Íntimo es el representante del segundo atributo llamado hijo de lo Absoluto. El <flujo> o Hijo se halla en la glándula pituitaria y su representante es el <flujo> Íntimo en el corazón y es esencial para la perfecta manifestación de la materia. El Íntimo es a la vez Negativo y positivo).

7:3 diciendo: “No hagáis daño a la tierra (físico) ni al mar (astral o mundo de los deseos) ni a los árboles (pensamiento) hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios (porque el iniciado que se conquista a si mismo debe iluminar a sus ángeles <flujos> y sellar a los más elevados con el sello del Dios vivo; debe conquistar a los <reflujos> inferiores, por medio del aliento de la sabiduría y no como creen y enseñan algunos, que el hombre debe matar los deseos y los instintos para ganar el cielo
7:4 Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil señalados (este es el número de la humanidad 1+4+4+000= 9 o lo que significa que el Iniciado sella con el sello de Dios Vivo todos los <flujos> que elaboran en las doce glándulas endocrinas y que son como tronos de las doce facultades del espíritu) de todas las tribus de los hijos de Israel (cuando el Iniciado, ejemplo Jesús, adquiere la perfección espiritual de hecho, comienza a desarrollar poderes de mayor amplitud, enviando su pensamiento, aspiración y respiración a los centros ocultos de su organismo, para despertarlos y saturarlos de energía.

7:5 De la tribu, (facultad del Espíritu) de Judá (glándula Pineal, asiento de la Fe), doce mil sellados.
De la tribu de Rubén (Percepción, acierto: Páncreas), doce mil señalados.
De la tribu de Gad, doce mil sellados.
7:6 De la tribu de Aser (Voluntad: Cerebro Frontal izquierdo) doce mil señalados.
De la tribu de Neftalí (eliminación; egoísmo: Sacro) doce mil señalados.
De la tribu de Manasés (Juicio: Tiroides) doce mil señalados.
7:7 De la tribu de Simeón (conocimiento: Centro Frontal Derecho) doce mil señalados.
De la tribu de Levi (Asociación: apéndice) doce mil señalados.
De la tribu de Issachar (Amor y odio: Timo) doce mil señalados.
7:8 De la tribu de Zabulón (Fecundidad: glándulas sexuales) doce mil señalados
De la tribu de José (Simpático, cerebro posterior) doce mil señalados.
De la tribu de Benjamín (poder de la aflicción: Suprarrenales) doce mil señalados.

La multitud vestida de ropas blancas

7:9 Después de esto miré, y he aquí una gran multitud (los incontables <fluidos> luminosos que trabajan bajo las órdenes de las jerarquías superiores), la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribu y pueblos y lenguas (que pasaron durante su vida o encarnación), que estaban delante del trono (en el cerebro) y en la presencia del Cordero (Cristo, Yo Soy), vestidos de ropas blancas (auras de Luz pura), y con palmas en las manos (señalan del Triunfo en la iniciación o encarnación);
7:10 y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.

7:11 Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos, y de los cuatro seres vivientes (<con apariencia de animales> seres o elementos); y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios (recibiendo su Luz y Poder),
7:12 diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza (los siete atributos de los siete Centros desarrollados o de las siete iglesias), sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.

7:13 Entonces uno de los ancianos hablo, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas (los que alcanzaron la iniciación), ¿quienes son (los vencedores), y de dónde han venido?

7:14 Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación (de su encarcelación en el cuerpo físico durante su vida), y ha lavado sus ropas (y limpiado sus auras de las bajas pasiones), y las han blanqueado en la Sangre del Cordero (Yo Soy el que fue crucificado sobre la materia, utilizando su sangre como vehículo para la liberación y la identificación con el Padre).

7:15 Por esto están (estos <flujos> de luz en el cerebro) delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo (en su mente); y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.

7:16 Ya no tendrán hambre (de saber) ni sed (de justicia), y el sol no caerá más sobre ellos, (por que ellos ya son identificados con el sol espiritual) ni calor alguno (porque ellos serán el fuego divino);
7:17 porque el Cordero (Yo Soy) que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida: (perfección) y Dios enjuagará toda lágrima de los ojos de ellos (porque después de su triunfo en la prueba estarán más allá de los cambios del tiempo y del estado y será uno con El).

(“El triunfador en esta vida o encarnación iniciática, merecerá recibir el tercer grado de la Iniciación y con él, recibirá una piedrecita blanca con un nombre nuevo”).




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